Después de salir de la cafetería, decidí volver a casa. Ni siquiera había pasado por allí, cuando llegué encontré a mi madre preparando el almuerzo. No estaba seguro si mi hermana Monserrat estaba en el instituto, ya que tiene demasiadas faltas y solo asiste cuando mi padre quiere que lo haga. ―Max ―me habló mi madre. Me acerqué a ella, pero no tenía ganas de hablarle, así que no mencioné ni una sola palabra. Ella me miró pero tampoco me dijo nada. Al ver que ninguno de los dos hablaría, me di media vuelta para irme. Pero finalmente decidió hablar, así que me giré para escucharla. ―Tu padre quería saber cuándo comenzarías las clases y quiere el recibo del cheque que te dio. Era de esperarse que no me diría algo agradable. Creí que me preguntaría dónde había pasado la noche, pero no