Amenaza

2131 Words
PVO Bárbara. Bastantes problemas tengo con estar sola en una disco con un hombre guapo pero desconocido. Se supone que sería una cita doble pero esto se ha convertido en otra cosa. Bien, no debo tener miedo, alguna vez quise una cita a ciegas y este parece ser el indicado. Ya después veré qué Max no le haya hecho nada malo a mi amiga, sino se las verá conmigo. Me veo al espejo, arreglo mi cabello y retoco mi maquillaje. Muevo un poco mi escote para que realce y listo. Vamos Barbie, hoy se lo que quieras ser, y si se da algo bonito con Marco que parece un tipazo amable y sexy, pues, a aprovechar. Salgo hacia la mesa donde se supone debe estarme esperando pero no está. Quizás se fue a los servicios, sí, ya que aquí hace demasiado calor, así que espero mientras pido un trago. La noche es tranquila, amena y la música muy acorde a lo que deseo. Romántica y con toques suaves, sí, me gusta, perfecta para una cita. Miro el reloj y ya han pasado casi 15 minutos, no creo que los servicios de los varones este lleno, ¿O sí? Tomo mi celular y decido llamarlo, necesito saber si está bien, pero no obtengo respuesta, ¿Le habrá pasado algo? Suspiro y le dejo un mensaje, menos mal Caro me dejó su número en caso me llegase a gustar esta noche y quiera algo más que una noche de pasión. Termino mi trago y salgo al estacionamiento, miro mi celular pero no obtengo nada, ni mensaje menos una llamada, ahora sí comienzo a preocuparme, hasta que porfin algo. “Espérame en tu auto" Un mensaje sencillo pero al menos algo, lo que me tranquiliza. Mientras espero, me arreglo lo mejor que puedo y ahora sí me estoy poniendo nerviosa. Es obvio a dónde iremos y dónde terminará todo esto, una cama pienso, y todo por culpa de Caro y mi hermano. Me pregunto si estará bien dejarla sola con el raro de mi hermano, bueno, ella dijo que sí, así que confiaré en ella, ya me tendrá que contar todo mañana. La puerta de pronto se abre y quien entra no es Marco sino Giulio.¡Guilio! Lo que me deja helada. ¡¿Pero que hace él aquí?! O mejor dicho, ¡¿Cómo sabe que estoy aquí?! _¡¿Que demonios haces aquí?!.-Grito alterada pero él no parece inmutarse por mi pregunta. _¿Tú qué crees cariño? _¡Bájate!.-Le ordeno con todo el derecho que tengo.-¡Bájate de mi auto Guilio! _No Barbie, no lo haré. _¡Bájate sinvergüenza! Tengo compañía y no quiero que te vea.-Lo va a espantar. _No me verá,descuida cariño.-Eso me hace alertar. _¿Que le hiciste?¡¿Que demonios le hiciste?! _Nada, agradece que no lo maté por querer tocar lo que es mío. _¡¿Tuyo?! Tú estás loco, ¡loco Guilio! Esto es acoso y tú ya estás pasando los límites. _Barbie por favor.. _¡Barbie nada! conozco mis derechos Guilio, no soy la chiquilla que abandonaste y que estaba desorientada, no, soy totalmente diferente y te exige que te bajes de su auto. Se lo digo con toda la seriedad del mundo.¡Dios! Este hombre tiene la mirada dolida, pero él se merece eso y más. _Barbie porfavor déjame demostrarte que he cambiado, que dejaría todo porque volvamos a estar juntos, déjame demostrarte que hablo en serio cuando digo que voy a recuperarte. ¡Pero que terco! _¡Yo no quiero que me recuperes Guilio! Lo que pasó entre tú y yo es algo que murió, que no va a volver a pasar, y si sigues molestándome de esta manera, no tendré más remedio que renunciar. Y odiaría hacerlo. _Barbie, solo te pido una oportunidad, solo una oportunidad de demostrarte que soy honesto, que yo... _¿Honesto?.-Aguanto las ganas de reírme.