—Entremos hijo, no tenemos nada que hacer aquí afuera con estos dos traicioneros, tenemos que cuidar de tu madre —¡No tienes porqué llamarnos así! —le gritó Manuel —Papá, por favor no peleen, ustedes son amigos, Manuel es mi amigo —Éramos* y no quiero que estés cerca de esta niña malcriada —José, vuelvo y te lo digo, con mi hija no te metas y no te atrevas a insultarla en mi presencia —Eso y más son ustedes dos, ah, y por favor corrige a tu hija, porque es más irresponsable que los animales del bosque —¡Que te calles! ¡Cállate! No me provoques —Papá vámonos, no quiero que hayan más problemas y señor José, una vez más, perdón por lo que ha sucedido, debí haberle hecho caso a David, y sí, fui una irresponsable —¡María! Deja de disculparte con este hombre que no es ni una pizca de com