La esposa abandonada

6

Mi madre prácticamente me tuvo que obligar a asistir a clases. Creí que sería la burla de todos, pero al parecer nadie le dio importancia a lo que ocurrió ayer, o al menos no lo dicen en mi cara.

Desgraciadamente, hoy no comparto clases con Rocío, por lo cual estoy muy sola, pero no me importa porque lo que menos quiero hacer es socializar.

Cuando terminó la aburrida clase de historia, me dirigí a la terraza porque no soporto que nadie me vea, pero antes de subir las escaleras, alguien me jaló del brazo, y ese alguien es el ser que me produce más asco en el mundo.

— ¡Déjame en paz, Lucas!

— Así que mi bicho horrible es una fácil. Dime por qué con el pobretón de Thiago y conmigo no.

— ¡Déjame tranquila!

— ¡No te dejaré en paz hasta que te acuestes conmigo!

— ¡Estás mal de la cabeza!

Intenté zafarme, pero él me tiene bien agarrada de la cintura. No sé qué debo hacer para que este sujeto me deje en paz.

— La pasaremos genial.

— ¡Ni en tus sueños! — Le pegué un puntapié con toda mi fuerza y me fui prácticamente corriendo hacia el primer lugar que vi en el cual había personas.

Para mi desgracia, me tropecé con la segunda persona que más odio en este día. Es increíble cómo te decepciona quien más quieres.

— ¿Por qué estás así de nerviosa?

— No creo que te interesen los problemas de las fáciles como yo.

— Perdón, Sofí, no quise ofenderte.

— Lo hiciste.

— No soporto que hablen mal de ti.

Reí fuerte. — Aarón, tú eres quien peor habla de mí. Crees que no sé de los apodos que inventas.

— Es solo una broma, pero no quiero hablar de eso. ¿Sabes dónde está Sharon?

— No estaba contigo.

— No, a mí me dijo que se quedaría en casa contigo consolándote, pero veo que mintió.

A mí me dijo lo contrario, que se iría de pinta con Aarón y que la cubra con mamá. En realidad, es extraño que Aarón y yo estemos charlando a estas horas porque no compartimos clases juntos. Él va un grado más avanzado que yo.

— Lo que ocurre es que le dije a Sharon que me quedaría en casa, y ella se quedó con esa idea, pero luego decidí venir a clases.

— ¡Eres una pésima mentirosa! ¡Me está engañando, verdad!

— ¡No sé, y no me grites!

[. ..]

Mi hermana no deja de llorar, y noto que está furiosa debido a su conservación o, más bien, discusión con Aarón. Desde mi cuarto se escucharon los gritos de ambos. No es la primera vez que discuten, pero nunca había sido tan grave.

— ¡Me delataste!

— No le dije nada, él solo me vio y se cayó tu mentira. ¿Estás con otro?

— ¿Qué te importa?

— Si no lo quieres, déjalo.

— ¡Eso quisieras, para consolarlo!

— Lo digo porque lo lastimarás, y él no se lo merece.

— ¡No te metas o me conocerás, Sofía!

Sharon me intimida desde niña. Creí que eso había cambiado, pero me equivoqué. Parece que soy un pollito asustado frente a ella.

Mi hermana simplemente subió a su habitación, y yo me dirigí a la puerta para abrir porque el timbre no deja de sonar.

— ¿Qué quieres, Thiago? — Lo asesiné con la mirada.

— Sofí, perdóname.

— ¿Para qué me dijiste lo del cine? Yo te habría ayudado sin nada a cambio, y nos ahorrábamos problemas con Maura.

— Yo lo sé.

— No me defendiste de la loca de tu novia. Creí que éramos amigos, pero eres como Aarón, solo me buscas cuando me necesitas.

— No es así, somos amigos.

— No lo somos, vete de mi casa.

[ ...]

Necesito reflexionar, y por ello aproveché mi hora libre antes de entrar a gimnasia para sentarme al lado de mi árbol favorito e intentar conectar con la naturaleza.

Odio este colegio, pero debo reconocer que tiene un jardín hermoso y muy espacioso, lo cual es normal con el dineral que pagan mis padres.

Quise que la tierra me tragara cuando noté que el trío de idiotas se acercó al lugar porque van a entrenar, supongo.

— Necesito descansar— Comenta Lucas, sentándose en un banco, quien creo que ya me vio.

— No seas niña, ya casi llegamos.

— Como les decía, ahora cree que soy como tú — le dice Thiago a Aarón. Es evidente que habla de mí.

— ¡Yo no la uso! — Él finge inocencia.

— Sí lo haces, te aprovechas de que le gustas, y yo de que es una buena amiga.

¿Acaso Thiago tiene conciencia?

— La quiero, pero nunca andaría con ella. No es atractiva, mírame a mí y mírala a ella — Aarón no deja de reír.

— El físico no es todo en la vida.

— ¿Porque Maura es horrible, verdad?

Ríen a carcajadas los tres.

— Digan la verdad, Sofía es horrible y nunca andarían con una chica así de fea.

— La verdad, aunque no estuviera con Sharon, nunca me fijaría en ella.

— Yo tampoco lo creo.— Responde Thiago.

Me harté de sus palabras hirientes y me levanté del lugar para marcharme, pero el imbécil de Lucas me delató saludándome.

— Estabas ahí.

— Son de lo peor. Creí que eran mis amigos.

Me marché prácticamente corriendo porque ya no se me antoja tomar mi clase de gimnasia, pero Aarón, que es más rápido, me alcanzó y me tomó del brazo.

— Espera, Sofí.

— Ya escuché. Te parezco horrible.

— Yo te quiero mucho, pero eres solo mi amiga y nunca te vería de otra forma.

— Lo sé, siempre la mejor amiga.— Debo contener mis lágrimas.— No sé por qué pensé que podría llegarte a gustar, eres muy atento conmigo.

— Te confundiste, nunca te vería como mujer. Lo siento, pero es la verdad.

— Está bien, ya entendí.

— No llores. — Él acaricia mi rostro deteniendo mis lágrimas, pero yo alejo sus manos.

— No quiero que me toques ni que me hables. Finge que soy un fantasma, como siempre me dices. — Simplemente me marché.

[...]

— Otra vez llorando— Me dice mi madre mientras me abraza.

— Me quiero ir lejos, mami.

— No digas eso.

— No soy feliz acá.

— ¿Te quieres ir unos días con tu madrina? Volvió Paul del viaje con su papá.

— Me encantaría verlo.

— Cuando termines las clases, puedes ir una temporada.

— ¿De verdad?

— Era sorpresa. Te irás unos meses con tu madrina a París.

— Gracias, te amo, mamá. — La abracé y le di un beso en la mejilla.

Mi madrina es como mi segunda madre. Es una pena que viva muy lejos, y su hijo Paul es mi alma gemela. Somos inseparables desde niños.

De hecho, yo quiero irme a vivir con ellos al cumplir los dieciocho y estudiar en París. Ese es mi sueño para escapar de mi vida.

Mi madrina tiene dos hijos, Paul, mi mejor amigo, y Jean, con quien me llevo muy mal. Él es como la versión masculina de Sharon.