Dos días en San Francisco bastaron para que el nombre “Alaric Jackson se convirtiera en datos, información, dirección. ¡Lo tenía! Era un creciente empresario en la ciudad San Francisco, recientemente iniciaba un nuevo proyecto con dos de los magnates más importantes y reconocidos de manera internacional. Dario Hidalgo y Adrien Mackenzie, sus nuevos socios, aunque ya con este último figuraban algunos trabajos anteriores a lo largo de los años. El nombre de Adrien Mackenzie lo conocía, pero no el del otro hombre. Con su dirección, solamente tenía que ir a verlo y proponerle un contrato, tenía todo en su cabeza, solo faltaba redactarlo. No podía ser ilusa nuevamente y solo tenía que concentrarse en hacerlo algo que al final del camino hiciera que Rick perdiera. Aquel contrato const