Llevándome al límite.

1769 Words
—Amm amor, miré a Atenea afilando una espada antes de entrar, ¿está bien?. Morningstar y yo nos volteamos a ver —¿Realmente está pasando?— me dice Morningstar —No lo creo— le contestó Atenea nunca haría eso en el instituto, su espada por sí misma tiene un filo fuerte y nunca la afilaba menos lo haría en una escuela, salimos y le vemos, Mor y yo suspiramos al mismo tiempo. —Gracias a Dios no era su espada— dice Morningstar mirándola Suspiro de alivio al ver que no es así, pero de donde habrá sacado esa espada. —Nea ¿De dónde sacaste esa espada?— le pregunto y ella me mira con una sonrisa —Andaba en el sótano y la miré, tiene buen peso y está en perfecto estado, la limpié, la pulí y le estoy regresando su vida— sigue sacándole filo —¿Puedo verla?. —Si ten. Me la entrega y la veo es bonita aunque es pequeña en comparación con la de Atenea ¿Qué debe estar haciendo esto aquí? El sótano no hay armas, solo comida es raro. —Llévala a la casa, usa tu equipo, es delicada, y nada de espadas en el instituto. Se la entregó, ella la agarra y le susurra algo como si la escuchara. —Me voy esta niña, necesita que la mimen, vienes Mor— le dice mientras se para —Vamos, quiero ver cómo queda. Se van platicando hasta que salen por la puerta, me quedo mirándolos desaparecer. —¿Quieres ir a casa?— me pregunta Lana —No tengo que hacer unas cosas en la oficina— le contestó Camino a la oficina nuevamente me sirvo más whisky y me lo tomo, escucho el sonido de la puerta, cerrarse y me volteo. —No me gusta que me digas Lana, ¿por qué me llamas así?. —Ese es tu nombre actual, ya no eres más Matu. —Entonces dime amor, toda mi vida he sentido que el nombre de Lana no me pertenece y ahora sé que es porque soy Matu. —Está bien amor.—le digo mientras la abrazo Dioses como extrañaba tenerla en mis brazos de esta manera, inconscientemente lágrimas corrieron por mi rostro. —No amor, ¿qué pasa?. Deja de abrazarme y la miro ahora ella es un poco más alta que yo, baja levemente su rostro para verme, me limpia las lágrimas. —Llevo casi dos siglos esperando tu regreso y el solo abrazarte me hace sentirme tan feliz— me río limpiándome las lágrimas —No sé qué pasa conmigo, yo no soy así— paso mi cabello para atrás de mis oídos —Me gusta cuando tu cabello no oculta tu rostro, lamento haber tardado tanto en regresar a ti— me dice susurrando Está tan cercas de mis labios que puedo sentir su respiración entrecortada, inconscientemente muerdo mi labio, y parece que ella lo nota ahora sus ojos no miran los míos sino a mis labios. —Déjame probar tus dulces labios una vez— me dice —Pero si lo hago no creo poder controlarme. —Entonces no te controles. Me sienta en el escritorio y me besa, cada caricia me vuelve loca, inmediatamente rodeo su cintura con mis piernas acercándola más a mí, unas de sus manos comienza a subir por debajo de mi falda, me separó de ella jadeando —A mi habitación ahora— le ordenó Me baja del escritorio, caminamos dos pasos y ya nos encontramos afuera de mi habitación. —Amo esta cualidad— me dice mientras abre la puerta. En cuanto entramos me pone contra la puerta y me besa con desesperación y anhelo comienzo a caminar y antes de llegar la empujo sobre la cama. —No necesitarás esto— me dice tocando con un dedo la parte de arriba de mi conjunto. Me lo quita y me siento arriba de sus piernas, toma uno de mis pechos y lo muerde, gimo ante la sensación de placer que recorre mi cuerpo, ella sigue chupando, besando y mordiendo cada uno de mis pechos, me gira y me tira sobre la cama —Tampoco ocuparé esto— me quita la falda y mi ropa interior. Se toma un momento para mirarme y joder esos ojos ardiendo de pasión me excita como nunca. —¡Eres tan perfecta!— me dice Se quita su ropa rápidamente, quedando las dos desnudas. —Dioses tu cuerpo— le digo cuando la veo es tan hermosa, tan única. —Sabes quisiera amarrarte ahora mismo y hacerte mía mientras me ruegas porque quieres tocarme. —Entonces deséalo, lo que piensas aparecerá— le digo Noto un brillo en sus ojos, de inmediato veo una cuerda en la cama partida en dos, la amarra una en cada poste. —Esta no es la primera vez que lo haces— le digo al notar la agilidad de sus manos al hacer el nudo —En esta vida no, amo el b**m y en cuanto aprendí a coger supe lo que me gustaba, esto no es suficiente, necesito mi maleta. Cada palabra que decía me hacía desearla más, veo una maleta de tamaño considerable, aparecer; quita las cuerdas, me hace un nudo nuevo con las dos muñecas juntas, lo sujeta en la cabecera, saca una Barra separadora extensible