- Sé que le hice mucho daño a Bea, y les puedo asegurar que estoy pagando cada lágrima que derramó por mi estupidez -empieza a decir Dante con su mirada fija en el piso de madera de la sala y con una voz apagada-. Si pudiera retroceder el tiempo nunca me hubiera dejado enredar por esa arpía que no iguala ni a la millonésima parte del valor de Bea -comienza a temblar y a elevar la voz-; hubiera hablado con ella de cómo me sentía al recibir cada mala noticia sobre la posibilidad de ser padres, al verla mal con cada aborto y hubiéramos decidido optar por otra manera para vivir nuestra paternidad –intenta desatar el nudo de su corbata y todos vemos cómo sus manos tiemblan y no las puede controlar-, pero por más que me esfuerce, ya perdí mi oportunidad de reivindicarme con Bea porque ella ya no
