Fue la mañana del 13 de febrero cuando todo comenzó. Esa mañana como de costumbre, me había levante de la cama justo después de caer del sofá. Asustado por la alarma de mi ordenador holográfica que marcaba las doce del día. Me talle los ojos algo cansado. Quizás porque la noche anterior me había acostado muy tarde trabajando. Después de tomarme cinco minutos, en los que finalmente pude reincorporarme a la realidad. Me levante del suelo, encaminado hacia la cocina. Al entrar. La cafetera automática activo ante mi presencia. Mientras el horno automático iniciaba el protocolo de desayunó, solo detenerse segundo después, y emitir un mensaje que alertaba de la falta de ingredientes.
En este punto, bostecé entrecerrando ligeramente ojos. Con tal somnolencia aun no me explicaba cómo había logrado entrar sin chocar con la puerta de la cocina. Pero recordé que yo mismos la había quitado un par de días atrás, debido a que siempre terminaba estrellándome con ella en las mañanas. Luego de un momento de divagación, escuché el mensaje del ornó, y decidí moverme hacia el refrigerador. Necesitaba comer algo. Lamentablemente lo único que pude ver dentro de la nevera fue un litro de leche de olor extraño que quizás había caducado hacía mucho, y que pronto mutaría en un ser inteligente que en un futuro dominaría la tierra; o quizá simplemente le saldría moho. Quien sabe, en estos días las posibilidades eran ilimitadas.
Después de inspeccionar la leche rancia, decidí mejor arrojarla al reciclado de me materia orgánica. Dios sabe que de una u otra forma le estaba haciendo un favor a la humanidad. Seguido de eso, me talle la frente con algo de preocupación. Era evidente que tendría que hacer las comprar. Para mi suerte se trataba de algo bastante sencillo. En primer lugar, tacaría un panel de control que se encontraba la nevera de mi refrigerador. A continuación, seleccionaría a través de la superficie táctil los víveres que necesitaba. Estos se agruparían en una lista de compras que sería solicitada al supermercado más cercano. El cual por medio de un sistema de drones de reparto transportarían todo hasta el balcón de mi casa. El único inconveniente de hacer todo esto, fue que el servicio no era para nada económico. Pero prefería pagar por eso que salir de casa.
En ese entonces ya llevaba casi cuatro meses sin salir de mi departamento. Pensaba que, si esperaba un poco más, tal vez rompería algún récord. Sin mencionar que no me gustaba salir mucho a los alrededores de mi vecindario. Digamos que no era aficionado a caminar al exterior. Aunque al día daba cuatro o cinco paseos por el balcón de mi pequeño departamento de 4x5. Poniendo una especial atención en tratar de no evolucionar en r**a de humano pálido, y con aversión a la luz. No obstante, debido a mi trabajó orientado a interiores. Estos días se me había hecho imposible la tarea de salir algunos minutos al exterior.
Francamente la vida de un traductor de textos antiguos no ere para nada glamurosa en la época actual. El simple hecho de comenzar a traducir. Te obligaba a desarrollar un ambiente de trabajo solitario, y de reclusión. No había lugar para distracciones cuando se trabaja en cualquier libro, texto, manuscrito, o reliquia que se me fuera entregado. Era esencial hacer correctamente mi trabajo. De eso dependía mi gran y remunerado salario, junto con mi reputación como traductor de textos antiguos.
Otro punto importante a considerar, era el alto nivel de competitividad en este trabajó. Si bien, no existía una demanda tan grande de traductores. Podría decir con franqueza, que en el mundo debería haber más de una docena de personas que podrían hacer el mismo trabajó, e incluso a un precio menor. No obstante, dado muy fuerte curricular. Compuesto por el dominio sobre ocho lenguas muertas, además de algunos títulos en ciencia, ingeniería y tecnología. Me colocaba en un estatus de superioridad, en comparación de muchos otros. Convirtiéndome, casi siempre en el candidato adecuado para muchos trabajos de traducción, y recuperación de información. Por parte de la agencia a la que trabajaba.
