El corazón de Lilly latía rápido. Trataba de pensar por qué él estaría yendo allí…
¿Iba a comenzar una pelea por cruzar fronteras? ¿O quería rechazarla formalmente?
Lilly siguió a Mattie y se escondió detrás de él, asomándose por encima de su hombro.
—¿Desde cuándo te has vuelto nerviosa?, no te preocupes, Lil, estoy aquí. —Agregó Mattie, se dio la vuelta y sonrió a Lilly. Se sentía protector hacia ella, viendo lo incómoda que parecía.
De repente, se escuchó un fuerte y autoritario golpe en la puerta. El padre de Lilly y Aaron estaban uno al lado del otro, mientras que Mattie estaba al lado, pero detrás de Aaron.
Lilly se acercó a Aaron y agarró ansiosamente la parte trasera de su camisa. Aaron le miró confundido, ella nunca solía intimidarse, pero aquí estaba… Nerviosa, ansiosa y también emocionada por verlo de nuevo.
Kira comenzó a saltar, y sabía quién estaba detrás de la puerta. No podía esperar para deleitar sus ojos con la hermosa figura esculpida de Tyler… Sacudió la cabeza tratando de deshacerse de sus pensamientos impuros. Esto era serio.
Mark se acercó a la puerta y la abrió.
Kade entró con paso firme, e inmediatamente, Tyler le siguió. Los dos hombres miraron al padre y al hermano de Lilly, luego sus ojos se posaron en Lilly y se quedaron allí. La mirada de Tyler se fijó en ella por un momento antes de dirigirse a Ethan y acercarse a él extendiendo su mano.
—Tyler, ¿a qué debemos el honor de tu presencia?—Preguntó Ethan directamente.
Él no era alguien que diera rodeos.
—En realidad, es muy sencillo, Ethan. Estoy aquí para tomar lo que es mío. —Dijo Tyler con tono autoritario.
Ethan lo miró sorprendido.
—¿Qué tenemos aquí que sea tuyo?—Le preguntó con interés.
Tyler esbozó una sonrisa con los labios y miró a Lilly. Levantó la mano y la señaló directamente.
—Ella es mía. —Fue todo lo que dijo Tyler.
Aaron gruñó y dio un paso hacia él, mientras Mattie llevaba a Lilly detrás de él.
—Ahora… Tomémonos un momento y hablemos de esto. Dejemos que prevalezcan las cabezas frías. Mattie, quédate con Lilly. El resto de nosotros iremos a hablar en la sala de conferencias.—Dijo Ethan calmadamente mientras posaba la mano en el hombro de Aaron.
—Si no te importa, dejaré a mi beta para cuidar de ella también, ya que ella es mía. —Dijo Tyler mirando a Kade, quien asintió en respuesta. Aaron gruñó de nuevo ante esto, pero Ethan apretó la mano de su hijo para calmarlo.
—Mark, tú también puedes quedarte aquí. Esta será solo una reunión de alfas. —Dijo Ethan mientras los tres hombres salían.
Aaron pronto se convertiría en el líder de la manada, pero quería esperar hasta que terminara la universidad.
Lilly observó hasta que se fueron y luego soltó un suspiro.
Mattie la abrazó.
—¿Estás bien, Lil?—Le preguntó Mattie.
Kade bajó la mirada y gruñó.
—Apreciaría que mantuvieras las manos lejos de mi futura luna. —Dijo Kade.
—¿Tú eres el compañero de Tyler? Quiero decir, eso es genial. Será genial para la manada también. —Habló Mark emocionado. Sabía que con Lilly fuera, la manada se sentiría mucho mejor.
—Gracias, Mark. Dime, ¿cómo te sientes de verdad?—Respondió Lilly con frialdad. Mattie y Kade le lanzaron miradas asesinas.
—Le dije que no me quería como compañera… No soy precisamente material de pareja. —Dijo Lilly tristemente.
—Habría estado más que orgulloso si la diosa de la Luna me hubiera dado a ti como compañera. Solía rezarle a ella por ti, pero lamentablemente bendijo a alguien más… —Mattie la miró pensativamente.
—Quisiste decir maldijo. —Dijo Lilly con un suspiro amargado, pero se sintió conmovida al escuchar lo que Mattie dijo, aunque solo fuera para hacerla sentir mejor.
Mattie bajó y acarició las mejillas de Lilly, provocando que Kade gruñera de nuevo, pero Mattie lo ignoró.
—Eres la mejor persona que he conocido, nunca te llames una maldición. —Arrojó Mattie con dulzura.
Lilly sonrió débilmente. Luego se dirigió a Kade.
—¿Está él muy decidido sobre esto? No es una buena idea. —Dijo a Kade con seriedad.
Kade le sonrió cálidamente.
—No creo que ni una guerra pueda hacerle cambiar de opinión. —Aseguró Kade, luego guiñó un ojo.
—¿Qué piensas de este lío, Kira?—Le preguntó Lilly a su loba.
—Sabes cómo me siento al estar en una manada, no sé si podré someterme a su lobo. Cuando mucho podría estar a su altura. —Dijo Kira con ironía.
—Él también es tu compañero.—Le recordó Lilly.
—A la mayoría de los lobos no les gusto, así que no sé qué esperar. Si soy más grande que su lobo… Es posible que no vaya bien. —Añadió Kira tristemente.
—No te preocupes, Kira, estoy aquí. —Lilly la consoló.
—Lilly… están pidiendo por ti. —Mattie la miró tristemente.
Lilly levantó la vista y apretó sus pequeños puños juntos. Caminó lentamente hacia la sala de conferencias y golpeó la puerta.
—Adelante. —Respondió la voz de su padre.
Nunca se había sentido tan asustada.