Era tarde, tal vez las 3 pm o casi las 4, no lo sé, no es como que importe. Tú estabas ahí, lo recuerdas ¿No? Era el primer día de clases ¿O habrá sido el segundo? ¿El tercero tal vez? No lo sé, no lo recuerdo, no es como que importe. Nosotros dos acabábamos de conocernos y como tú al parecer vienes con todo el paquete incluido te apareciste junto a todo tu grupo de amigos.
Yo no conocía a muchos, era nuevo y al parecer tu caso era el mismo ya que ese año se cambiaron los Homerooms y todos se vieron obligados a conocer gente nueva. Estos homerooms eran específicos y eran elegidos por nuestra preferencia para ir a la universidad. Ya sabes, creo que todas las escuelas del país tienen el mismo sistema, básicamente nos separan entre los ñoños, nerds y anarquistas.
Básicamente: tres grupos para gente que es exactamente igual y que no tendría por qué ser separada de la clase a la que lleva conociendo toda su vida; Ese año nosotros éramos una nueva clase: ciencias biológicas (porque al parecer era el curso más completo), pero tú tenías amigos que se dispersaron por las otras clases. Me dijiste que un par se fueron a humanidades y otros a ciencias físicas.
Es increíble que pese a que los separaran tú y tus amigos seguían juntos. Debo admitir que siempre admiré eso de ustedes. Eran inseparables y tal vez por eso quise unirme a ustedes.
Pero no fue solo eso, fue más porque me presentaste a tu amiga.
Se llamaba Emily. Era hermosa, tanto así que no parecía ser real. Era como un ángel y para colmo era bastante tímida así que causaba una sensación de querer protegerla de todo. Quería abrazarla, quería preguntarle si tenía novio, si es que estaría dispuesta a aceptarme a mí porque lo juro, fue como amor a primera vista.
Por supuesto que no dije nada de eso. Me limité a sonreír y dejarla ir de vuelta contigo y tus amigos.
Y como si Dios me hubiera escuchado, me hicieron uno más del grupo.