Imagino lo que muchos deben estar pensando en este momento. Y si creen que mi trabajó es aburrido porque la mayor parte el tiempo me la paso sumergido en letras. Están completamente equivocados. Puede que no lo parezca a simple vistas, pero es un tanto peligroso considerando el hecho de que trabajó para el sector privado. Traduciendo documentos antiguos de carácter científico para empresas que buscan rescatar tecnologías olvidadas. Esto con el propósito de patentar dichos hallazgos, y enriquecerse con los beneficios. Esto a su vez. Lleva a terceros, a considerar que pueden obtener esos beneficios de manera gratuita, robando la información de las manos del traductor. E inclusive, matando al traductor para borrar toda evidencia, y silenciar al único testigo. Motivo por el cual intento no llamar mucho la atención, y nunca menciono mi ocupación, a menos que él trabajó lo requiera. Esa también sería la razón principal por la que compre el departamento más barato que encuentre en uno de los suburbios más tranquilos de una ciudad poco conocida en un domo de clase C.
Gracias al cielo no debía de preocuparme de nada por el momento. Antes de acostarme a dormir la noche anterior me había encarga de enviar el ultimo trabajó, y la documentación original a la agencia de traducciones para la que trabajó. Ahora era problema de ellos asegurarse que todo llegara a salvo a las manos al cliente. La presión que tuve estos días me dejo bastante agotadora. Y creí que lo mejor sería tomar un descanso por algunas semanas. Hacía años que no tomaba vacaciones, y el sobre esfuerzo estaba comenzando a cobrarme la factura. No era nada saludable que fuera un adicto al trabajo.
Retire una taza de la cafetera, y bebi un sorbo de café rojizo, reconfortado por su calor. Era justo lo que necesitaba para poner a trabajar mis neuronas. Luego de manera inmediata camine hacia la única ventana de la cocina que daba al exterior. Levemente abría la persiana, y di un largo vistazo. Observando a mí vecino de la acera de enfrente de manera paranoica como regularmente lo hacía durante las mañanas. En ese momento él se encontraba en su patio delantero haciendo un poco de jardinería con su esposa. Lo que distrajo bastante mi atención, parecían felices. Aunque verlos por alguna extraña razón me llenaba de una ominosa sensación de molestia, y repugnancia.
Ella era una Lili, cuya combinación genética era la de un conejo. Tenía el cuerpo cubierto por un pelaje gris claro, y su cabeza estaba coronada por una cabellera oscura un poco larga. Además, un par de enormes orejas de conejo sobresalían de su cabeza. Su cuerpo era delgado y estéticamente atractivo como el de una corredora o una bailarina de ballet, quizás; no estoy muy seguro. Como últimos detalles. En su rostro se veía una sonrisa que se encontraba bajo una pequeña nariz algo rosada, junto con unos bigotes que descansaban sobre sus mejillas, y sobre de ellas un par de ojos color café saltaban a la vista.
Su vestimenta costaba únicamente de un vestido blanco. Y sus pies por otro lado se encontraban descalzos, como todas las demás igual a ella. Quizás porque aún no había calzado especial para su especie o simplemente porque preferían la sensación de tocar el suelo con sus propios dedos. Debo admitir que también me encantaba esa sensación por lo que no usaba zapatos en casa desde hacía mucho. Aunque en mi caso lo hacía porque no me gustaba tener que salir a comprar zapatos nuevos cada vez que la suela se gastaba.
Sin esperar más tiempo, fruncí el ceño alejándome de la ventana con molestia ante la escena. Mi mente no lograba entender como una persona podía ser capaz de comprarse una pareja solo para satisfacer sus necesidades. Como un simple objeto el cual se usaba hasta que te aburrías de él y al final terminabas desechándolo. Realmente si lo piensan de esta manera ¡era algo egoísta! La humanidad se aprovechaba de la ignorancia de las Lili´s, que solo comprendían el mundo que sus amos les enseñaban. No entendían, ni buscaban mirara más allá de lo que se les permitía aprender. Sin mencionar el hecho de que eran simples seres que habían sido creados para obedecer al mandato de su amos o maestros. No muy distinto a un robot, o maquinas.
