3.

4230 Words
En fin, volviendo al contexto de ese momento, toqué el timbre del apartamento de Jimmy y tardó una eternidad en abrirme la puerta. ¿Qué Carajos? ¿será que se está afilando las pezuñas? Timbré sin parar un rato más, pero cuando lo hizo, fue todo muy sospechoso y desconcertante. Tenía el rostro bastante rojo y estaba sudando, hasta tenía mal puestos los jeans, ¿se masturbaba o qué clase de cosas hacía? -¿Qué quieres? -Vine a saludarte, ¿no me invitas a pasar?-Le dije tratando de sonar amigable, pero él, lógicamente no creyó mis “buenas intenciones”. Él sabía lo pécora que era y era más que evidente, que ninguno de los dos gustaba del otro, pero qué más da. -No.-Me dijo e iba a cerrar la puerta, pero no lo dejé porque me dio mucha curiosidad el saber con quién estaba. Trató de empujarme para que no entrara, pero logré escabullirme… no podía creer lo que mis ojos veían, ¡estaba un chico y una chica casi sin ropa en su sala, masturbándose! ¡Estaba teniendo un trío el hijo de puta! Jamás me hubiese esperado ver algo así, quedé impactado y me gire a mirarlo, pero escondía el rostro de la vergüenza. ¿Quién en su sano juicio tendría un trío con el hombre calceta? ¿es que les pagó? ¿o tienen sexo usando aromatizantes o esas porquerías. El otro chico que aún no me había visto, gritó su nombre como para saber si Jimmy iba a regresar al acto, me perturbé de inmediato y el tipo que desconocía, me vio, se molestó demasiado, no sé aún por qué y entre los dos me empujaron, sacándome del apartamento y cerraron la puerta en toda mi cara, hasta sentí el olor a madera. Salí, sin saber bien qué hacer. Puede que molestara a Lucía, le hiciera bromas y demás, pero esto es muy, muy malo. ¿Qué le diré? No puedo llegar y decirle: el Jimmy me echó porque tenía sexo con dos personas, no. Debía idear alguna mentira o no lo sé, no puedo destrozar a mi hermana de esa manera. No podía sacarme esa imagen perturbadora de mi cabeza, el con esa cara de intestino en verdad engañaba, mostraba algo que no era. Le dije a mi hermana que el no quiso hablar conmigo, era mejor mentirle porque esto la haría sentir peor de lo que ya estaba, no podía hacerle eso a mi hermana. Sé que es difícil de creer, pero ella es lo que más quiero en el mundo o bueno, junto a mi papá, quién a pesar de que me reseteó el otro día, es un tipazo y sé que nos adora, pero es que con Lucía, las cosas eran lógicamente diferentes. Ella me ayudó mucho en mi niñez y preadolescencia. Me enseñó cosas que me sirvieron de mucho en un futuro, incluso, a sobrevivir en algunos aspectos. Me había hecho lo que soy, que me gustara leer y ver películas de culto. Me enseñó a vestirme mejor y cuidar mi apariencia, porque de niño siempre andaba hecho un desastre y mi cabello crecía tanto, que parecía una lesbiana desempleada, pero ella me obligaba a cortarlo y me dijo que la apariencia (sin importar si eres físicamente atractivo o no), que debía ser impecable. Es decir, siempre debía vestirme bien, arreglarme, usar perfume, porque eso sería útil cuando trabajara o quisiera salir con alguna mujer. Mantuve esas costumbres durante toda mi vida y sí, me sirvieron muchísimo. También me enseñó cosas menos constructivas para mi vida, como a manejar patineta, tácticas en la consola de viedeojuegos, juegos de azar (los cuales me hicieron ganar mucho dinero el año pasado) y lo mejor, por lejos, es que me hizo un dios jugando fútbol, no con práctica porque ella no lo jugaba pero me hizo ver tantos partidos, especiales y ese tipo de cosas que ya sabía todo lo que debía hacer, también me obligó a entrar en el equipo de fútbol de la escuela pero poco después lo abandoné porque conocí a Daniela, mi ex novia y eso sí que la hizo enojarse. En fin, Lucía como podrán notar, era una persona completamente