—¿Dónde estaban?— nos preguntan en cuanto nos ven
Nos quedamos mirando al ver a todos en la sala, asi mismo tratando de asimilar lo que acaba de pasar.
—No sabemos, pero lo nombramos nuestro lugar seguro— les contesta Matu.
—¡Espera!— dice Morningstar levantándose del sillón —¿Qué es ese sentimiento que tienes?— me pregunta —Y porque estás vestida de blanco solo una vez te mire vestir blanco y fue la ropa que compre cuando te conocí.
—Yo no estoy vestida de blanco— me volteo a ver —Estoy vestida de blanco.
Atenea grita y corre a la mano de Matu.
—Ese anillo— dice mirándolo —¿Por qué recuerdo ese anillo?— dice dudando
—Es el anillo que Lilith compro cuando le pidió matrimonio a Matu, recuerdo que ella se lo puso cuando lo miro aun cuando…— Atenea interrumpe a Morningstar
—Aun cuando Lilith estaba inconsciente después de que Azalea le disparó.
Se voltean a ver y después me miran sorprendidos, ¿Qué mierda está pasando? Algo está mal.
—¿Acaso recuerdan?— les dice Matu —¡Amor recuerdan!— me dice feliz.
¿Por qué recuerdan? No esto está mal muy mal, toda esa felicidad fue reemplazada por miedo, veo como me miran y sonrió, tranquila, hasta que no sepas nada, no los asustes.
—¿Entonces qué piensan? Matu me pidió matrimonio— les enseño mi anillo, Eva corre y lo mira
—Es hermoso Ita, mi papá hubiera estado feliz.
La incomodidad en mi pecho crece y estoy sintiéndome demasiado abrumada, demasiado miedo.
—Mis niños estarían muy felices, siempre esperaron a que… ¡Lo siento esto no está bien, estaré en mi habitación no me molesten!,
Suelto a Matu y me voy a mi habitación, la cierro con seguro y activó el sistema de silencio, me veo con el vestido blanco y no soporto tenerlo puesto, me lo arranco.
Entro al cuarto de seguridad y lo cierro, empiezo a tirar todos los diarios, llorando ¡Esto no está nada bien! ¡Eso no debía de pasar!.
El hecho I que ellos recuerden no es nada bueno puedo sentirlo dentro de mí, tan dentro que duele como un infierno, pongo mi mano en el pecho y trato de masajear como si eso disminuyera el dolor que siento.
¿¡Porque duele!? Al fin tengo lo que siempre quise, mierda incluso me pidió matrimonio, ¿A dónde fue esa felicidad y esa seguridad que tenía hace unos momentos?.
—Amor— me estremezco cuando escucho la voz de Matu
—Ahora no es un buen momento Lana.
—Háblame ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?.
Necesito alcohol, más que nunca, buscó una botella y cuando la encuentro me la tomo por completo.
—¿Qué pasa amor?— lanzo la botella contra la pared —Lilith abre— me dice sería
—Ahora no Lana necesito estar sola.
Aparezco una botella de tequila y me la tomo por completo, Matu sigue tocando la puerta, el dolor se hace más fuerte, aparezco todas las botellas de alcohol de la casa y comienzo a tomarlas una tras otra.
—Morningstar haz algo, no está bien.
—¿Pasó algo cuando fueron a ese lugar?— le pregunta Morningstar a Matu
—No, todo estaba bien, ¡por favor abre!— me dice —¡Amor Por Favor háblame!, vamos hazlo dime que pasa.
Atenea entra corriendo al cuarto junto con Eva con una cara de preocupación, no estoy afuera, pero ver que pasa y escucharlos como si estuviera ahí joder ¿Qué me pasa?.
—Desapareció todo el alcohol de la casa ¿qué mierda le está pasando?— dice Atenea
—Debe ser porque mencioné a mi papá y a mis tíos.
—No Eva ella estaba así antes— le dice Morningstar a Eva
—¡Déjame derribar la puerta y sacarla de ahí!— dice Atenea
—No puedes cuando construyó la casa se aseguró que nadie pudiera hacer eso.
—¡Lilith Adams abre esa puerta!— Grita Atenea
Ya no puedo soportar escuchar más, necesito silencio.
—¡Cállense todos cállense, solo cállense!— les gritó
¿Por qué no se van? Hacen que mi dolor más grande… lo entiendo claro tiene sentido, tengo que ir a la Isla, me levanto y camino a la salida, abro la puerta.
—¡Oh por dios amor estás sangrando!.
—Shh, no me sigan, no puedo garantizar su seguridad si lo hacen.
Matu me agarra de la mano y me ve preocupada, la miro y le sonrió.