Bebí el resto de mi café dirigiéndome a la sala, aun pensativo sobre lo que había visto. Sentía algo de lastima por el destino que tenían las Lili´s. Pero no era como si pudiera hacer algo respecto. Durante un par de décadas las cosas habían sido así, y conforme pasaban los años me daba cuenta que la situación parecía que nunca iban cambiar. Se había convertido en algo tan usual y cotidiano que nadie le daba mucha importancia a lo que ellas pensaran. Ni siquiera se les permitía decidir u opinar sobre el tema del matrimonio, o la maternidad. Ella únicamente cumplía su propósito para el que fueron creadas y eso era lo único que a la sociedad le importaba. Ni los tres bloques parecían interesados en intervenir, a pesar de que seguían buscando la cura de la SANGRE ROJA. Es más, diría que se rindieron, y que convenientemente aceptaron la nueva normalidad que daba la presencia de las Lili´s en la sociedad actual.
Justo en ese momento recibiría una llamada video telefónica que me saco de mis pensamientos. Regresándome de golpe a la realidad. De inmediato me levante del sofá. Encendiendo la pantalla holográfica de mi televisor. Recibiendo así la video llamada.
—¡¿A quién demonios se le ocurre hablarme tan temprano en la mañana?! — fueron las primeras palabras que salieron mi boca cuando reconocí la silueta en la holo proyección.
Comentario que sería respondido por el dueño la agencia de traducción para la que trabajaba, y mi jefe. Aunque éramos buenos amigos. —Lo siento Will. Sé que no te gusta recibir llamadas tan temprano, pero esto es importante–.
Me talle los ojos, fingiendo un largo bostezo. No quería hacer esto tan temprano. Razón por la cual me lance al sillón desanimado, y sin esperanzas. Justo como lo aria todo gran artista al saber que nada bueno estaba a punto de pasar –¡Escupe ya! Sé que son malas noticias–.
El nombre de mi jefe era Ethan. Un hombre que conocía desde hacía más de una década. Alguien bastante soportable para el trabajo que desempeñaba. Se podría decir que era como mi padrino, debido a que me había ayudado a introducirme en el medio. Consiguiéndome diversos trabajos que me impulsaron profesionalmente, y me ayudaron a crecer. El problema era que como había trabajado tanto tiempo para la concia sus hábitos. Sabía que cuando ese tipo hablaba en persona, y no por medio del contacto de la agencia no se trataban buenas noticias. — ¿Qué sucedió ahora? — replique, sin querer alargar más aun el drama. Obligándolo a ir directamente al asunto.
El hombre trajeado, de cabello oscuro grisáceo, y de casi cincuenta tragos saliva con preocupación. Segundos después lanzo la noticia. —¡El paquete de con la traducción que mandates anoche fue robado! —.
Al escuchar esto me sentí que el mundo que concia se venía abajo. Me había desvelado las últimas noches en la traducción los registros y la receta de un super alimento, encontrados por una compañía dedicada a la producción de alimentos artificiales ¡Y ahora había sido robado! —¡Esto no puede estar pasando! — grite consternado.
—Al parecer el responsable, era un m*****o del equipo del área de correos la agencia. Una cámara seguridad lo capto salir esta mañana, sin firmar su salida y sin dar explicaciones a su superior—.
—¿Lograron dar con él? —
El respondió—No, buscamos en su domicilio. Pero sus vecinas nos informaron que regreso casa en la mañana.
Me talle las sienes enojado —¿Qué hay de las autoridades? Imagino que ya informaste de esto—.
Bajo la mirada —Lo hicimos, pero todo parece apuntar a que escapo del domo— suspiro resignado.
—¿Qué paso con el cliente? — con él trabajó perdido, me preocupaba la reacción del cliente que contrato el servicio de traducción.
—Está furioso, y te está echando la culpa de todo— su ultimo comentario me helo la sangre.
—¿Por qué? No hice nada malo. Yo no fui quien robo la traducción— señale preocupado.
—El siente, que debiste entregar él trabajó personalmente, y no enviarlo mediante paquetería—.
—Eso es imposible. Tu como mi jefe sabes mejor que nadie que mi contrato especifica que para proteger mi identidad como traductor, además de la integridad de los documentos. Todo envió y recibo de materiales se realiza por paquetería— el sistema que manejaba la empresa era bastante estricto. Todo se manejaba físicamente, porque era extremadamente fácil robar la información digital.
—Lo sé, e intente explicárselo al cliente. Pero insiste que quiere una indemnización— podía ver clara preocupación en el rostro de Ethan. La situación no era nada buena para ninguno de los dos.
—He de imaginar, que el seguro para robos de la agencia cubre este incidente— recordaba que, como medida de seguridad, todos los documentos y traducciones estaba asegurados mientras el robo ocurriera en la agencia.
