¿Cómo es que ella odiaba las flores? Si mientras estuvo en la cama pareció que le gustaba, ¿a qué se debía ese cambio tan drástico en Alice? ¿Por qué? —A mí me gustan y creí que podrían ser también de tu agrado. Los claveles son hermosos, Alice. Pero lo entiendo. Si no son de tu agrado, está bien.—¿Y ahora qué haría con todas las flores que tenía repartida por toda la casa? ¡Había traído cuantas pudo! ¡Todo estaba lleno! ¡Todo!—Nos han preparado el desayuno y te he traído algunas cosas, quiero que…celebremos nuestro aniversario de bodas, Alice. Si venían de él, a ella no le gustaban las flores. Alice abrió la puerta del baño para salir, pero Robert no se quitó de en medio, esperando una respuesta de ella. —No voy a celebrar nada.—dijo de forma contundente.—No tengo nada que celebrar.