—No me sigas ok— me volteo a caminar pero no me suelta
—¿Qué te pasa?— agarro su mano y la quito de mi brazo
—Solo calmaré el dolor.
Atenea y Morningstar se miran entre sí, como si entendieran de qué hablaba.
—¡No puedes ir, te lo prohíbo!— me dice Atenea
—¿Ir a dónde?— pregunta Matu
—No Ita.
Su oposición no me importa iré, agarro ropa y me la pongo.
—Lilith no lo hagas— me dice Morningstar —Sé que te duele demasiado puedo sentirlo, pero no lo busques no lo hagas simplemente no lo hagas.
—El que ustedes recuerden no es nada bueno, nada bueno y duele mucho, este dolor no se quita, por favor déjenme ir por él. — Matu se acerca y me abraza
—Estamos juntas en esto ¿no?, dime qué te pasa.
Me mira con sus brillantes ojos azules y toca mi mejilla, cierro mis ojos y dejo salir lágrimas, cuando abro mis ojos están completamente rojos brillando como si un incendio ardiera en ellos.
—¿Por qué siento que algo malo pasará? ¿No lo sientes?— ella niega moviendo la cabeza
—¿Eso es lo pasa? Piensas que no mereces ser feliz.
—No, yo merezco ser feliz soy feliz, pero algo aquí me dice que el que recuerden está mal, realmente mal— volteo a ver a Morningstar —Lo sientes verdad, tu mismo lo dijiste preguntaste que qué es ese sentimiento— baja la cabeza
—Lo sé puedo sentirlo.
Entra Adán a mi habitación y no se ve bien.
—¡Papá, duele porque mi pecho duele!.
Se acerca a Morningstar agarrándose el pecho y él lo sostiene cuando está por caer.
—No me sigan— les digo.
Tengo que desenterrar ese diario, me apresuró para llegar a la isla, cuando llegó a lugar suelto luces de mis manos y comienzo a escarbar.
Nunca pensé que ese día llegaría, cuando lo escribí tuve una sensación de miedo, dure dos días escribiendo, según Morningstar y Atenea escribía sin parar y cuando termine de escribirlo yo misma enterré el diario.
No recuerdo eso nada de eso, simplemente recuerdo comenzar a escribir y despertar en mi cama, deje una nota donde decía que yo sabría cuándo debía de buscarlo que el dolor me diría cuando, que no debía buscarlo antes.
En ese entonces mis padres vivían, mis hijos estaban en lo más feliz de su vida, ahora que es el momento indicado ellos no están después de tanto tiempo es hora de ver qué es lo que escribí.
Sacó el cofre y me lo llevo a mi cuarto en el instituto, me limpio las manos y abro el cofre, sacó el diario me siento en la cama para leerlo, mi corazón late fuertemente.
“Hola Lilith ya es hora de que sepas lo que está pasando, si estás leyendo esto es porque encontraste a Matu, fueron al lugar seguro que creé en ese momento, es hermoso ¿no?.
Esperamos tantos años para que ella te pidiera ser su esposa y ahora que pasa no me lo puedo creer, cuando lo miré llore de felicidad al saber que cumpliríamos nuestra promesa de vernos en otra vida.
Sin embargo, es duro saber que tendré que borrar esto de nuestra mente, pero lo tengo que hacer para poder cumplir con el destino.
En este punto Morningstar y Atenea recordaron a Matu y el dolor comenzó, Adán ya entró e hizo que vinieras a buscar este diario, pero la información que buscas la encontrarás en el segundo diario que escribí, Morningstar es el único que puede leerlo y entenderlo, pero Adán estará bien.
Ahora bien, la razón del cambio es porque cuando estábamos en el lugar seguro el universo nos otorgó un maravilloso regaló, pero también una gran decisión… Por el amor que sentíamos formamos una luz… Lilith estás embarazada, estamos embarazadas”.
Pongo el diario en la cama y pongo las manos en mi vientre, ¡seré mamá, yo seré mamá! Carajo no puedo creerlo, tranquila, necesitamos seguir leyendo.
“Impresionante ¿verdad? Nunca me imaginé quedar embarazada— inserté suspiro dramático. —Desde que cambiamos dejamos de tener nuestro periodo y vivimos pensando que no podríamos tener bebés y mírate el universo nos dio ese hermoso regalo.
Tendremos un bebé nuestro bebe y todo por el amor que sentimos Matu y yo.
Para poder tener ese milagro necesitábamos dos fuerzas poderosas la de Matu y la nuestra creando nuestro propio Big Bang.
Gracias a eso alteramos el universo y eso llevó a que los recuerdos de Morningstar y Atenea volvieran en realidad pienso que si todos hubieran estado vivos recordarían.
