El pánico se desató. Las personas gritaban, buscando a sus seres queridos, corriendo hacia las salidas en un intento desesperado por ponerse a salvo. El caos reinante hizo que Candy se sintiera atrapada y desorientada, con el corazón latiéndole en la garganta. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, un círculo de hombres formó un escudo humano alrededor de ella. Eran los hombres que Albert había contratado. Se movieron con precisión, coordinados, protegiéndola de cualquier amenaza que pudiera surgir. Pues aquella enorme distracción podría servir para hacerle daño a Candy Weber y ellos estaban allí para su protección. En medio del círculo, Alaric la rodeó con sus brazos, tratando de mantenerla tranquila y segura. La mujer lloraba, asustada, cubriendo su vientre ante cualquier pel