-Ay porfavor Guilio, en su momento no mencionaste que tenías una hija, 2 años que me lo ocultaste, ¡Fueron dos años! Así que ahora no me vengas con eso, ¿Honesto? Ja. Guilio agacha la mirada, eso fue la gota que rebalsó el vaso. Que no me dijera que tenía una hija, porque algo me dice que sí lo sabía. _Barbie sobre eso yo te juro que me enteré al año de iniciar nuestra relación, y si no te dije nada fue porque tenía mis dudas sobre si Perla era mi hija o no, pero después de varios análisis de ADN, lo supe, sí lo es. Y si lo supo, es porque tuvo que viajar a Italia, pero claro, y él decía que sus viajes eran por negocios, pero que ciega fuí en ese momento, gracias a Dios, eso ahora ya no me interesa. _Guilio, no me hables de honestidad ahora porfavor y bájate de mi auto porque ya me estoy hartando de este jueguito. _No Barbie, no te voy a dejar, mucho menos para que busques a ese tipo para que te acuestes con él, no.¡Eso no! _¡¿Y a tí que te importa?! ¡Yo puedo acostarme con quién quiera, y tú no deberías molestarte! ¡Santo Dios!.-Grito molesta y salgo del auto, él hace lo mismo. _¿A dónde crees que vas?.-Me toma del brazo.-Si lo buscas, no lo vas a encontrar. _¡Pues buscaré otro y tú no vas a interponerte! _Barbie.-Sus ojos se tornan furiosos, pero me da igual, más bien quiero provocarlo a ver si así me suelta. _¡No!, ya sé, voy a buscar dos, un trío es mejor que hacerlo con uno.-Le grito en la cara y él enfurece. Me acerca a la fuerza y me besa, me besa pero yo resisto, le muerdo el labio pero aún así sigo forcejeando. _Eres mía Barbie, mía.-Susurra y aprovecho. Lo empujó y le doy un bofetón. _¡No vuelvas a hacer eso en jodida vida Guilio Sterling!¡Nunca vuelvas a tocarme! ¡O juro que te denuncio por acoso! Replico esas últimas palabras y subo a mi auto molesta, furiosa. ¡¿Pero que se ha creído este malnacido?! Llego a casa maldiciendo a medio mundo, a Guilio, a su Alana, Dios, solo quiero paz, paz, ¿Acaso es mucho pedir? El timbre suena, más vale que no se haya atrevido a seguirme, abro la puerta y esto no puede ser. Alana Redmond. _¡Eres una zorra!.-Grita alterada. Antes que pudiera pudiera mandarla por dónde vino, ella me da una cachetada. Lo que me hizo recordar la horrible vida que vivía al lado de mi tía y prima, quienes se aprovechaban de mí. Me juré que nunca más nadie volvería a ponerme un dedo encima despues de salir de ese lugar, nunca. Así que le devuelvo de inmediato la cachetada y ella se queda en shock. _Mira Alana, a mi nadie me llama de esa manera, menos en mi casa, así que vete por dónde viniste, antes que llame a la policía. _¡Eres una puta!¡Una que debería morir! _Uy que pena, estoy viva.-Le respondo e intento cerrarle la puerta pero ella lo evita. _Mira zorra, aléjate de Guilio, o te va a pesar, juro que te arrepentirás de meterte en mi matrimonio. No puede ser, lo único que me faltaba. Que me acusara de entrometerme en su matrimonio. _Alana, Alana. Esas deberían ser mis palabras, es tu marido quien me acosa, quien me hostiga y si no se detiene, lo voy a denunciar, adviértele eso antes de decir la tontería que acabas de decir. Le cierro con ganas la puerta en la cara y doy un largo suspiro. ¡Maldición! Arruinaron mi noche, ¡Todos los hicieron! _¡Tienes un día, solo un día para renunciar a la empresa, o te juro que pagarás caro maldita zorra, con tu vida! ¡Eso te lo juro! Grita y se va, por fin se va. Mi tía sale asustada por los gritos de la loca, lo que me hace pensar en mi bebé. _¿Pero que fue eso cariño? _Una loca que quiere amedrentarme pero no le daré el gusto, por supuesto que no. ¿Y Alice? _Duerme como un angelito, sabes que ella tiene el sueño pesado. _Mi bebé.