CAPÍTULO DIEZ Jessie se sentía como un cóctel combinado de frustración y agotamiento. No se había esperado que estaría viendo el amanecer desde un escritorio en la Comisaría de Policía de la Comunidad Central, pero allí era precisamente donde estaba mientras el amanecer empezaba a levantarse sobre Los Ángeles. Y seguían sin tener ninguna pista prometedora. Trembley estaba repasando la lista de la gente que Missinger les había dicho que tenían acceso habitual a la casa. Hernández le había enviado un mensaje al médico de Victoria Missinger y estaba esperando que le devolviera la llamada en cualquier momento. Había obtenido una orden de emergencia para acceder a su celular y se encontraba rastreando sus movimientos durante el transcurso del día anterior. Unos cuantos detectives más que acab