La misma mañana En el refugio Anastasia El ser humano es muy elocuente con sus gestos, con su lenguaje corporal, con sus miradas intensas, cuando es incapaz de expresar lo que siente en palabras. Quizás por los nervios, por la propia situación o timidez, pero al final nos comunicamos de otra forma. El caso es que la razón se desvaneció ante el pedido de Radu, en su lugar estaba eclipsada y nerviosa por el deseo de vivir lo que siento por él. Sin embargo, necesito procesar lo que he vivido las últimas horas, porque todo dio un vuelco de 180 grados entre discusiones, reclamos, reconciliaciones y revelaciones. Necesito ir a mi paso, estar segura de los sentimientos de Radu por mí y apresurarnos no ayuda a disipar mis dudas, también reconozco que sigue pesando mi corona y mis enseñanzas, c