Al escuchar como se desvanecía la voz de Madeleine, decidí no contenerme mas, tal vez ella estaba a punto de morir y yo estaba casi junto a ella. Luego sus palabras, era claro donde estaba, durante semanas la vi entrar y salir del quirófano 87, durante días habíamos estado hablando de lo mismo, ella quería que yo descubriera la verdad de lo que ocurría allí adentro, pero no fue sino hasta ese momento en el que me di cuenta de que aunque ella podía decirme todo de una vez, decidió dejar que yo lo descubriera por mi propia cuenta. Ella sabia que lo mas probable es que saber la verdad me iba a doler mucho, así que prefirió no lastimarme ella, sino hacerme entrar en razón poco a poco y tal vez así atenuar un poco el dolor.
Sali de inmediato camino al quirófano 87, y al estar cerca, me encontré con uno de los científicos que iba también de camino hacia allá. Lo seguí y deje que abriera las primeras puertas de metal y de inmediato salte sobre el desde 2 metros a sus espaldas, pero cuando ya estaba a punto de pasar el umbral de la puerta, la puerta fue cerrada justo en mi cara, interponiéndose así entre ese pequeño hombre y yo. De inmediato solo una alarma y escuche como los guardias en diferentes habitaciones comenzaban a tomar sus armas y escudos para salir a cazarme, pero esta vez no seria tan fácil.
De inmediato salí corriendo para darle la vuelta al pasillo antes de que se activara el sistema de armamento pesado que estaba preparado en aso de emergencia. Al llegar a la mitad del otro pasillo, prácticamente el pasillo de la parte trasera del quirófano, ya habían al menos unos 10 guardias con sus armas cargadas con la anestesia suficiente como para derrumbar a cuatro elefantes. Estaban formados una mitad de rodillas con escudos y la otra mitad estaba de pie apuntándome con sus rifles y blindados hasta los dientes. Antes de que dispararan, salte a la parte del techo que se hallaba justo sobre sus cabezas y con mis brazos me impulse hacia abajo, cayendo así a sus espaldas. Tome a uno de los guardias y lo use como un bate de beisbol contra los demás, lo tome por su chaleco con ambas manos y lo agite violentamente hacia la derecha, derribando así a todos los que estaban de ese lado, y rápidamente lo abalance hacia el lado contrario para así acabar con todo ese pelotón.
Tome una de sus armas para así no tener que pelear tanto cuerpo a cuerpo, no solo para que no me fuesen a disparar de cerca, si no también para evitar matar a alguno de estos hombres, a fin de cuentas solo seguían ordenes. Tome también un escudo, para así limitarme a golpear con el escudo en si, y no con mi puño desnudo, porque estaba liberando mucha fuerza, así que sabia que incluso un solo golpe podría terminar con la vida de muchos.
Allí recordé que si seguía por ese pasillo, a unos tres pasillos de distancia había una sala de control, la cual estaba asignadas a los quirófanos del área, con a intención de que en caso de emergencia, desde alli se podía tomar el control de la seguridad de esos quirófanos. Y seguramente a esa sala estaba asignado el acceso de emergencia del quirófano 87. Eso apagaría el sistema de seguridad por al menos unos 10 minutos, mas que suficiente para poder entrar y salir.
Pero luego recordé que a solo 2 pasillos a mis espaldas, había una armería, donde estaban la mayoría de los guardias que venían a neutralizarme. Así que tenia dos opciones, entrar apagando el sistema o entrar reventando la pared trasera del laboratorio.
Llegar a la sala de control y toparme con un inconveniente como que "necesitaba una tarjeta de acceso autorizada para desactivar el sistema" era algo muy probable, o peor aun enterarme que el quirófano 87 tenia su propia sala de control a parte, lo cual también era bastante probable por ser la sala donde tenían una de las cosas que al parecer, actualmente era la mas importante a parte de mi.
Así que decidí ir por la armería, estaba mas cerca, era mas seguro, y así acabaría con parte del obstáculo de inmediato, ya que la mayoría de los guardias estaban concentrados en esa parte. Me di la vuelta y fui corriendo, cuando estaba a escasos metros, comencé a escuchar pasos dentro de las paredes, de inmediato retrocedí y comenzaron a abrirse segmentos como puertas a lo largo de las paredes. Los guardias solían como hormigas de lado y lado. Retrocedí hasta donde escuche que iba el ultimo. Este debía salir en algún momento a mi derecha, pero mientras se debía a salir fije frente a mi el escudo, podía sentir el impacto de los dardos en el escudo.
Luego, al recargar, todos los de el lado derecho, bien ordinados entraron de regreso a la pared mientras que los de el costado izquierdo tomaban el turno. La puerta de el de la derecha, se estaba errando, casi que rápidamente entre de un solo salto. El pobre hombre se le cayo incluso el cartucho de la mano cuando vio que yo había entrado y las puertas se habían errado. Puse el escudo frente a mi y contrayendo lo mas fuerte que pude mis piernas, me impulse hacia adelante y con el escudo de frente comencé a presionarlos tan fuerte que algunos ya no podían ni respirar. Tome dos granadas de gas sedante que estaban en el cinturón del guardia que estaba justo frente a mi y con mis dientes quite el seguro de una, la lance lo mas fuerte que pude hacia adelante, de esa manera no podrían devolverla a tiempo.
L granada exploto y un humo rosa se extendía por el túnel rápidamente, debía ser preciso para que no llegara hasta mi, y justo cuando faltaba aproximadamente un metro para que el humo me alcanzara, rompí la puerta a mi lado y puse el escudo frente a mi. D esta manera, de u solo salto me abalance sobre el hombre que estaba de ultimo en la otra fila. acabo derribado en el piso. Me quede de rodillas y lance mi otra granada, por la puerta del pasillo interno de la otra pared, de inmediato todos cerraron las puertas para que el humo no saliera, eso los dejo a mi merced, con el arma que llevaba, comencé a disparar por encima del escudo, y cuando me di cuenta la mayoría estaba en el piso por la anestesia. En ese momento no pensé en el daño que les provoque, ya que eran fármacos tan fuertes, seguramente eso apagaría el corazón de muchos, pero en ese momento estaba enfocado en ganar y rescatar a Madeleine.
Eso era lo mas importante, era mas importante que cualquier verdad o mentira que me hayan dicho, el hecho es que Madeleine estaba en peligro. Quedando solamente cinco personas de pie, salí corriendo hacia adelante, levante a un hombre por su chaleco y se lo lance a los otros 4 que estaban en un solo sitio, al derribarlos, los apunte con el rifle y los sede a los cinco.