Alaric había estado inquiero la noche anterior, por la cita de aquel día. El día estaba nublado, pero el ambiente en el interior del vehículo de Alaric era cálido y reconfortante. El viaje al consultorio médico era silencioso, con ambos sumidos en sus propios pensamientos. Alaric robaba ocasionalmente miradas hacia Candy, quien jugaba nerviosamente con sus dedos. Era la primera vez que la acompañaría a una cita médica y, para él, este era un paso significativo en su relación. Al llegar a la clínica, tomaron asiento en la sala de espera. Candy hojeaba una revista sobre maternidad, mientras Alaric intentaba distraerse con su móvil, aunque en realidad no podía concentrarse en nada. La espera parecía eterna. Quería que los bebés estuvieran muy bien. —También es mi primera vez con este d