Lilith como esto pasó tienes que tomar una decisión, en este momento tomé la mía y ojalá sea la misma que tomé en ese entonces, tendremos dos hijos aún no sé su género, pero sé que uno será mortal y el otro inmortal yo aún no sé que es lo que se siente ver morir a mis hijos, pero tú sí.
Y el solo pensarlo me mata del dolor, bueno tú ya lo sabes, por esa razón investigué como transferirle mi inmortalidad al que será mortal, pero el resultado al hacerlo es nuestra muerte.
Para ese entonces ya debemos de haber vivido demasiado, así que pienso que no sería nada dejar de vivir para siempre, por uno de nuestros pequeños bebes.
Lilith si Matu sabe ella querrá hacerlo, no podemos dejar que ella lo haga, ya murió una vez y no podremos con otra muerte.
Lilith ¡por favor dime qué tú piensas igual que no he cambiado y no soy egoísta!, merece una vida larga con nuestros hijos, me parte el alma el pensar el no verlos crecer, pero valdrá la pena morir para que los dos vivan para siempre.
Mi decisión fue hecha y muero de miedo el saber que decisión tomaré en ese entonces ojalá y sea la misma, el resto del diario está escrito el cómo transferirle la inmortalidad… Sé feliz y disfruta el tiempo que tendremos con ellos”.
¿Cómo voy a poder ver morir un cuarto hijo? Claro que le daré mi inmortalidad no importa si muero, pero ella no puede ver este diario no puede leerlo no me dejará darle mi vida si se entera.
Ahora entiendo el porqué de este dolor, crecerán sin mí, pero lo harán bien yo sé que lo harán bien, Matu los guiará por un buen camino.
Pero si muero mi promesa para Atenea y Morningstar no podré cumplirla Eva no verá a sus papás, no veré a mis hijos, ni Esteban, ni a Alberto ni a mi hija Selena.
Tengo que hacer algo para cumplirlo antes de que muera, para que vivan todos juntos, y mirarlos por última vez antes de morir.
—Bebés serán el secreto de mamá hasta saber que hacer ok, primero cuando tenga todo resuelto le diremos a mamá, ella se pondrá feliz y los amará mucho— les digo susurrando mientras toco mi vientre
Agarro los diarios y me voy a la casa cuando llegó mandó el diario al la caja fuerte y entro a la casa con el otro, Matu corre cuando me ve entrar y me abraza.
—Amor Adán, está peor lo tienen en el sótano— me dice preocupada
—Lo sé, se pondrá mejor, vamos.
Agarro su brazo y bajamos al sótano.
—¿Entonces qué es lo que le pasa?— pregunta Atenea en cuanto me ve le entregó el diario y ella lo ojea -—No entiendo lo que está escrito.
Se lo da a Morningstar y lo comienza a leer en voz alta.
“Morningstar en este momento tú ya debes de ver regresado de la muerte, ahora tienes alas”.
Él voltea a verme, siento que puede leer mi mente en estos momentos.
—¿Sabías que iba a pasar eso?— me pregunta
—Al parecer sí, intente leer el libro, pero no entiendo lo que dice así que es la primera vez que lo escucho—le contestó
—Sigue leyendo papá— le dice Adán a Morningstar.
“Adán ya debe de ser un adulto y Lucia ya debe de ver muerto, no me imagino como estarán sin ella, si lees esto es porque ya recordaste la existencia de Matu y puedes sentir mi dolor, por eso gracias por dejarme ir por el diario.
Cuando nació Adán Lucia me pidió que me asegurará de que el fuera feliz, de alguna forma ella sabía que no vivirá para ver a su hijo conocer a su alma gemela, lo cual me parte el corazón.
Lu me pidió que me asegurará que él la encontrará le dije que lo haría, siempre cumplo mis promesas.
No sé hacerlo, bueno si, pero yo con mis manos no lo puedo hacer, lo que si sé es que él tiene que hacerse cargo de su destino, el dolor es una señal del universo.
Esto quiere decir que el universo ha encontrado a esa persona o apenas decidió que Adán lo tiene saber ahora (o él ya sabe).
Para que él pueda ver su hilo rojo necesita una pluma de tus alas; sin embargo, ambos sabemos que cuando conoces a esa persona lo sabes y lo sientes dentro de ti.
Si él ya conoce a esa persona que confíe de esos sentimientos, cuando encuentre es su alma gemela tiene que besarla, asi su dolor se quitará, pero si no la encuentra morirá.
Si no lo hace no hay retorno para él, el universo le concedió el deseo a Lucia, una promesa de una madre que quiere ver a su hijo feliz.
Adán si aún no encuentras a la persona que amas el resto del libro está lo que tienes que hacer, solo tú puedes leerlo y entenderlo, confía en tu corazón y haz orgullosa a tu mamá cumpliendo su deseo.
