Capitulo tres "Escape"
Maldita sea.
Tiro todo lo que se encontraba sobre mi escritorio al suelo y escucho como algunas cosas se rompen.
He sido jodidamente engañado ¿como no me pude dar cuenta de ello?
Soy un jodido imbecil.
- ¡Carajo!
La puerta se abre y aparece James, por un instante tuve la sensación de que era Khristeen.
- Señor ¿esta bien?
- ¡No! No estoy bien James, me engañaron, pase una puta semana en la maldita Italia engañado, los italianos me engañaron.
- ¿En que?
- No sé como, pero mientras ellos me entretenian allí con su hipocrecia yo estaba siendo robado, me faltan cinco millones de dolares y he perdido otro cargamento más ¿como demonios sabian cuando mandabamos los cargamentos y a donde? ¿como sabian donde estaba mi dinero? Solo puede ser una cosa, hay un traidor entre nosotros y cuando lo descubra lo asesinaré.
Salgo hecho un completo manojo de nervios del despacho, subo hasta mi habitación y busco mi ropa deportiva, iré a entrenar, necesito golpear una bolsa y olvidarme de los problemas por un momento.
Al salir de mi habitación me topo con Khristeen quien al parecer acaba de despertar ya que me observa con ojos somnolientos.
- ¡Aquí estas! Nathan, quería preguntarte algo.
- Dime.
- ¿Puedo salir esta noche? Hay una fiesta y...
- No.
- ¿No?
- No, no puedes, es peligroso.
- No eres mi padre, saldre de igual forma, solo te lo estaba informando.
Se adentra en su habitación rápidamente y yo bufo, maldita sea.
No puedo dejarla salir porque Fredek confió en mi para que la cuidará y si se entera que le permito salir no confiará más en mi.
Al cabo de unos minutos me encuentro en el gimnacio golpeando la bolsa con odio, si mi padre estuviese vivo ya me hubiese castigado por haber permitido que aquello pasaba.
Y los castigos de mi padre eran horribles... ¿quien dejaba a su hijo encerrado en el sótano donde hay ratas y demás insectos horribles sin comida ni agua por cuatro días?
Aún recuerdo esos horribles momentos vividos, él me encerraba y mi madre intentaba impedirlo pero él la golpeaba, por lo que yo le decía que ya no intentará impedirlo, que estaría bien.
Todavía tengo el recuerdo se su hermoso y delicado rostro con lágrimas corriendo por sus mejillas, sus grandes ojeras cuando salía del sotano mostraban que no había dormido durante todo el tiempo que yo me encontraba allí.
Mi madre era mi reina y yo no pude cuidarla.
Era la bella y estaba enamorada de la bestia.
Al terminar de entrenar subo a darme una ducha, salgo y vuelvo a encerrarme en el despacho.
El telefono suena.
- Zhadánov.
- Pequeño Nath.
Maldito.
- ¿Que demonios quieres Liam?
- Solo una cosa, y tú sabes muy bien qué.
No, este maldito lo hizo.
- Escuchame una jodida cosa Liam, si tu llegas a estar involucrado con lo que le ha sucedido a los cargamentos que se dirigian a Estados Unidos te asesinaré sin importarme que seas mi primo.
Si, este maldito es mi primo, y lo único que quiere y el motivo por el que me odia es que yo estoy en el puesto más alto de la mafia Rusa, quiere mi lugar.
- Te tengo tanto miedo primito, recuerda, un paso en falso y tu negocio se va a la mierda.
Sin más escucho la llamada cortada y tiro con furia el telefono hacía el suelo.
- Maldito seas Liam Zhadánov, te asesinaré ¡Lo juro! Y disfrutaré cada segundo ver tu jodido sufrimiento.
Salgo del despacho y observo la hora, ya es la hora de la cena y no he almorzado.
Me dirijo a la segunda planta y golpeo la puerta de la habitación de Khristeen.
Planeo llevarla a algún lado a cenar así no me guarda rencor por no dejarla ir a esa tonta fiesta esta noche.
Continuo golpeando la puerta y continuo sin respuesta, no tengo demasiada pasiencia Medvédev.
Abro la puerta sin importarme si la encuentro en una situación comprometedora.
Mi cerebro me juega una mala pasada al imaginarla sobre la cama abierta de piernas y con dos de sus dedos en su interior.
Ahuyento rápidamente aquellos pensamientos pervertidos y observo toda la habitación, se encuentra completamente ordenada y también vacia, voy al baño y abro la puerta, tampoco hay nadie.
Bufo y bajo a la planta baja, diviso a James y me acerco a él.
- ¿Haz visto a Khristeen?
- No, no ha bajado señor.
- Arriba no esta.
Comienzo a preocuparme.
- Fijate en las camaras, yo seguiré buscando.
Continuo buscando por toda la casa pero no hay señales de ella, me dirijo a la sala de vigilancia y allí me encuentro a James quien me observa preocupado.
- ¿Que sucede?
- Se ha escapado.
Observo la pantalla que tengo en frente la cual me muestra a Khristeen bajando por la terraza, luego la otra pantalla muestra como corre por el patio y salta la pared saliendo de la propiedad.
- ¡Maldita sea!
Podía haberse matado ¿es que esta chica acaso no piensa?
Esta completamente loca.
- No puede ser que con toda la jodida seguridad que hay ¡ella haya podido escaparse James! Quiero que traigas a todos los que se encontraban allí afuera en ese horario y me los traigas aquí.
- Es que en ese momento no había nadie señor, era el momento del cambio de turno.
¿Y como ella sabía eso? Maldita sea.
- Manda a hombres a buscarla, y prepará el ferrari, yo también saldré a buscarla, de seguro se fue a esa dichosa fiesta.
Subo a mi habitación y busco ropa más casual, al bajar el ferrari ya esta listo, me monto en él y lo enciendo, el porton de metal se abre para dejarme salir de mi hogar dirigiendome a la calle.
Doy vueltas por una hora hasta que veo una casa con luces multicolores por todos lados, decenas de autos en la parte de afuera y música alta.
- Aquí debes de estar muñequita.
Era la única fiesta a nuestro al rededor por lo que lo más probable era que se encuentre aquí.
Estaciono el ferrari afuera y me adentro en la casa, la música retumba fuerte en mis oídos y comienzo a caminar por el interior de la casa, hay diversas parejas compartiendo saliva y algunas estan casi teniendo relaciones sexuales.
Logro verla entre esas parejas, se encuentra con un hombre que pronto será hombre muerto ¿por qué? Por qué yo quiero que así sea.