Rita se acomodó en el inodoro y sin necesitar más iluminación que la que entraba por la pequeña ventana situada en la parte alta de la pared frontal de aquel retrete, se apresuró a hacer descender mi pantalón y mi calzoncillo hasta que quedaron a la altura de mis tobillos para, actuando con naturalidad, sobarme los atributos sexuales, a los que calificó de portentosos, antes de proceder a “cascarme” la chorra con su mano mientras se iba “embriagando” en la “fragancia” que despedía. Se la metió bien tiesa en la boca y demostrando que disponía de unas buenas tragaderas, fue capaz de introducírsela entera varias veces hasta que, dándose cuenta de que mi descarga era eminente, metió sus manos por el medio de mis abiertas piernas y las colocó en mis glúteos para obligarme a mantener totalmente
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books