Blaire avanza molesta, enojada, con ella, con Arden y hasta, incluso, con la vida. —¡Increíble!— Susurra para sí misma. Era demasiado para tener en mente, demasiado para poder controlar en su cabeza, y el echo de sentirse extraña a medida que se iba alejando cada vez más del departamento de Arden, era algo qué la volvía loca por completo. Toma su teléfono, ve los mensajes de Karim enviando la dirección en la que se encuentra ahora mismo, pero primero necesita llamar a su mejor amiga, Silvye, ya está enterada de la situación, lo sabe porqué tiene un sin fin de mensajes de la misma. —¡Al fin respondes el teléfono, Blaire!— Exclama desde el otro lado de la línea. —¡Hola!— Aprieta sus labios mordiendo su labio. Silvye respira al escucharla y saber qué se encuentra de una sola pieza. —¿¡