—Lo cubre, el problema es que el cliente no quiere llegara a un acuerdo. Perdió demasiado con esto—se encogió de brazos, y suspiro.
—¿Que pasara ahora Ethan? ¿Trataran de encontrarme? — me preocupaban las represalias.
—No lo aran. Cortaremos comunicación, y no te enviare trabajó por un tiempo. Hasta que todo este arreglado.
—Gracias—.
—Si estas interesado en continuar trabajando. Puedo mover mis conexiones, y moverte temporalmente a otra agencia. Que no trajes para mí, no significa que no puedas trabajar con alguien más— note en su mirada que trataba de hacerme sentir mejor
—No será necesario Ethan— Negué su propuesta. — lo último que quiero ahora saber trabajo. Creo que me tomare unas vacaciones.
La expresión desanimada de Ethan, cambio por una sonrisa. —¿Tanto te ha afectado esto? Nunca imagine en vida que escucharía esas palabras salir de tu boca.
—¿Te preocupa? —.
—No— esbozó una sonrisa. — Es algo bueno. Desde que te conozco jamás te he visto tomar un descanso, y mucho menos vacaciones. Solo te la pasas inmerso en las traducciones, apilando grandes cantidades de dinero que nunca usas. Se cuanto te p**o ¿acaso quieres morir sin haberlo disfrutado un poco?
—sabes que no soy de esa clase de personas que despilfarran dinero hasta la bancarrota— Me resulto molesto su comentario, pero en efecto el dinero no me faltaba por el trabajo.
El argumento —Lo sé, pero no tienes que ir a ese extremo. Has horadó dinero por años. No has pensado al menos comprar otro departamento, o mínimo salir de tu casa. Casi nunca lo haces—.
Quise terminar la conversación al escuchar que todo se dirigía la cantaleta de siempre—¿terminaste? —.
El suspiro al darse cuenta que si no se callaba le colgaría como habitualmente terminaban nuestras conversaciones. –No, una cosa más–.
Levanto mi interés un poco, por lo que les preste algo de atención —Dime—.
Con una sonrisa en el rostro soltó unas palabras que me dejaron estupefacto —Magi, y yo vamos a casarnos—. Cuando escuche esto me exalte de inmediato. Casi caí de golpe en el sofá. No supe cómo reaccionar ante tal noticia. De algún modo era mi amigo y quería felicitarlo, pero no me nacía hacerlo.
Sin pensarlo mucho, señale—No crees que es demasiado pronto. ¡No tiene ni cuatro años desde que la compraste! —
Rápidamente agrego —No me lo parece. Además, te pido que no empieces de nuevo con lo mismo. Sé que no te agradan las Lili´s y eso—.
De inmediato me puse a la defensiva —No es que no sean de mi agrado. Solo que no me parece justo que ellas no puedan decidir cuál será la vida que quieren vivir o lo que quieren hacer. Hasta los indigentes pueden hacerlo. Pero ellas no, simplemente obedecen. Lo cual me parece bastante triste. No me puedo imaginar cómo sería una vida así—.
El me miro —sabes Will. Antes de conocer a Magi. Pensaba que comprar una pareja era algo de moda o por simple gusto. Que solo se trataba de decirle que hacer. Pero después de un tiempo me di cuenta que no era así. Pese a tu manera de pensar ellas entienden lo que hacemos, y toman sus propias decisiones—.
No comprendí lo que decía —¿A qué te refieres? — .
El hombre se rasco la cabeza —Es muy difícil de explicar. Es más bien algo que se debe ser testigo. Digamos que simplemente la vera crecer para convertirse en una verdadera mujer, y al final darás cuenta que la mayor parte de las decisiones las tomo ella—.
Me encogí de hombros —Pues felicidades para ambos—. El ambiente era algo incomodo entre los dos.
Asintió con la cabeza —Gracias. La boda será a finales de noviembre. Para ese entonces creo que problema del robo estará resuelto. Y me sentiría honrado si fueras mi padrino.
Trague saliva preocupado —¿Tu padrino? — .
Respondió —Sí. Sé que quizás no estás acostumbrado a esto y también que eres muy poco sociables cuando se tratan de cosas como esta. Pero te conozco de hace mucho tiempo. Por lo que pensé en ti como mi primera opción. Aunque si no quieres hacerlo, lo entenderé—.
