"¿Estás aburrida? Pero qué coincidencia, yo igual. Hey, ¿Qué tal si hacemos esa maratón de Harry Potter que tanto tiempo llevas queriendo hacer? ¿Que por qué después de como los trece mil quinientos treinta y nueve siglos y eones que me estuviste insistiendo con esto vengo a aceptar recién ahora?
Pues tú me ayudaste con lo de Angie y quiero devolverte el favor. Ya sabes, somos amigos después de todo. Además, es noche de sábado y asumo por todo nuestro historial de tardes y noches durante los fines de semana que no esperas a que nos lo pasemos solos cada uno en su casa. Tú te aburres y yo me aburro, aburrámonos juntos ¿No?
Ja, me rio, perdón. Es que, cielo santo, literalmente no recuerdo un solo fin de semana en que no hayas venido a molestarme o que yo haya venido aquí a tomarte el pelo.
¿Por qué me miras con esa cara? ¿Crees que vine a jugarte una broma pesada? Me encanta cuanta estima me tienes y que me creas capaz de elaborar una broma tan compleja solo para venir a verte. No vine a molestarte, ya sabes que bromeo, tranquila. Que otras personas lo hayan hecho no hace que yo también vaya a imitarlas. Soy más creativo que eso y lo sabes.
Venga, dejemos de hablar y déjame entrar a tu casa de una vez. Es sábado por la noche y no haré nada más que estar contigo como siempre lo he hecho. Por cierto, traje palomitas. Más vale que esta vez, no quememos la cocina"