Cuando Simon Leclerc llegó a casa aquella tarde, la pequeña Maite lo recibió con esa encantadora sonrisa, corriendo a sus pies para que su padre la tome en sus brazos, seguido salió su esposa a recibirlo. —Bienvenido a casa.—le dijo, dejando dos besos en sus labios. Se ubicaron en el salón, como cada tarde luego de que él llegaba a casa y tomaban el té de la tarde juntos.—¿Cómo ha ido el primer día de Alice?—preguntó Sofía con mucho interés. Era el primer trabajo de Alice y todos tenían mucha curiosidad por saber cómo le fue. Sus hermanas ya habían hablado entre ellas, riendo con los comentarios de una y otra porque Alice tenía que trabajar. —Era clara su sorpresa al saber que trabajaría con su exmarido. Aún no entiendo como es que Henry los dejó divorciarse.—Simon no comprendía cómo es