CAPÍTULO VI-1

2001 Words

CAPÍTULO VI —He conducido a la señora al «salón de la mañana», milady— dijo el guardián nocturno. Romana no contestó. Se encontraba ya a la mitad de la escalera. Bajó corriendo al vestíbulo, que sólo iluminaban dos velas en un candelabro de plata, y abrió la puerta que conducía al «salón de la mañana». Tampoco aquí había mucha luz, pero pudo ver, junto a los candelabros que alumbraban el escritorio, a una figura cubierta por un velo, de pie junto a la chimenea. Cuando ella entró en la habitación, la mujer-retiró el velo de su rostro y Romana lanzó un pequeño grito de alegría. —¡Nicole, queridísima mía! ¡Deseaba tanto verte! Pero, ¿qué haces aquí a estas horas? No esperó la respuesta, sino que cruzó corriendo la habitación para rodear con sus brazos a Nicole y besarla en la mejilla.

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