6 de marzo de 2003 Belinda observó el monitor que reflejaba el estado de la persona acostada en aquella cama de hospital. Habían estado terriblemente cerca de perder a Annice. Todavía no podía creerlo. La persona que la había secuestrado. La persona que había asesinado a su madre. Había sido un hombre que había trabajado en el Consejo durante cuarenta años. Parecía demasiado surrealista para poder creerlo. Desconocía los motivos que lo habían llevado a hacer una cosa como esa. ¿Qué podría haberlo llevado a crear una droga que enloquecía a los subterráneos? Aquel hombre tenía un cargo importante. Tenía poder social y era un hombre lleno de conocimiento y magia. Algunas cosas nunca tenían explicación. Observó a Daimon. Su rostro permanecía pálido y las ojeras, violáceas, eran un recor