Me di la vuelta, meditando un poco —No lo sé. Creo que debería pensarlo un poco—.
Él sonrió —Lo sé, pero eso te lo dije ahora que hay suficiente tiempo para que lo pienses. Luego podrás darme tu respuesta—.
—Bien— dije algo inseguro de la respuesta que daría —pues de nuevo de deseo que seas feliz. Sin nada más que decir creo que nos hablaremos después—.
En ese momento la conversación se tornaría aún más incómoda cuando Ethan, dijo —Sabes que no soy el único que podría ser feliz. Tú también puedes serlo. Solo basta decisión y un simple clic—.
Suspire al ver hacia donde iban las cosas — Por más tentadora que parezca la idea. Como te lo dije en el pasado— pausé momentáneamente — ¡No comprare una Lili! Prefiero estar solo que pagar por compañía. Aun no estoy tan desesperado–.
El me miro decepcionado —No es para que te enojes. Solo que quizás te sentirá mejor si alguien más estuviera a tu lado. No sé, Piénsalo—. Colgó la llamada, provocando que la pantalla se oscureciera.
Justo en ese momento el dron del supermercado aterrizaría en mi balcón. Depositando una caja de víveres, que se habían cargado previamente a mi tarjeta de crédito durante la compra. Para después irse de la misma forma en la que había llegado.
Recogí la caja del suelo, la lleve a la cocina y desayune un par de huevos fritos. Al terminar me dirigí al baño para darme una ducha. Cuando de la nada algo llamo mi atención. Se trataba de mi reflejo en el espejo sobre el lavabo del baño. Parecía un hippie literalmente. Tenía el cabello largo además de algo alborotado y una barba sucia. Sin mencionar que tenía un aspecto nada agradable ¡Pero como no tenerlo! Ne la pasaba trabajando noche tras noche sin descanso. Creo que había llegado el momento de salir. Me dije a mi mismo admirando mi rostro irreconocible.
Después de una larga ducha de agua caliente, me afeite con mi rasuradora láser hasta que no quedo ni un solo pelo sobre mi rostro, y luego recortaría un poco mi cabello con unas tijeras. Lo suficiente como para ver mis propias orejas las cuales había perdido de vista hacia un tiempo. Por último, antes de salir del baño decidí medirme. Solo para darme cuenta que durante mi autoexilio había crecido un par de centímetro. Por lo que ahora media 1.70 que combinaba bien con mi cuerpo delgado y poco atlético, pero torneado como el de un nadador olímpico. Una combinación poco usual si tomábamos en cuenta que era un traductor que jamás en su vida había entrado a una piscina.
Salí del baño para vestirme con un conjunto de pantalón de mezclilla, una camisa color gris, un par de tenis de color n***o y un chaquete café oscuro además de una gorra que coloqué sobre mi cabeza. Listo al fin, me dirigí a la puerta temeroso. Había pasado tanto desde la última vez que me había parado frente al portal que daba acceso al mundo exterior. Por lo que dude bastante antes de colocar mi mano sobre la manija. No deseaba salir. Pero hasta un traductor solitario como yo necesitaba ver el mundo de vez en cuando, y tratar de no perder la poca cordura que me quedaba por beber tanto café junto con los desvelos.
Abrí la puerta para retroceder un poco por la aversión a la luz. Sentían muy intensa la luz artífices proyectada en las paredes interiores del domo. El cual protegía la ciudad de los dañinos rayos UV. Un poco irritado por la luminosidad. salí de mi departamento. Cerré con llave, y di algunos pasos para bajar por unas escalares exteriores a la entrada del pequeño edificio de departamentos. Por fin en la entrada, respire algo de aire puro y decidid ir a un parque cercano con la intención de disfrutar de un día de descanso bien merecido. Después de tantos días de trabajo que al final terminaron en un fiasco total no quería volver por un rato a mi hogar.
No pasaron más de 30 minutos para que me diera cuenta que era una mala idea, al ver el parque repleto de parejas. Lo cual ocasiono que me sintiera bastante incomodo, así que pase de largo. Dirigiéndome ahora al centro comercial, lugar donde quería hacer unas compras personalmente antes de regresar a casa. Para mi mala suerte. Como la fecha más cursi del año estaba a la vuelta de la esquina. Todo el lugar estaba abarrotado de parejas, sin mencionar las decoraciones corazones, y detalles en rojo. Lo cual nuevamente me asqueo e hizo revólver las entrañas. Aun así, hice mis compras. Tratando de no mirar a parejas haciendo las suyas, o teniendo escenas amorosas sacadas de cuadros de novela. Pero era inevitable no verlos ¡estaban en todos lados, como el gobierno, o los impuestos!
Al menos después de que ves a la décima pareja junta te das cuenta que casi con todas es lo mismo sin importar la r**a o tipo de la Lili. Todos los hombros con ellas suelen comportarse como idiotas, y ellas se sorprenden por la mayoría de las cosas sencillas de la vida, o eso era en el caso de las nuevas parejas. Ya que cuando se trataban de parejas con bastante tiempo de relación, se entendían mutuamente sin decir muchas palabras, y no se entretenían tanto haciendo sus comprar como una pareja frente a mí. Donde la Lili tenía ADN canino de una variación de dóberman. Por lo que su cuerpo era delgado además de estético, tenía un hocico vello y estilizado. Sin mencionar que era leal además de atenta a su pareja humana.
Termine mis compras sin ningún problema. Ahora solo necesitaba regresar a casa. Pero cuando iba de regreso. No pude evitar ver un anuncio holográfico sobre una tienda de atención al cliente de la compañía HAP (humans, animals or people). Compañía fundada por el doctor Kenshi Hayashi. Encargada de la creación y distribución de las féminas de ADN animal. En el anuncia se mostraba un eslogan que decía "justo lo que usted necesita, desea y quiere." Mostrando imágenes de parejas felices, algunas casadas y otras con hijos. Lo cual llamaba la atención de los poco solitarios que solíamos pasar cerca de esos lugares. Eso hasta el momento en que me di cuenta que era el único que miraba el letrero, por lo que me alejé de inmediato a paso veloz.
Por fin en mi departamento. Me percate de mi torpeza, al salir sin siquiera preocuparme de encender los robots de limpieza. Así que los encendí para que recogieran mi desorden. Mientras tanto yo revisaría lo que había comprado, que como siempre eran chuchería que llamaban mi atención, y que terminaría revendiendo en Internet. Cansado me lance sobre el sofá encendiendo el televisor holográfico para ver las noticias que eran dadas por un par de presentadores digitales. En ese momento hablaban sobre las ligas deportivas de la rama femenil. Y como habrán imaginado también eran compuestas por Lili´s. ¡Ellas estaban prácticamente en todo!
—Otra vez... —dije molesto —que acaso nunca van a pasar una noticia importante ¡siempre es lo mismo! – Apagué el televisor. Pero al hacerlo recordé lo que Ethan, había dicho. Por lo que me acomode en el sofá pensativo observando a un robot aspirado que pasaba junto a mí, y cite sus palabras recordando el anuncio que había visto "sola falta decisión y un clic”. Sin darle mucha vuelta encendí nuevamente el televisor. Activé también un teclado de luz holográfico, y me conecté a la red. Convirtiendo el televisor en un ordenado. El cual utiliza para acezar rápidamente, a la página de la HAP.
No sé porque lo hice. Pero al final termine en el portal dedicado a las Lili´s. Leyendo nuevamente el eslogan que ahora aprecia en pantalla — "Lo que usted necesite con solo un clic"—. Por un segundo estuve tentado de dar ese clic. Pero reaccione a tiempo. —¡Qué demonios estoy haciendo! — Me dije a mi mismo desconcertado, e hiperventilándome. Cerrando así la página, mientras me levantaba del sofá. Lo mejor sería recostarse un momento. Pensé, sin entender el porqué de mis ultima acciones. E inmediatamente trata de olvidarlo.
En este punto del día, mis ojos se hacían cada vez más pesados. Había dormido demasiado tarde la noche anterior por lo que comenzaba a resentir parte del cansancio. Y decidí dormirme temprano para variar. Con la intención de recobrar las horas de sueño perdidas. Pero al estar recostada en la cama. Una serie de pensamiento inundaron mi mente durante algunos minutos ¿Qué hubiera sucedido si hubiera dado clic? Sin darme cuenta poco a poco me quedaría dormido entre el murmullo de mis voces internas.