y me la pone en mis tobillos, la extiende un poco, gimo ante la sensación dominadora que tiene. —Veo que te gusta— me dice sonriendo Saca unas piezas para los pezones y me las ponen en cada extremo, tiene una cadena que las une, agarró las cuerdas entre mis manos —Necesitaremos esto también. Saca un plug y lo llena de lubricante, con todas las fuerzas agarra la barra y me voltea, jadeo ante el movimiento, empieza a meterlo poco a poco. —¡¡Joder!!. —Sabes, puedo cambiar mi forma, puedo hacer mi cuerpo diferente, eso lo descubrí cuando estaba mirando porno y desee sentir que era tener pene, así que lo hice mi cuerpo cambió y ahora Lilith voy a acabar dentro de ti, no una, sino varias veces— me dice Mierda, sabía que algunos podían hacer eso, incluso en la mitología griega hablaba de eso, pero no esperaba que fuera cierto. —Entonces haz que valga la pena— le contestó. Me vuelve a girar y cuando veo su m*****o desee que me cogiera en ese momento. Se acerca a mí y nos besamos tan desesperadamente. Me jalo al quererla abrazar, pero las cuerdas se ajustan más a mis brazos, besa mi cuello con cuidado, baja la mano hasta mi entrepierna tocando mi clítoris —¡¡¡Mmmmm!!!— gimo cuando siento sus deliciosos dedos —Estás tan mojada— me dice cierro los ojos al sentir como me toca. —Mírame todo este tiempo, quiero que me veas, si cierras los ojos te castigaré, dime tu palabra de seguridad— me dice con un tono autoritario —Madrid— le contestó rápidamente —Bien— contesta Sigo cada uno de sus movimientos baja besándome cada parte de mi cuerpo, puedo notar que algunas dejarán marcas bajas hasta mi entrepierna y su lengua comienza a tocar cada parte de mi vulva, agarró la cuerda con más fuerza —¿Qué vas a ser conmigo?— digo jadeando Me retuerzo en la cama, por el placer que me provoca, me abre más las piernas, lo cual hace que la barra se expanda más, su lengua se mueve de arriba a abajo en mi clítoris combinando con succión arqueo la espalda, joder esto es lo mejor. La habitación se llenó de mis jadeos y gemidos, era lo que podía decir, pero cuando estaba a punto de correrme ella paró y se volvió para besarme. —Prueba que dulce eres. Me devora con el beso, siento la punta del m*****o en mi entrada, me muevo para sentir aunque sea fricción, quiero sentir más placer por ella. —¿Quieres esto?— me pregunta mientras se toca —Si, Por favor— le digo suplicando —Bien. Lo ajusta y me penetra duramente, se empieza a mover, ni siquiera me dio tiempo de ajustarme a su tamaño. —Oh… Me interrumpe con un beso, se movía frenéticamente de pronto, la barra ya no estaba, quería más, ruede su cintura con mis piernas y me pegue más a ella. —Te sientes tan bien— me dice gimiendo Sus manos me desatan las cuerdas y rápidamente comienzo a tocar todo su cuerpo, ese cuerpo que tanto extrañaba tener. —Matu… Matu— gemía su nombre tantas veces que no me importaba perder la voz Ella iba más rápido y más duro, podía jurar que dejaría marcas en mi cadera, pero quería que siguiera aún más, amaba las marcas y que ella las hiciera, me prendía más. —¡Más rápido, más duro!. Levanta mis piernas y las pone sobre sus hombros, ¡Joder! Me embestía más duro, mis manos solo apretaban las sabanas del placer que ambas sentíamos —¡Juntas!— le digo —¡Aún no!. Me gira y me pone en cuatro, comienza a darme nalgadas mientras me penetra duramente. —¡Oh Dios!—gimo más fuerte Pego mi rostro en el colchón y disfruto de la sensación fría en mi rostro, nos unimos como si fuéramos una, me estaba llevando al límite, un límite donde nadie me había llevado, quería correrme, lo necesitaba. —Matu no puedo más, por favor— suplico Saca el plug y sale de mí, me penetra duramente, siento que mi cuerpo se va llenando de espasmos, ella lo nota y me da más duro de lo que pensé que podía, mi cuerpo arde y tiembla por tal sensación, estoy a punto de explotar. —Juntas— me dice Matu Solo bastaron esas simples palabras y al mismo tiempo nuestros cuerpos se contraen, justo cuando pensé que no había más jala las pinzas de mis pezones, provocándome un orgasmo de infierno. —¡Oh Matu!— gritó, puedo sentir un líquido corriendo entre mis piernas —Acabas de… tener un squirt— termina de decir la frase Sale de mí, caigo agotada y cuando me giro ella ya tenía su cuerpo normal, nos entregamos una a la otra, nos pertenecemos de una forma distinta a los demás, no teníamos que decir nada por qué ya éramos una, cada quien sabía lo que pensaba en ese momento, solamente nos miramos una a la otra sonriendo como un par de enamoradas.
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