Veo que sigue mirando el libro como si viera más cosas escritas, después despega la vista y me ve.
—¿Es Megan?— le pregunta Atenea
—No, no es ella— le contesta
—Entonces ya sabes quién es— le dice Eva
—Si— se levanta con ayuda de Morningstar —Eres tu Eva— le dice y ella deja caer su celular
—¡Estás loco!.— le contesta
—Siempre has sido tú, desde que tengo memoria siempre fuiste tú, cuando mi mamá me decía lo que sintió por mi papá cómo se enamoró de él y como supo que era el indicado siempre pensaba en ti— baja la cabeza avergonzada. —¡Es un maldito cliché que juega el universo!— dice en voz alta.
—¿Y si no soy yo?— le pregunta Eva nerviosa
—Pueden dejarnos solos me ponen nervioso y no puedo seguir hablando frente a ustedes.
—Está bien— le dice Morningstar serio
Desde que dejo de leer ese diario no deja de mirarme, esa mirada fría que jamás me la habría mostrado y me da miedo que sepa algo.
—Me iré a dormir—les digo
—Espera hablemos, en la oficina— me dice Morningstar
—Ve amor, por mientras recojo el lugar para dormirnos— me dice Matu con una sonrisa
Caminamos a la oficina en cuanto entramos me mira peor que antes, mierda.
—¡Jugaste con la vida de mi hijo!— me dice enojado
—No lo creo— le contestó
—No te estoy preguntando te estoy diciendo.
Se acerca a mi imponente, no puedo pelear con él como siempre lo hago asi que retrocedo dos pasos.
—Mira no sé si lo hice no recuerdo eso, pero no puedo pelear de esa forma contigo.
—No me importa sabes que no tolero que le hagan nada a mi hijo.
Crea una bola de fuego y me la lanza ¡Mierda!.
—¡Estoy embarazada!.— le grito rápidamente
En cuanto mis palabras salen de mi boca y llegan a sus oídos, la bola de fuego se para desapareciendo, todo en cuestión de segundos.
—¿¡Que!?— dice sorprendido —No bromes Lilith.
—Al parecer son dos y esa fue la causa que ustedes recordarán, pero lo que le pasó a Adán no fue cosa mía si ese era su destino se tenía que cumplir.— le digo tocando mi vientre
Me siento en la silla y él se sienta en el escritorio, eso fue agotador.
—¿Estás segura de eso?— me pregunta
—Tiene que serlo— le contestó —Eso es lo que decía el diario.
—Lilith… pero sabemos que eso es imposible.
—Lo sé, pero creo que es verdad en el diario escribí todo, incluso sabía que conocería a Matu y me pediría que me casara con ella.
No creo que sea posible que me mienta, sé que yo no puedo quedar embarazada menos por una mujer, pero lo estoy— le digo con un tono triste
—¿Sí lo estás porque no se lo dices a nadie?.
No puedo mentirle, pero tengo que hacerlo, él sería capaz de sacrificar su propia felicidad y no me dejaría cumplir mi promesa, lo siento, pero tengo que hacerlo Mor tengo que mentirte.
—Aún no es tiempo, ella…
Se abre la puerta de golpe y entra una Eva molesta o eso supongo.
—Me niego a que Adán sea mi alma gemela yo no lo amo además es un mujeriego abuela no es justo— me levanto y la abrazo
—Puedes guardar el secreto por mí— le digo a Morningstar mentalmente y él me dice que sí moviendo la cabeza
—Que sean almas gemelas no quiere decir que tengan que estar juntos, míranos tu abuela y yo somos almas gemelas y no lo estamos.
Si tiene sus beneficios por ejemplo tenemos una conexión muy especial y el sexo es asombroso, pero el amor de nuestras vidas son otras personas que más quisiera que amarás a mi hijo, pero si tú no lo sientes no podemos obligarte.
—Pero él me ama tío, escuchaste lo que dijo además funcionó él está mejor.
Y como si fuera poco entra un Adán decidido, como nunca lo había visto.
—Déjame conquistarte y si no sientes nada por mí me alejaré.
—Tienes novia Adán, lo siento pero no.
Sale sonriendo de la oficina y Adán la persigue, algo me dice que estarán bien.
—Iré a dormirme, hablamos mañana— le digo a Morningstar
—Lilith sé que me ocultas algo, pero cuando sea el momento adecuado me lo dirás y aquí estaré para ti, recuerda que tenemos una conexión especial y sé que el dolor no tiene nada que ver con Adán.
—Tal vez en un tiempo tendré el suficientemente valor para contarte.— le digo con una sonrisa.
Él me sonríe en respuesta y me voy a mi habitación.