CAPÍTULO VEINTE Jessie estaba a punto de entrar a la celda de Crutchfield, de sentarse en el mismo sitio, quizás hasta en la misma silla que su padre ocupara dos años antes. Intentó ignorar la sensación sorda de náuseas que sentía y se enfocó en lo que estaba a punto de hacer. “¿Estás bien?”, le preguntó Kat, entregándole el mando remoto del botón de emergencia cuando se encontraban en la puerta de la celda. “Creo que sí”, contestó Jessie. “Estoy intentando olvidarme de todo para que no pueda manipularme demasiado”. “¿Qué dijo el detective Hernández?”, preguntó Kat, refiriéndose a la llamada que había respondido Jessie hacía unos minutos. “Por lo visto, nadie ha visto en persona al doctor Bertrand Roy en más de dos años, desde mediados de octubre del 2016. Es un profesor universitario