culta, sabía expresarse, hablar, era inteligente y siempre aprendía cosas nuevas. También era muy, muy hermosa y no lo digo porque sea mi hermana, realmente lo es, y es por ello, que no comprendo como un tipo tan desagradable como Jimmy, desaprovechó la oportunidad de estar con alguien como ella. Él no la merecía, creo que en parte esto fue lo mejor, ella merece mucho más. Necesitaba hablarle a alguien de lo que había sucedido, no sabía con quién porque mi mejor amigo José Daniel, se había transferido de escuela según creí en ese momento, que fue por el incidente de la cárcel en que sus papás lo obligaron a retirarse, pero no fue por eso, me mintió. Lo hizo fue para estar con su novia, una chica con quién llevaba menos de dos semanas, es increíble. Lo peor es que ya lo dejó, la ironía. A pesar de conocer prácticamente a más de media escuela me sentí solo. Estaba en el descanso y salí de clases, caminé y cerca del césped de la cancha vi otra vez a la chica de las cavernas, la que seguí la otra tarde y ahora que lo pensaba, no la había visto desde ese día y justo ahora que lo hacía, yacía tendida boca arriba como un ángel en pleno sol de la tarde, en todo el centro de la cancha de fútbol, la más pequeña. Esta vez venía peor vestida que el día anterior, tenía un sombrío vestido n***o largo hasta debajo de la rodilla que le cubría completamente los brazos y traía un sombrero o gorro similar, pero de color n***o también, al igual que sus tenis y mochila. Deduje que era la metalera más anticuada y tenebrosa que podrían ver mis ojos o tal vez, tenía tanta personalidad que le importaba poco o nada lo que pensara la gente, probablemente sea lo último. Otra vez me acerqué a hablarle porque de verdad me llamaba la atención, ni entendía bien por qué, aún no lo comprendía y no, esta vez no me acerqué por mero aburrimiento, fue porque deseé hacerlo. Caminé hacia ella, y cuando llegué, miré hacia abajo porque ella estaba acostada y yo de pie. La miré serio, y ella, se tapó los ojos cuando me vio y eso evité reír como pude. No sé porqué se irrita tanto cuando me ve. -¿Te falta vitamina D? ¿o quieres broncearte para coger color cucaracha?.-Le dije mientras me sentaba junto a ella quien seguía acostada con tremendo sol encima. Era curioso mirarla, no lo comprendía. -¿Qué dices? -Yaces tendida con un sol de 30 grados encima. ¿Es eso normal? No creo que lo sea, pero por algún motivo, me agrada.-Cuando le dije eso, ella enseguida se sentó y me miró bastante mal, como si le hubiera dicho alguna grosería o algo así. He podido notar que es bastante mal geniada y no creo que sea solo conmigo, ¿o será que sí y ya me gané su odio? -¿Crees que puedo agradarte?-Me dijo y yo no entendía nada.-Pues si eso piensas te equivocas- -Pero me agradas… -Oye, ¿escuchas eso? -No escucho nada. -¿Tampoco vez al niño que está pegado a tu espalda? -Qué m****a…-Me asusté y giré lentamente mi cabeza hacia atrás… pero lógicamente no había nada, la chica sombría (que por cierto no le había preguntado el nombre) me miraba fijamente, pero sin expresión, en ese momento me pregunté:¿Cómo luciría ella sonriendo, enfadada o triste? De verdad, no mostraba nunca alguna expresión. Siempre parecía enojada, pero no fruncía el ceño ni mucho menos. Parecía estar tan en su propio mundo, en su burbuja, que cuando alguien intenta entrar en ella, se pone a la defensiva. -Eres bastante crédulo y predecible. -¿Qué? ¿por qué dices eso? -¿Sabes que sucede si metes una uva dentro de un microondas? -Se calienta…-Dije inseguro. -No, explota. -Qué… qué cosas dices… -¿Sabías que el orgasmo de un cerdo dura treinta minutos? -No… ¿Por qué sabes esas cosas? Entrecerró los ojos y se levantó, poniéndose de rodillas detrás de mí para hacerme un masaje en la espalda, esta chica sí que era rara pero el masaje era tan bueno que me hizo relajarme por completo y sonreír como un tonto. -Y, por último, ¿sabías que doy muy buenos masajes? -No… -Yo tampoco.