Durante toda la noche, y la madrugada, Nuria no pudo estar en paz, no podía localizar a Chad, llamó a su móvil miles de veces y esté no contestó, luego fue a su casa, descubriendo que no estaba, luego fue también a su despacho, donde nunca había llegado por la mañana, eso le daba miedo, Chad podría ser un mujeriego, pero no un irresponsable de su propio negocio, que tanto esfuerzo le costó —Algo está mal, estoy segura de ello, ¿Dónde estás, Chad? —pensó y no pudo dormir. Cuando llegó el amanecer, decidió que había tenido suficiente, y puso una tregua, si antes de las diez de la mañana él no aparecía, entonces lo reportaría como desaparecido ante las autoridades, de pronto una videollamada proveniente del teléfono de Chad llegó, ella se apuró a responder, pero la imagen que vio fue extrañ