Capitulo 2

2118 Words
Dos semanas después Habíamos contratado a una de esas empresas que hacen mudanzas rapidas. Necesitábamos irnos de la casa que teníamos en Los Ángeles sin dejar rastro, debíamos dejar los muebles, no es que tuviéramos mil millones para comprar muebles pero es que si hacíamos una mudanza tan grande, era más fácil ser rastreados. Como nos habían recomendado los de la mudanza, debíamos hacer las cosas por bloques para no ser descubiertas y con diferentes nombres, ellos harían algo en españa para que no se descubriera dónde nos mudamos. —Catrina, relájate—me dijo Cassie. Tras casi dos semanas después de que anunciamos que nos mudábamos al fin lo hacíamos, aclaremos que llevábamos un mes en proceso y enviando cosas poco a poco a la casa que habíamos compra en Barcelona, y ahora, solo nos tocaba llevar a cada una, una maleta con  las ultimas cosas que nos quedaban aquí. —Estoy tranquila—le aclare. Mis amigas me miraron. Estaba triste, me dolía tener que dejar esta casa por la que tanto habíamos luchado, habíamos ahorrado mucho tiempo para tener esta casa cerca de la playa, con piscina y todo por si no nos queríamos meter en la arena, era una tranquila zona en la que podíamos estar sin problemas, pero debíamos dejar todo, como siempre, no dar información de donde nos íbamos e irnos, me dolía demasiado arrastrar a esto a mis amigas pero ellas me dejaron claro que no me iban a dejar sola que antes me mataban que dejarme sola a merced de ese idiota, de mi ex novio, alguien que más de una vez me mando al hospital, mi país tiene muchas cosas buenas, pero la seguridad y las fuerzas del ordeno no era una de ellas, creo que era uno de los países con mayor tasa de criminalidad, por no decir que aun no siendo ni de lejos el país más grande del mundo, teníamos la mayor tasa de asesinos en serie del mundo,  ¿y he mencionado los tiroteos? Seremos geniales en muchas cosas pero la seguridad no era su fuerte. —Me duele arrastraros a esto, otra vez—dije Todas me miraron. —Nosotras estamos en esto porque queremos—aclaro Claudia y la mire. —Venga ya—me queje y las mire—¿No estaríais mejor en New York trabajando y estudiando lo que os gusta, tranquilamente?—les pregunte. Las tres me miraron. —Tu no has elegido esto, nosotras si por lo que sabemos lo que hacemos—me dijo Catherine. Suspire y mire a otro lado. —Tu no elegiste que Michael fuera un cabrón con cerebro de oruga que solucionaba todo con violencia, Catrina, esto no es tu culpa, no es tu culpa nada de lo que hizo y nada de lo que pasaste, te engaño, nos engaño a todos y lo importante es que ahora podemos luchar contra él, tenemos las armas—me dijo Cassie. La mire. Siempre intentaba no recordar a mi ex novio, era el chico perfecto de forma física, y era un engaño en primera instancia, te engañaba, te hacía creer que era un chico encantador, un perfecto caballero, a nuestra primera cita llevo rosas y margaritas, un ramo para mi madre y otro para mi, a mi padre le dio una botella de vino, en esa época aún vivía con ellos, mis padres quedaron encantados, había tenido muchas citas y los chicos nunca eran tan atentos, abriendome la puerta y moviendo la silla para que me sentara, me acompañaba hasta la puerta de mi casa para que estuviera segura. Vi crecer las mariposas que me provocaba con cada detalle y vi como las mataba, cada una de ellas, le arrancaba las alas y golpeaba con fuerza en el corazón. Aprendí a nadar contra corriente para no sufrir, tuve que luchar contra todo para sobrevivir. No le quería volver a ver, no quería oír de él, y mucho menos quería penar en él o hablarle. Al principio todo iba bien, pero las cosas empezó a cambiar, a mostrar su cara. En un inicio eran recomendaciones, una ropa que para él me quedaba mejor, le hacía caso porque me parecían cosas inofensivas, nadie piensa que ella va caer en el maltrato, todos pensamos que es imposible que seamos las victimas, es así, nadie piensa que sera el siguiente que ocupe la portada de las noticias. Pero las cosas fueron a más, pasamos de no querer que me pusiera vestidos a querer mirar mi teléfono, no me importaba, no tenía nada que ocultar, podía ver lo que quisiera pero bloqueaba a la gente y borraba cosas sin que yo lo supiera, estaba quitándome oportunidades porque crecía más rápido que él, me molestaba pero lo dejaba pasar porque aunque hubiera malos momentos, hacía que los buenos valieran la pena, error, debí irme en ese momento. Comenzó a no querer dejarme salir, a que fuera a los eventos con él y que si él no iba, yo no ir, no comprendía porque lo hacía, cedi en muchas ocasiones, segundo error, pero cuando comenzó a querer apartarme de mis amigas y familias, cuando comenzó a querer aislarme fue cuando decidí que no podía permitirlo, me dijo de mudarme con él, me negué, me negué a que no me dejara estar con quien quisiera y fue cuando las cosas fueron mal, comenzaron los insultos y amenazas, tenía demasiada información de mi que me daba miedo que usara, era una niña, solo tenía dieciséis años, no era  consiente de nada, no sabía nada de la vida, solo creía saber que las cosas eran como en los cuentos, como en las películas, un diario de noah  en la vida real. Todo se trasformo en insultos y golpes que yo ocultaba por vergüenza, me hizo mudarme con él, me obligo, tenía tanto miedo que veía tutoriales en internet de como taparse los golpes con maquillaje o veía videos de como ser la novia perfecta, pero cada cosa le molestaba más que la anterior. Suspire. No quería pensar en él, no quería recordar nada de él. —Claro, puede que tengas razón pero eso no lo hace más fácil—me queje. Cassie me agarro de los brazos. —¿Quien mierdas dice que esto es facil?—me pregunto Cassie molesta. —Cassi no te pases—le dijo Claudia. Cassie me soltó molesta, con brusquedad. —Siempre te estas lamentando, te crees que eres idiota por caer en su juego, vas de segura pero no lo estas—me dijo y la mire impresionada. —No creo que sea momento de tener esta discusión—comento Catherine. La mire. —Callaros, dejar de defenderla—dijo Cassie. La mire impresionada. —No es tu culpa—me dijo y la mire—El único criminal, el único que hizo mal las cosas en esta historia es él, y sigue haciéndolo—me aviso y le mire—Nosotras estamos contigo porque ese chico destruyo a nuestra amiga, mato cada cosa de ti y te quita las ganas de estudiar, te quito las ganas de vivir y no vamos a dejarte sola un solo segundo, no porque no confiemos en que no luches sino porque no pensamos permitir que se apague de nuevo tu luz, como si me tengo que atar a ti—me dijo. La abrace. Cuando una persona es maltratada la gente solo le dice que debe luchar, que debe seguir adelante, superarlo pero nadie nos da el apoyo que necesitamos, nadie nos da lo que queremos, solo dicen, lucha ¿Se creen que no queremos? ¿Se creen que nos gusta estar en la mierda? Pues no, al menos yo y las personas en la misma situación que conozco, quieren luchar, quieren coger el torro de los cuernos y lanzarlo lejos, quieren ser felices pero no podemos solas, tenemos miedos, había noches que me aterraba cerrar los ojos porque me lo imaginaba entrando por la puerta de mi habitación, mis amigas dormían conmigo sin hacer preguntas. Las preguntas sobran, en ocasiones solo necesitas que lo hagan que hagan cosas que sabes que necesitas pero no puedes pedir. Mis amigas me conocían desde pequeñas, nos criamos juntas, vivíamos en la misma calle, por eso fuimos a la misma guardería y a la misma escuela, y al mismo instituto, todo juntas, fue la mejor etapa de la vida, a los quince años nos mudamos juntas, el estar juntas desde siempre hizo que nuestros padres igual o más amigos que nosotros. —Gracias—le dije. Me miro sin entender nada, era la primera vez que dejaba así a Cassie, sonreí. —Me espabilas cuando lo necesito—le dije. Mi amiga rio. —Lo seguiré haciendo, tranquila—me dijo. Cassie agarro mi maleta rosa para tirar de esta hacía afuera, habíamos vendido nuestro coche y no solo eso, sino que la casa, era nuestra, la habíamos comprado con sudor, lagrimas y esfuerzo y ahora todo se iba a la mierda, como si no hubiera importado, me sentía tan triste. —Pensar que europa esta más cerca de chica, quizás nos llega antes lo de aliexpress—comento Claudia. La mire. Se que se lo estaban tomando con positividad de la mejor forma que podían, la cosa no era bonita, no era bonito que te enviaran fotos tuyas, que te enviaran animales muertos o trozos de cuerpo humano, que no se si eran de verdad o atrezo, pero no era algo divertido, daba miedo, ya no se si estaba cortando orejas a gente por la calle o era algo falso que enviaba para darme miedo, fuera lo que fuera, consiguió que me cagara de miedo.  —No nos mudamos por ti, deja de creerte el centro del mundo—me dijo Claudia. —Vale—les dije. Lo hacían todo por animarme, eran las mejores amigas que una persona podía tener. Cada una me da una cosa, cada una es de una forma diferente, es todo luz y tranquilidad. Cassie, Casandra para su madre, quizás era la que más carácter tenía, era tauro y slytherin para quien crea en una cosa u otra, era leal, demasiado, sus amigos eran su mundo entero, no le gustaban las cosas que duraban poco, si no ibas enserio con ella, mejor no acercarse a ella, era demasiado rencorosa, si le hacías algo era casi imposible que te perdonara a menos de que le bajaras la luna o congelaras el mundo, era así, leal, rencorosa y decidida. Catherine, Cathy, mi querida amiga es virgo y ravenclaw,  es de las personas más inteligentes que conozco, demasiado dedicada, inteligente, siempre esta haciendo cosas nuevas, no se rinde, siempre busca la forma en la que las cosas salgan bien, es organizada y meticulosa, si tuviera que planear un crimen la llamaría a ella en ocasiones me recordaba al profesor de la casa de papel. puede parecer que es muy simple pero lo que pasa es que exige poco en apariencia pero mucho en realidad. Claudia, mi dulce niña,  es libra y hufflepuff, de forma normal, cuando tiene su café y está despierta es la alegría en persona, era demasiado buena, solo le faltaba las coronas de flores, pero enserio tenía todo lo que se decía de este tipo de personas, la indecisión de los libras y la dulzura de los hufflepuff pero no era tonta ni débil, haz daño a sus amigos, a ella todo lo que quieras, pero haz daño a sus amigos y estas muertos, gran determinación y no se echa para atrás cuando decide algo. Y yo, supuestamente soy leo y gryffindor ¿Quien lo diría? Una persona que se ha dejado pisar, una persona que ha dejado que le hagan daño ¿quien diría que soy leo? ¿o gryffindor? Dos caracteres llamativos pues no, yo era la rara, aunque me gustaba ser el centro de atención que todos me miraran, no tenía la fuerza y el aventurismo que debía tener, creo que a mi me metieron donde quedaba sitio libre porque no entiendo como puedo hacer mil teses, dar la misma casa y haber nacido bajo leo, no encajo. —Catrina—me llamo Claudia y la mire. Mi amiga estiro su mano y agarro mi mano. —Nos vamos—se limito a decir. Mire la casa por ultima vez, esperaba aunque sea volver a la zona porque fue el primer lugar en el que me sentí segura en mucho tiempo, me aterraba dejarlo, pero no había otra opción, me había encontrado por lo que debía irme corriendo, debía estar protegida. Esperaba que en Barcelona todo saliera bien, que terminaran esta pesadilla, rezaba para ello.
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