-Me dijo y luego se fue rápidamente, la perdí de vista casi enseguida porque se metió entre la gente. Esta chica me causaba una sensación agradable, de verdad quería conocerla más. Al día siguiente era sábado y cómo no tenía novia o algo que hacer (triste pero cierto) decidí empezar lo que había planeado. Sí, como lo mencioné alguna vez, todo lo que ocurrió en esa época, fue por mero aburrimiento, es increíble. Al día siguiente era sábado y cómo no tenía novia o algo que hacer (triste pero cierto) decidí empezar lo que había planeado. Sí, como lo mencioné alguna vez, todo lo que ocurrió en esa época, fue por mero aburrimiento, es increíble. Abrí un perfil en línea usando el navegador de tor que es prácticamente imposible de rastrear, aunque sí hay sus formas. Tuve que configurarlo por completo, de manera minuciosa. Al finalizar, usé por supuesto, un nombre y correo falsos para no correr riesgos. Así de fácil y rápido cree mi perfil que se llamaba Bill Manguera (alábenme perras), no sé de dónde saqué ese nombre y empecé a agregar mucha gente al azar para tener más amigos y darle realismo a la cuenta, también coloqué fotos de un perdedor americano porque no podía colocar las mías jamás o me descubrirían de inmediato. Alcancé a tener trescientos amigos en tan solo el fin de semana, ahora sí que podría empezar lo mío, al fin, volvería a ser el dios que era antes de ganarme la fama de m****a que conseguí en los años anteriores. Es que ya nadie confiaba en mí porque me conocían y sabía de lo que era capaz, entonces perdí mi gracia. Agregué a todos los que conocía de la escuela, incluyendo a chicos de cursos muy inferiores para hacer más popular la cuenta, empecé a publicar videos de mujeres aplastando lagartijas con los senos y otros en que las aplastaban con los tacones. En la tarde entré de nuevo y coloqué un estado etiquetando al perdedor de Marcelo, esa iba a ser mi primera víctima, el estado decía: “Tu mamá te tuvo porque no tenía para el aborto”. Tan solo seis segundos después recibí malos comentarios de chicas de su curso y no demoró en manifestarse su novia (no sabía que Marcelo tenía novia), entonces miré en sus perfiles, sus números de teléfono y así les mandé el primero de los seiscientos veinticuatro mensajes que les envié a esta parejita en el transcurso del año. La relación que tuve con ellos durante ese año, fue mi relación más larga, la ironía. Ese fin de semana sí que me divertí con ese perfil, había encontrado mi vocación, mi razón de ser. Sentía cómo mi ego se incrementaba y me causaba tanta excitación, que sabía que iba a poder detenerme. Había encontrado mi heroína. Así, iba campante por la vida, como si no tuviera responsabilidades. Incluso, me ideé un antifaz que usaba sólo cuando acosaba y papá lo odiaba, me decía que me veía ridículo y Lucía, decía que la perturbaba y no le gustada que me acercara a ella cuando lo usaba. En fin, era feliz, con mis mensajes y antifaz, pero como no todo es bueno, olvidé que debía leer Tonos grises para la clase de literatura, tendría un examen de este y yo no sabía nada, no sabía ni siquiera el nombre del primer personaje o el argumento de este. Lo peor, es que lo habían mandado a leer como mucha antelación y no tendría excusa alguna que me zafara de la que estaba por venir. Rodaría mi cabeza por el salón de clases esa mañana. En pocas palabras, estaba perdido. Me levanté mucho más temprano que de costumbre para llegar a la escuela y leer páginas al azar del libro para tener al menos una idea del argumento de este, esa nota era la mitad del trimestre, no podía perderlo porque ya el viejo me amenazó, de nuevo con el tema de la cachetada con el pie y tragué hondo, no quiero tener su bota en mi bello rostro. Papá me regañó porque me vio atragantarme con el cereal, pero es que no tenía tiempo, salí corriendo de la casa y me monté en la patineta, pero yo era más rápido corriendo así que corrí hasta la escuela. No tenía otra opción, qué grandísima porquería. Correr con hambre es peor que cagar con hambre Llegué totalmente cansado, agitado, de mal humor y aún peor, bañado en sudor. Era un mal indicio de cómo terminaría mi día. Entré a la biblioteca y empecé a leer lo que fuera, cualquier página era válida a estas alturas, solo me quedaba media hora para que empezara la clase y yo ya estaba en pánico, estaba tan apresurado que no entendía nada de lo que leía, vi a varios de mis compañeros también ahí, en la misma situación que yo, leyendo a duras penas el libro, sabiendo que poco a poco iban muriendo nuestras esperanzas, ya estábamos perdidos ¿Qué más da? me rendí, mejor le daría mi cabeza a la profesora, me retiraría con la poca dignidad que me quedaba y ya está. Me lamentaba por dentro, y pensaba en técnicas para aguantar el dolor de la cachetada del viejo, ¿será que mejor me pega en el lado derecho… o mejor en el izquierdo? Discutía mentalmente donde debería patearme y me marchaba hacia el más allá, cuando sentí que me agarraron por detrás y giré y vi a la chica sombría. Por dios… esta vez venía con unos enormes anteojos, un gorro o sombrero como los de antes, pero esta vez en un tono purpura, una camiseta negra del movimiento Greenpeace que decía: “Salven el ártico “y unos jeans totalmente desaliñados, como tres tallas más grandes de lo que debía ser. Ella tenía un olor en particular. Como habrán notado, tengo un olfato tan bueno, que siempre me mete en inconvenientes, puedo oler al más tenebroso a lo lejos, pero ella… tenía un olor como a… coco o… no lo sé, era muy agradable, ¡fascinante! -No leíste Shades of gray ¿No es así?-Me dijo muy seria. -¿Qué es eso? -Tonos grises de Brooke mckinley, no lo leíste. -¿Cómo lo sabes? -Mírate, tienes el libro en la mano y estás pálido, apunto de llorar. -No lloraré, ya me resigmé y le entregaré mi cabeza a la profesora apenas la vea, para que ¡zazs!la corte y fin, se acabó el sufrimiento bárbaro de una época en que…-Me interrumpió en seco y me miró frunciendo el ceño. -¿Quieres hablar o quieres que te resuma la historia? -Si haces eso, me caso contigo. -¿Qué? -Te heredaré todos mis bienes materiales e inmateriales. -Mmm, es un trato justo. Me sorprendió, me contó todo el libro de principio a fin, era estupenda la historia o no sé si lo era por la forma en que ella me la relató, pero me gustó muchísimo, ella cambiaba su voz cómo para hacer la voz de Miller y Danny que son los personajes principales, de verdad me entretuve y me decepcioné cuando sonó el timbre de inicio a clases, quería seguir con ella, no sé por qué. Sentí que la conocía un poco más, hasta creo que vi que sus ojos me sonrieron por un momento, se movía bastante y cruzaba las piernas en su silla mientras estaba sentada. Ella ya se iba cuando la tomé del brazo para preguntarle: -¿Cuál es tu nombre? Dudó unos segundos, pero no respondió. Vaciló y decidí ser insistente. -¿No me lo dirás? ¿Qué clase de tramullo ocultas? -Cállate. -¿Cuál es tu nombre entonces? -Jimena. -¿Jimena? -Sí, Jimena Elizondo. -Eso es de una telenovela.-Chasqueó la lengua.-¿Cómo te llamas? Me gustaría mucho saber -Pregúntale a la p***a curiosa que tienes detrás.-Me dijo y se fue de la misma manera que se fue la vez anterior que la vi, muy rápida, miré hacia atrás y ahí estaba Joel, él también era uno de mis mejores amigos y yo pensaba que se había retirado con los demás, me dio mucha alegría verlo. Ya no estaría tan solo. -------- Saqué una de las notas más altas en el examen, eso me hizo sentir muy tranquilo, hablé con Joel, me contó de sus vacaciones y me dijo que había viajado donde sus abuelos, por eso había entrado tan tarde a clases. Al parecer se estaba tramullando a dos chicas, eso sí que lo llenaba de orgullo y a mi parecer, es de un m*****o hacer eso, pero era mi amigo y no iba a reprocharle lo que hacía. Yo tengo una teoría sobre la gente que hace ese tipo de cosas. Creo firmemente en que, la gente menos pensante, es la que suele ser infiel. Por lo general, alguien inteligente, no se pondría a hacer algo tan bajo como eso, a seguir un instinto tan cavernícola y bajo, actúar como si fuesen un perro que ve a varias perras en celo. Les daría incluso asco actuar así. Por eso no respeto a nadie que hace ese tipo de cosas, puedo ver qué tipo de personas son, con pocos estudios, aspiraciones y un estilo de vida mediocre, sean pobres o ricos. No he visto al primero que se jacte de tener varias chicas, siendo alguien pensante o que pueda mantener una conversación inteligente. En fin, le pregunté por el nombre de la chica sombría y me dijo que se llamaba Mía Therese. Un raro nombre para una rara chica, le iba como anillo al dedo, de verdad y me sorprendió saber que Therese era su apellido ya que usualmente es un nombre, pero ese era el apellido de su mamá que tiene raíces italianas, al parecer Joel la conocía más de lo que yo me imaginaba Ella era vecina de una amiga de la prima de su ex novia, una larga historia, pero él la conocía porque un día, años atrás en la escuela, él estaba jugando fútbol con sus amigos y pateó muy fuerte el balón, este se desplomó encima de una maqueta que Mía traía. El corrió a disculparse, pero ella no aceptó y en cambio lo pateó a él también ¿Por qué patea a todo el mundo? Fue la pregunta que le hice a Joel y él me respondió que era porque ella practicaba Tang so doo que es algo parecido a las artes marciales o taekwondo. De ahí su actitud agresiva pero lo que no me explicó fue el porqué de su modo tan espantoso de vestirse o también el porqué de que no muestre expresiones o el porqué de que se desaparezca tan rápido. En el transcurso de esa semana no la volví a ver, eso me resultó curioso, pero decidí concentrarme en Bill Manguera, mi alter ego. ¡Pobre Marcelo! Comentaba la gente de la escuela, no dejé de publicarle cosas en una semana, todas por supuesto, eran ofensivas. Luego de una semana me bloqueó, era lógico que lo hiciera, pero no entendí el por qué lo hizo tan tarde. Cuando me bloqueó, empecé a acosarlo por mensajes a su teléfono celular, de ahí si no podría bloquearme jamás. Le enviaba un mensaje tras otro sin parar, para que no dejara de sonar su teléfono, le dejé mensajes en la madrugada, en la noche, en el día, le decía cosas como: “Te estoy observando” o “Te amo”, me gustaba sonar contradictorio para enredarlo, además, Bill a veces se comportaba como gay y otras lo insultaba, eso me resultaba genial. Me quería enfocar en cosas así para hallar su estilo. Luego de dejarle ya muchos mensajes por esa semana, le empecé a enviar mensajes de texto a su novia Sara en el que usaba un lenguaje que solo un pedófilo o v******r usaría, le mandé tantos mensajes amenazantes, perturbadores y escalofriantes que me empezó a doler la mano y dejé de hacerlo, solo por esa noche.  