Han pasado varios días desde los azotes de la chica. La casa ha estado un poco revuelta. Entran, salen, murmuran. Todo se ha vuelto aún más misterioso.
Una madrugada como cualquiera, el viento azota el árbol que con sus ramas alcanza a arañar la ventana. Con tan suave pero repetitivo ruido desperté, me quedé observando las pocas gotas que caen en el cristal con la mano y total añoranza toco el lado vacío de Scott. Antes era mi sexy raptor, pero ahora lo sentía como mi esposo, era absolutamente mi deseable capital América. Mi corazón poco a poco y Como pasan los meses se ha adaptado a latir por sus chistes o respuestas Extrañas. Mi cuerpo al alejarse de su tacto se siente frío como el hielo y sediento.Últimamente con sus largos viajes, mi cuerpo se sentía castigado al no sentir su calor. C
