No me teletransporté, caminé hasta la casa de Verónica, no quedaba muy lejos de la mía y necesitaba pensar. Para entrar sí usé mis poderes y me senté al lado de Carolina en su cama, cuando abrió los ojos, me miró un poco asustada. ―Shhh, no te asustes, soy yo ―le indiqué en voz baja―, tú me llamaste. ―Soñé con mi muerte. ―Lloró sin poder controlarse. ―Princesa… ―Ella no sabía lo que me dolía verla así y mucho más al recordar su última muerte. ―Pensé que ya no venías ―me reclamó con dulzura. ―Siento la demora, estaba un poco ocupado. ¿Qué quieres? ―Quiero respuestas, quiero saber la verdad… esta confusión me está matando. ―¿Por qué no se lo preguntas a Benjamín? ―Porque le tengo miedo. ―No la lastimes ―suplicó Verónica entrando al cuarto. ―No podría. ―Me acerqué a ella y le tomé