Primera cita.

1812 Words
Cuando llegó al restaurante veo que es un lugar muy elegante, pero se siente cómodo debería de ser porque he estado aquí antes, el mesero nos guía hasta la mesa y Matu mueve la silla para que me siente, ese detalle sí que fue encantador sin duda alguna. —Es un gusto verla de nuevo señorita Adams. —Gracias el gusto es mío— no sé quién sea, pero me conoce así que sigue la corriente —¿Lo mismo de siempre?— nos pregunta —Si por favor— le contesta Matu —En un momento les traigo su orden. —Gracias— le contesto Se va dejándonos solas, el lugar es privado así que me siento más a gusto. —Has actuado bien— me dice sonriendo —Tengo que guardar las apariencias. —Sabes desde qué regresaste he tenido una duda. —Cuál. —Tienes un acento diferente y tus malas palabras son… —Diferentes. —Sí, ¿dónde vivías?. —México. —Dixon es de México, pero no tienen el mismo acento. —Soy de Durango él es del centro de México yo vivía más en el norte. —Ah tiene sentido. —¿Tú eres de aquí?. —Si de toda mi vida, antes era de… —Madrid. —Ya llegaste a esa parte en los diarios. —Si ya llegué a esa parte. —¿En qué parte vas?. —Cuando te mataron. —Oh. —También leí que me acostaba con Morningstar, ósea no me sorprende es guapo, pero con Samuel esa sí fue una mala decisión— me acerco a ella —Aparte tenía sexo con todo el mundo y me gustaban cosas poco normales— le susurro, después me regreso a mi lugar y ella se ríe. —Lo sé, para decir verdad siempre me ha dado celos tu relación con Morningstar ustedes tienen tanta historia y se conocen tan bien, sin contar la conexión que tienen, envidio eso de su relación, ustedes siempre fueron conocidos por ser almas gemelas y ser el dúo perfecto. —Pero siempre te amé a ti, el ama a Lucia, por lo que leí siempre decíamos que éramos almas gemelas, pero ustedes eran el amor de nuestra vida, algo puro e intenso. —Sí, pero ustedes vivieron tantas cosas, te ayudo desde siempre nadie deja su hogar para buscar a una mujer que conoció máximo 4 veces. —Hay lazos que sin importar el tiempo que pase se forman, así sea que nos viéramos pocas veces, o el que formas cuando chocas con una desconocida en el súper. —Eso es verdad, cuando choque contigo por “error” solo quería buscarte y saber de la hermosa pelirroja de ojos ámbar. Sonrió y no sé si sentirme apenada, feliz o satisfecha, tal vez una mezcla de los tres, llega el mesero y nos pone los platos, nos deja la botella de vino esa etiqueta la conozco la miré en las hojas de uno de mis diarios. —El vino es… —Un vino hecho por ti, tu vino favorito este tiene como 50 años, aunque en casa tienes la primera cosecha de recuerdo. —Con razón se me hacía conocida la etiqueta. —Pruébalo te gustará. —Nunca he probado vino solo tequila me da nervio. —Te van a gustar tus papilas gustativas tendrán memoria. —Ok. Agarró la copa de vino y la huelo, ok tiene un rico olor, lo pruebo y los sabores se sienten como un festín y es bueno realmente tengo buen gusto joder. —¿Y, te gustó?. —Sí, es rico ¿Comemos?. —Claro. Mientras comemos pasamos hablando de cualquier cosa que se nos ocurre, para decir verdad ella no es nada buena con los chistes, pero se ve tan linda cuando lo intenta que no puedo dejar de sonreír y reírme. Me cuenta de las travesuras de Liam y como Maya les dijo a todos que se iba de la casa porque no la dejaron comer pastel, es increíble tiene 7 años y ya piensa en dejar su casa que imaginación, me perdí tantos momentos que valen la pena. —Ahorita regreso, voy al baño.— me dice —Sí, con cuidado. —No me tardo. Se va dejándome ahí, agarró mi celular y comienzo a jugar, escuchó que suena el celular de Matu así que me estiró y lo sacó de su bolsa, veo que lo tiene registrado como director, debe de ser importante contestó o no. A pesar de que no trabaja en ocasiones va para atender casos complicados, vamos a llevárselo mejor, me levanto y salgo para el baño cuando doblo en la esquina veo que se está besando con un tipo. Cuando escucha el tono de timbre se separa y me ve, dioses eso fue doloroso, pero actúa lo has hecho miles de veces una vez más qué más da. —Te está llamando el director— le entregó el celular y camino a la mesa —¡Espera no es lo que crees!. —Debe de ser una llamada importante, no ha dejado de sonar— le digo sonriendo —Lilith, amor yo… —No es necesario que lo expliques. Me giro y camino a la mesa, soy un idiota no debía de dejarme llevar por mi pasado, agarro mi celular y lo pongo en mi bolsa, camino hasta la salida pero me detiene. —Déjame explicarte por favor. —Matu no somos nada no tienes que explicarme nada. Tú puedes resistir no te rompas frente a ella por favor, vamos podemos con eso. —Eres mi esposa, déjame hacerlo. —Yo morí, legalmente no somos nada. Me suelto de su agarre y cruzó la puerta camino y cuando estoy lejos me recargo en la pared y rompo en llanto, Maldita sea cómo pude permitir enamorarme de ella, solo han sido unos meses desde que la conozco y duele como una mierda. —¿Estás bien?