Fui a la casa de mi tío Felipe que vive a unas casas de la mía para que hiciera que mi teléfono fuera invisible o inrrastreable para el mundo. Él era experto en estos temas y me enseñó a usar varios métodos para esto, cuando le dije me miró mal, sabía que tramaba algo malo, pero no me preguntó nada, agarró mi teléfono y se lo llevó a un pequeño taller que tiene en su cochera, luego de un par de horas que esperé con mucho aburrimiento, salió y me lo arrojó encima, ahora nadie me podría rastrear. Luego fui a mi casa y empecé a mandarles mensajes de nuevo, me frustraba que no me respondieran, así que no me detuve hasta que el imbécil de Marcelo me dejó un mensaje: “¿No te cansas?”, me frustré aún más porque quería que explotara de la rabia, le inventé apodos pervertidos a él y a su novia, les dije que los iba a v****r repetidas veces, me autodenominaba como un dios y les decía que debían idolatrarme, que todas sus plegarias debían ser dirigidas al santísimo que era yo. Me reí bastante cuando les dije eso. El lunes no fui a clases porque papá se cayó en un alcantarillado y me tocó acompañarlo al hospital, al principio me causó mucha gracia verlo metido en esas aguas verdes y espantosas, pero luego cuando vi que estaba herido, dejé de burlarme. Se recuperó pocas horas después. Al día siguiente fui a la escuela, llegué al salón de clases, pero no había nadie adentro y tampoco en los pasillos, escuché ruidos y aplausos, los usé para guiarme y estos me llevaron al auditorio. Allí estaban todos reunidos, desde los novatos de primer año hasta las mariposas del último, los llamo así porque hay unos siete que son homosexuales, son demasiados. Entré lentamente para no llamar la atención y luego me detuve porque vi que la gente le gritaba bastante a unas chicas que estaban bailando en coreografía “la música” que comenté anteriormente, todos se veían bastante emocionados al verlas bailar, me senté junto a los de mi clase pero solo porque no encontré a Joel. Estaban celebrando el cumpleaños número 50 de la escuela de ahí todo el alboroto. Me aburrí bastante al ver tanta gente haciendo actos estúpidos, un chico que se llama David (buen candidato para acosar) pasó al frente para hacer un bochornoso acto de magia que acabó bastante mal, eso causó la burla de todos incluyendo la mía, ahí empecé a divertirme, también pasó una chica a cantar la única canción famosa de las Spice girls o la única que conozco, la verdad lo hizo bastante bien y me gustó, pasaron otros chicos en son de comedia que también me gustaron mucho, hicieron bromas ofensivas sobre los profesores y sobretodo del coordinador, sabían que los iban a castigar, pero al parecer no les importaba mucho la idea. Fueron bastante graciosos.  Después de ellos pasó Mía, me sorprendí al verla en frente porque no pensé que fuera del tipo de chicas que quiere llamar la atención haciendo un acto público, algo en mí se despertó y quería que me viera, pero no lo hizo, pensé muy pocas veces en ella en estos días, pero en ese momento, sentí una atracción muy fuerte, no quería dejar de mirarla. Ella llevaba unos tres minutos de pie en frente de todos sin hacer nada, miraba muy seriamente a todos y la gente ya empezaba a irritarse, resonaban. De repente, empezó a desvestirse y entré en pánico, no quería que la gente la viera desnuda, todos gritaban muy emocionados y los profesores estaban corriendo hacia la tarima para que se detuviera, yo estaba boquiabierto cuando de repente se escuchó música clásica, empezó a bailar. Al parecer se estaba quitando la ropa para quedarse en un vestuario más cómodo que traía debajo, no iba a desnudarse y eso me alivio.  Fue impresionante lo que hizo, lo que bailó era opera de eso estaba seguro, pero estaba tan impresionado que no presté atención a la música si no a sus movimientos, parecía muy profesional en lo que hacía, era bastante flexible e hizo movimientos muy peligrosos que hicieron sobresaltarse a muchos. La gente la aplaudió bastante y yo también lo hice. No podía esperar a buscarla en el descanso para hablar con ella sobre eso o sobre lo que fuera, ahora sí debía conocerla, ella era exactamente lo que yo estaba buscando. En ese momento juré que ella iba a ser mía.
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