CAPÍTULO 16

1204 Words
—Mi bebé— mi mamá acariciaba mi cabeza, mi llanto se dejó al descubierto, así que me oculté en ella, para que nadie notara aprecio estaba derramando lágrimas —Por don logré encontrarte. —Te extrañe— dije yo. El sentimiento de felicidad se apoderó de mi. En verdad estaba feliz por volverla a ver a mi mamá y también estaba feliz porque al fin alguien había vendo a nuestro auxilio. —Creí que te perdía— ella también se encontraba llorando. —No vuelvas a asustarme de esa manera. Los paramédicos que los acompañaban se acercaron a mi y a los demás para que revisaran si teníamos alguna herida y así, ellos pudieran auxiliarnos y curarlas. Los soldados acordonaron el área u buscaron a los demás sobrevivientes y a los depredadores para que pagaran por sus crímenes. Mientras que a nosotros nos subieron a los helicópteros y volvimos a casa. Pero antes de hacerlo tuvimos que dar una declaración de lo sucedido para que las autoridades llevaran el caso. —Explícanos detalladamente lo que sucedió— interrogó el policía. Yo me encontraba sentado en una silla frente a él —Viajamos para conocer las instalaciones de Fire, nos llevaron a cenar y luego, al día siguiente, desperté en la isla. El organizador nos dijo que el juego consistía en un depredador y una presa y que el juego terminaría una vez los depredadores o las presas cayeran. Nosotros no tuvimos otra opción más que jugarlo y matamos a un par de depredadores— dije todo lo que podía decirles. Lo demás podían leerlo de la bitácora que había escrito, ahí detallaba cada cosa que sucedía día a día Dorantes el mes y medio que nos encontramos ahí. Lo único que quería ahora era volver con mi madre y visitar mi cómoda cama para meterme en ella y no levantarme por los siguientes días. —Bien— habló y seguido se puso de pie para salir. Yo permanecí dentro de la habitación por al menos unos veinte minutos y transcurrido ese tiempo un policía entró y me guió hasta la patrulla en la que me llevaron de regreso con mi madre. Al llegar con ella le di otro abrazo, en verdad que la había extrañado y me había preocupado por ella, ya que no sabía si se alimentaba correctamente o si dormía bien. —Iré a mi habitación— me solté de ella y caminé. Me acomode en mi cama y decidí dormir, hacía mucho tiempo que no lo hacía correctamente. Dormir no fue lo mejor que pude haber hecho, en cuanto cerré los ojos el recuerdo de aquel horrible lugar llegaba a mis pesadillas. Así que ni siquiera pude pegar un ojo en toda la noche. Al día siguiente las ojeras se apoderaron de mí y ni siquiera podía mantener mis ojos bien abiertos. —Andy— mi mamá me llamó —Es hora del desayuno— caminó hasta la cocina y sirvió lo que había preparado en dos platos diferentes, uno para ella y otro para mi. Lo comí a bocados enormes y termine rápido de comerlo. Había extrañado la comida de mi mamá, en serio que si —Gracias por el desayuno, estuvo delicioso. —De nada— dijo comiendo otro bocado de lo que aún le quedaba a él —¿Qué quieres hacer el día de hoy?— me miró —Podemos ir al parque a dar un paseo o al centro comercial. —Lo que te agrade a ti— la mire —Lo que tú quieras hacer, porque si me preguntas yo preferiría ir a la biblioteca. —Entonces vallamos a la biblioteca— terminó su desayuno —Tengo algunos libros que leer. —Pero será aburrido para ti. —No lo será si voy con mi hijo— sonrió y se puso de pie —Ahora alístate mientras yo lavo los platos sucios. Asentí y me puse de pie, después fui a mi habitación y me cambie, me puse una sudadera holgada color gris y unos pantalones color azul, después me puse mis tenis y peiné mi cabello, el cual había crecido un poco Dorantes el tiempo que estuvimos en ese lugar. —Mamá— la llame cuando salí de la habitación. —Dime, cariño— ella salió de su habitación, ella se había puesto lo que usualmente usa, unos jeans negros y una blusa blanca, acompañada de un saco color n***o y sus tacones color blanco, su cabello lo tenía sujeto con una liga en una cola alta y había puesto un poco de labial en sus labios. —¿Podemos ir a cortar mi cabello? Creció un poco. —Por supuesto, pasaremos de camino a la biblioteca. —Si— susurré —entonces apurémonos— sonreí y caminé hacia la puerta. —Recupere tus pertenencias— dijo ella cuando salimos de casa —Toma ti celular de vuelta, te lo iba a dar ayer, pero precias cansado, así que te deje dormir— me estiró mi apreciado y muy ando celular. —Gracias, ma— sonreí y guarde mi celular en mi bolsa. Caminamos hasta llegar al lugar en el que me harían mi corte de cabello. Mi mamá me ayudó a elegir cual se vería bien en mi y cuando nos decidimos la mujer comenzó a cortar. Una vez terminó me puse de pie y mire a mi mamá —Cada día más te pareces a tu padre— dijo después de una sonrisa. Mi mamá pago y luego continuamos nuestro camino hasta llegar a la biblioteca. Entramos y en cuanto Raquel me vio corrió a abrazarme —Estuve preocupada por ti, chico tonto— dijo cuando se soltó de mi —Pase por la floristería de tu madre para preguntar por tu paradero, pero ella me dijo que tú estabas desaparecido, en serio me alegra que ya estés a salvo. —Gracias por preocuparte— sonreí y caminé —¿Alguna recomendación? —Si, tengo muchas recomendaciones— dijo alegre y se incorporó a mi paso. El celular de mi mamá sonó, así que se quedó fuera para contestar la llamada. Mientras Raquel y yo caminábamos hasta su lugar de trabajo, el el cual tenía un montón de libros apilados. Puso un par sobre la barra y me miró con esa cara suya. —Andy— mi mamá me llamó, así que si un brinco. Después volteé a verla y espere a que hablara —Surgió un imprevisto en el trabajo, contraté a un empleado de medio tiempo y creo que estropeó las cosas, así que tengo que ir. —¿Quieres que valla contigo?— pregunté, ya que probablemente necesitaría de mi ayuda también. —Está bien, lo solucionaré y volveré. Tu espera aquí y charla con tu amiga, hace icho tiempo que no lo hacen— se giró y se fue apresurada. Yo solo volví a girarme y Romeu no se los muchos libros que Raquel me había mostrado —Elegiré este— tomé el libro y luego fui a buscar un lugar para poder leer tranquilamente. Aunque mi tranquilidad no duró por mucho tiempo, Simón apareció de la nada y destruyó mi momento feliz que ya había formado.
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