Marco se giró y la vio en el suelo, tratando de levantarse, mientras lloraba y suplicaba que le devolviera a su hijo. —Eres deprimente, Abigaíl. Lloras por este niño, pero si me deshago de él, podremos tener más hijos que sean míos. Así que deja de llorar, te haré un gran favor deshaciéndome de él. —Abi volvió a verlo, extendiendo las manos hacia él. —Te daré más hijos, muchos más, pero por favor no le hagas daño a mi Max. —Marco volteó a ver al bebé en sus brazos, que no paraba de llorar. —¿Muchos más? —Preguntó sonriendo ante la idea. —Sí, tendremos muchos más hijos. Te lo juro, pero por favor, no le hagas nada a mi bebé. —Marco comenzó a caminar hacia ella, postrándose a su altura. —Abi, te amo, ¿sabes verdad? Te amo tanto que no tolero que hayas tenido un hijo de otro hombre, más