Todo el día, desde la misma mañana, se convirtió para mí en el punto de partida de nuestro colapso. Y la chica lo sintió, tal vez leyó en mis ojos cansados, que este era el final. Después de todo, le explicara perfectamente sobre gastar dinero, pero ella no me entendió o no quiso entender. - Klim, te explicaré todo, - dijo en voz baja y mansa, como una pequeña niña traviesa, acercándose a mí, ignorando al dueño del apartamento. Pero dentro de mí todo parecía estar vacío, y se formó un hueco. No estaba enojado, no estaba enfadado, era como, si me exprimieran como un limón y me tiraran a la basura. - Toma tus cosas que tienes aquí y te llevaré a casa, - le respondí con la misma tranquilidad y desapego. - Sí, está bien, - ni siquiera discutió conmigo. Mientras ella rápidamente corría po