Enrique. —Siempre llegas tarde. —Si, por resolver los problemas de ira de alguien. —todos de inmediato lo miran a Yas que comienza a reír. —No es mi culpa, bueno, casi el cien si pero ellos se las mandaron no yo. —Siempre son ellos. —saludo a Gonzalo con amabilidad, creo que yo fui el único que no me le fui furioso cuando lo conocí, lo amenacé un poco pero nada de golpes. —¿Cómo estas?. —Bien gracias, me enteré que tienes un hijo. —Si, Katy lo agarró, si lo suelta te lo presento. —Ahora que estamos aca todos juntos, cuenta como fue que pasó. —Yo la recuerdo, es la que estaba comprometida. —Si, cuando a mi mamá le dieron el alta en la clínica ella fue a verla y ahí nos vimos después de un año y medio, mi mamá con Marcia tiraban comentarios del bebé y bueno, no pesque ninguno en el