Les tardó más de cuarenta minutos conocer toda la empresa y cada una de sus áreas. Era muy grande, ahora acababan de recorrer el área asignada a los dos, con Robert Graham como encargado y Alice a su cargo. Seguían pasmados. No habían podido decir ni media palabra, ni cuando les presentaron a sus compañeros de área, es como si no pudieran emitir ningún sonido, solo seguir a Samantha de un lado para otro. —¿Alguna pregunta?—les preguntó la mujer. Alice observó que ella sí llevaba el cabello suelto, cosa que le causó curiosidad, porque no había visto ni a una sola empleada con el cabello así, a excepción de Samantha.—Creo que no, que no hay ninguna pregunta.—entregó un pequeño folleto a cada uno de ellos.—Síganme. El último paso es ver una pequeña preparación que se le muestra a cada nue