—¿Segura que quieres ese vestido?—Pregunta Adrien, mirando como cuelga de la pecha, ya se lo había probado, aunque no salió a mostrárselo. —Sí, ¿por qué? Si no me lo puedes comprar no pasa nada, traigo dinero. —No es por el dinero, Millie. Pero parece de niña más grande. Regresa allí y pruébatelo. Luego sal para que yo lo vea—era su día con Adrien, aunque él no estaba allí solo por eso. Quería conocer a Candy Weber y tan solo dos días después desde que Alaric se hizo las pruebas él había viajado hasta San Francisco para hablar en persona con su amigo, también porque tenían una importante junta donde él y Darío tenían que estar presentes. La relación de Millie y Adrien no era una relación común entre padre e hija, ella no solía decirle papá y él estaba bien con eso, porque muy tarde l