Otro día traía la mañana y Robert no tenía los mismos ánimos que el día anterior por su trabajo. Pensaba en Ethan, no en Alice. Pero las palabras de ella sí estaban en su cabeza. “Nos abandonaste.” No lo llegó a conocer, salvo por esa foto que encontró en aquella casa entre las pertenencias de Alice antes de que ella fuera a buscar sus cosas. Era lo único que había visto de su hijo, más aquella habitación a la que ninguno de los dos pudo entrar luego de la muerte de Ethan Graham Taylor. Tomó las llaves y condujo hasta allí, no llegaría temprano al trabajo. La señora lo recibió con mucha sorpresa al ver que él iba allí cuando ya no estaba Alice y se había efectuado el divorcio. —Señor, no lo esperaba, ¿quiere que le prepare algo de desayunar? —Solo un café, por favor. —Enseguid