El mismo día Estambul Yildiz El miedo nunca ha sido mi fiel compañero, ni siquiera en los campos de batalla, pues para mí, luchar en nombre de mi imperio siempre ha sido un deleite. Sin embargo, mi vida dio un giro inesperado desde que el destino entrelazó mi camino con el de Burcu. No solo robó mi corazón, sino también mi paz interior. Nada es igual desde entonces, y por primera vez, el miedo se ha convertido en mi constante compañero, acechando cada uno de mis pasos. Vivo en un estado de vigilancia constante, desconfiando de cada persona que se cruza en mi camino. Aunque es comprensible, dado el ambiente peligroso que rodea a mi sultana. Por lo tanto, la cautela y la prudencia son imprescindibles, aunque reconozco que tanto Burcu como yo no hemos evaluado adecuadamente los riesgos y