-Voy a su habitación y acaricio su rostro, se ve tan indefensa, tan frágil. Nadie te hará daño mi bebé, nadie. Pueden meterse conmigo, pero no con mi bebé. Le doy un besito en su frente y me acomodo a su lado, ella me siente y me llama. _Mami, papi. Otra vez eso. Ay pequeña, si tú supieras. Mientras recuerdo la noche en que concebí a Alice, esas noches ardientes y lujuriosas, recuerdo su rostro, ese rostro perfecto de Dios griego por la que perdí toda la cordura y me deje llevar por sus brazos y toques, el mejor sexo del mundo, tanto que me dió miedo y tuve que huir. Por ti mi niña, solo por tí soy fuerte, pero de que nadie te toca, es nadie. PVO Seth Redmond. Nueva York. _Disculpe Sr Redmond, pero tiene la visita inesperada, e insiste en verlo. _Estoy ocupado, tú sabes muy bien que odio ser interrumpido, ¿Acaso quieres te despida? _P-pero... _¡Seth!.-No puede ser, suspiro al verla y me relajo, si está aquí y con esos ojos rojos que se nota ha llorado, debe ser por ese asunto que ya me tiene harto. _Déjanos.-Ordeno a mi secretaria y ella sale como alma que se le lleva el diablo. _¡Ya no lo soporto, ya no puedo con toda esta situación! _A ver, cálmate Alana, no te entiendo. _¡Mátala!.-Suelta con un odio cargado en su voz.-Quiero que la mates, que la descuartices, ¡No me importa! ¡Solo mátala! Si me pide eso, es porque ya no puede sostener su matrimonio con el Imbécil de Sterling, pero ella sigue encaprichada. _Se ha vuelto un estorbo y yo ya no puedo detenerlo a él. Si ella no existiera, si tan solo ella y esa mocosa no existieran, yo y Guilio seríamos felices, muy felices. Replica y se pone a llorar. Yo odio, odio que ella lo haga de esa manera, porque es mi hermana, mi sangre, nada más. Jugueteo con mis dedos sobre la mesa y analizo la situación. _Déjame adivinar, quieres que mate a la amante de tu marido y a la hija que tienen juntos. _¡Si!.-Afirma golpeando con sus dos manos en mi escritorio. Interesante. Guilio se atrevió a engañar a Alana con otra mujer, aunque... _Solo una pregunta, por simple curiosidad Alana. ¿Esa hija fue concebida antes de tu matrimonio con Guilio? _¿Que? _Bueno, tú sabes que odio meterme con seres que no tienen la culpa y una pequeña, pues, no es mi estilo. _¡Es una zorra que se embarazó de él para retenerlo!.-Vuelve a alzar la voz. _Eso no te pregunte pero... _¡Mátala Seth! Hazme ese favor, soy tu hermana, tú puedes, solo envía a alguien a que la mate y todo volverá a ser como era antes. _¿Cómo era antes?¿Acaso no fuiste tú quien lo abandonó porque te enteraste que estabas embarazada de otro? Y la muy puta de mi hermana le mintió diciéndole que Perla era su hija, incluso falsificó varias pruebas de ADN, todo por supuesto con mi ayuda. Pero es mi única hermana mujer y como la cabeza de la familia, debo ayudarla, pero su asunto con Sterling ya me está jodiendo. _No vuelvas a decir eso Seth, y menos delante de Guilio, sabes que solo fue un desliz de una noche, tú sabes que yo amo a Guilio demasiado y no quiero perderlo. Suspiro y sigo mirando a mi desesperada hermana. Mujeres, como las odio. _¿Y?¿Vas a ayudarme o tendré que buscar ayuda en otro lado? _Si viniste desde Miami a Nueva York para pedir mi ayuda, es porque estás desesperada y no tienes a nadie Alana. Me levanto de mi silla y me quito los lentes. _Mira que estás de suerte hermana, tengo un asunto que arreglar en uno de los hoteles de Miami, y pensaba viajar todavía la próxima semana, pero por tí, lo adelantaré. _¡Gracias Seth!¡Gracias! Miro mi reloj y recuerdo que tenía un chequeo de rutina, pero no importa, será cuando vuelva, Nueva York no se va a ir a ningún pero Guilio Sterling si que puede. Bien, le haré una pequeña visita a mi cuñado, creo que una advertencia será suficiente, él me conoce, sabe muy bien lo peligrosa que es mi familia, Los Redmond Black, creo que...le haré recordar.
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