Francesca Estábamos en Bali. Habían pasado dos días desde que habíamos llegado y aun no lo podía creer, decir que este lugar era un verdadero paraíso era decir muy poco. Realmente me había sorprendido con este viaje, no me lo esperaba para nada y menos que fuera nuestra luna de miel. Además, había cambiado mis documentos. ¿Qué estaba haciendo conmigo ese hombre? La forma en que me trataba, me miraba y me cuidaba hacían demasiadas cosas en mi corazón. Cuando llegamos con Boris y el cuerpo de seguridad nos encontramos con Maxim y más hombres, y si bien estábamos completamente solos, sé que nos encontrábamos rodeados y cuidados por nuestros hombres de seguridad. Nos estábamos quedando en una especie de choza equipada de forma extraordinaria, y que, para encima hacerlo mucho mejor estab