— me pregunta un desconocido —Si gracias. —Lo que sea que pasó puedes salir de esta Lilith. Levantó la vista y no conozco el lugar donde estoy, esto no es el lugar cerca del restaurante, ¿dónde estoy?, porque todo está saliendo mal aparte un desconocido me conoce y no tengo ni la menor idea de quién es. —¿Me conoces?. —Todos en la ciudad te conocen. —Oh ya veo. —Te puedo llevar a algún lado. —No estoy bien gracias. —Ok, recuerda ser fuerte y ten necesitarás esto— me entrega un pañuelo —Gracias. —Adiós. Me despido de él, ahora que hago y este maldito dolor no se me quita, saco mi celular, pero no tiene señal, ahora qué mierda algo, caminó sin rumbo, recuerdo que tengo una tarjeta que funciona aquí, camino al súper y compro tres botellas de tequila y cigarros. —Disculpa, ¿sabes dónde está un hotel aquí?— le preguntó a una muchacha que pasa —Lilith, verdad. —Sí. Ahora no por favor no quiero hablar solo contesta la maldita pregunta. —Mi tía, bueno mi tatara tía es esposa de tu hijo Alberto, está aquí en la ciudad puedo llevarte con ella. —¿Natalia está en la ciudad? Pero la vi esta mañana. —Viene seguido. Así que tiene una forma de salir y regresar a casa. —Si puedes llevarme con ella por favor. —Claro sígueme. Aprovecho y abro una de las botellas y comienzo a tomar como si fuera agua, y ese maldito dolor no se va, tiró la botella al bote de basura y abro la otra. Que se vayan todos a la mierda quienes son para verme así, no soy un espectáculo andante, escucho que muchacha se ríe. —¿Qué es gracioso?— le pregunto —Tus pensamientos, creo que estás borracha y puedo escucharlos con claridad. —¡UPS!— le digo riéndome —¿Quieres ayuda? No caminas del todo bien. —¿No quieres? No sabe a nada— le ofrezco mi última botella de tequila —Soy menor de edad no puedo tomar. —Ah, shh no le digas a nadie que te ofrecí alcohol. —Ok es un secreto. Me tomo lo que queda y sigo caminando. —Te voy a daarr un consejo— le digo arrastrando algunas palabras —No te enamores nunca te puede joder la vida. —No pienso que sea así. —Oh lo es, he vivido más de doscientos años o al menos eso dicen y cada vez que me enamore salí jodida el que era mi profesor abusó de mí y la mujer que amaba en el pasado se casó con otro y ahora la encontré besándose a un hombre. ¡Qué mierda! Que no le gustaban las mujeres, en conclusión el amor es un hijo de puta— le digo llorando —A la mejor fue un malentendido. —Malentendido, no recuerdo ninguna mierda apenas la conozco unos meses se supone que es mi esposa, así que me esfuerzo por comprender lo que sentía antes y tratar de ser su esposa aprendí a quererla para salvar un matrimonio, ni siquiera sé si me gustan las mujeres o los hombres y sale con esa mierda. —Espera, por ahí no es… —¿Por qué hay una puerta en medio de la nada?, ¿es una especie de arte?. —Las puertas nos llevan a lugares mira esta nos lleva al centro comercial. —¿Fumas?— le enseño un cigarro —No soy menor de edad. —Ser menor de edad apesta, todo apesta, cabrones de… —¡Lilith!. —Morningstar mi viejo amigo, ven déjame presentarte a una amiga su nombre es, ¿Espera cómo te llamas?. —Abril. —Ja como el mes, ella es abril, abril él es Morningstar. —Si ya nos conocemos. —Todos se conocen yo no conozco a nadie. —Gracias abril yo la llevo a casa. —Bye cuídala, creo que le rompieron el corazón. La veo alejarse y le digo adiós como mensa. —Es una gran niña— le digo a Morningstar —¿Qué te paso porque estás así y aquí?. —No sé solo abrí la puerta y llegué aquí. —Vamos a casa. —No a casa no— le digo haciendo pucheros —¿Por qué no?. —Estará mi querida esposa— le digo sarcásticamente —Si ella vive ahí, ¿no quieres que te vea así?. —Es por ella que estoy así, ella… ella se estaba besando con un hombre, un cabrón— le digo llorando — Qué ella hizo, ¿qué?. —Se besaba con un cabrón, no siquiera se porque estoy así, solo duele mucho. —Regresemos a casa. —Vueltas todo da vueltas. —¡Oh mierda!— grita fuerte
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD