Descansábamos con gran dificultad. Jadeando sobre la cama. Pese a lo que estén pensando, sobre esta escena. Quiero aclarar, que no sucedió absolutamente nada. Habíamos comido demasiado, como para siquiera tratar de movernos o, hacer algo más, con nuestros estómagos tan abultados de tanta comida. Creo exageramos demasiado. Tomando en cuenta, el hecho de que no habíamos comido bien en días. Y ahora estábamos pagando las consecuencias. Brindando con antiácidos, en un par de copas ¡Dios no me sentía para nada bien! Era la primera vez que experimentaba un dolor, y un mareo estomacal como ese. Quitando esos pequeños inconvenientes digestivos, poco agradables. Esa noche se convertiría en una de las pocas noches, que jamás podría olvidar en mi vida. Y la cual, hasta la fecha. Puedo recordar cl