Eclipse total del amor.

1797 Words
Camino a la oficina y veo a Matu, no necesita decirme algo, solo la abrazo y dejo que llore en mis brazos. —Es que no es posible amor, como me pide que retire la demanda— la abrazó más fuerte —Solo lo hace porque ella y su mamá son amigas, dice que no tienen dinero para la fianza por lo que pasó— se separa y me mira —¿Qué debo hacer?. —Mira aunque quites la demanda Morningstar y Atenea no lo harán— suspiro —La verdad tampoco sé que hacer, pero lo que sí sé es confiar en tu instinto y el mío me dice que tiene que tomar las consecuencias de sus actos— suspira y me ve una vez más —Yo no quiero quitarlos amor, ¿qué pasa si repite lo que hizo conmigo con otras personas?, pero mi mamá insiste, aunque ella sabe que tengo que seguir lo hace por su amistad y entró en el mismo dilema, solamente que a mí me exige. ¡Dios y vaya dilema que es!. —Entiendo, tal vez solo tal vez la mamá de él no sabe todas las razones por la que levantaste cargos. —Cierto mi mamá tampoco lo sabía hasta que se lo dije y después entro en ese dilema— se levanta —¿Puedo tomar un auto prestado? Necesito hablar con ella y explicarle. —Si amor todos los que tiene llavero rojo es mío, ¿quieres que te acompañe?. —No amor esto lo tengo que hacer sola, pero si pasa algo te marco ok. —Ok solo ve con cuidado— le digo —A excepción del auto donde fuimos se está cargando así que ese no está disponible— le sonrió —Ah y tal vez necesites estos. Saco de mi bolsa su ropa interior y ella suelta un grito al momento que cierra la puerta. —Como no me di cuenta de que no traía puesto mis bragas— le sonrió y huelo su Tanga —Casi huele tan bien que tú. La atraigo hacia mis brazos y la inmovilizó en el sillón, acostada debajo de mí. —Te amo. —Y yo te amo a ti. Comienzo a besarla apasionadamente, muevo mis manos en todo su cuerpo, tocando cada parte de su dulce cuerpo, lentamente le subo su vestido hasta la cintura y comienzo a tocar el interior de sus piernas tentándola y jugando con su deseó. —Te prometo que si no me tocas te... Introduzco un dedo dentro de ella, callando sus palabras. —¿Si no te toco que?— le digo mientras toco su interior —Si no yo… Introduzco un segundo dedo y siento como se tensa cuando lo hago, se muerde el labio y se ve tan jodidamente sexy que me provoca hacerla gritar mi nombre. —Deja de verme así— me dice con dificultad —¿Así cómo?— muevo más rápido mis dedos dentro de ella —Como si…- sin sacar mis dedos bajos y me pongo entre sus piernas —No escucho ¿Cómo si?— paso mi lengua sobre su clítoris —Como si…— respira pesado —Mierda no puedo pensar. Saco los dedos de su interior y le separó las piernas, le agarro su cadera y comienzo succionando su clítoris lentamente, invadida por el deseo agarra mi cabello al momento que curva su espalda, succiono un poco más fuerte y después paro pasando mi lengua juego con esas dos acciones. —Lilith— dicen en la puerta —Si— le contesto, después paso mi lengua nuevamente —¡Hay dios mío!— jadea Matu —¿Estás ocupada?— me pregunta Morningstar —Dame un momento— le contestó Pego mis labios y succiono fuerte el clítoris de Matu provocando que se tense aún más, aprieto fuertemente su cadera tratando de limitar su movimiento. —¡Hay dios si!— grita Matu sé que está cerca así que me pego y succiono más —¡Lilith! Joder ¡Lilith!— grita dejándose ir por el placer que le provocó, después me jala y me besa —¡Tócame, pero no dejes de besarme!. La besó y tocó su clítoris con mi mano, ella desesperada por más mete dos de sus dedos dentro de ella y comienza a tocarse más fuerte. Agarramos un ritmo muy rápido, mis dedos se mueven en círculos y los de ella de arriba a abajo. Solo se escucha el sonido de nuestras respiraciones y el sonido de nuestras manos, por lo húmeda que está. Su cuerpo se mueve sin control, sus piernas tiemblan y con gemido ahogado en mis labios se corre, puedo sentir cómo se contraen encogiendo sus hombros hasta que su cuerpo no puede más, dejo que se recupere en mis brazos y ella voltea su cabeza para no verme. —¿Por qué no me miras?— le preguntó sonriendo —Sabes por qué— me contesta tímida —No, no lo sé— le contesto, aunque realmente lo sé quiero que lo diga —Me vas a hacer que lo diga. —Sí. —Me da pena, moje tu pantalón y parte de la blusa de tu traje, aparte estoy segura de que todos me escucharon. Agarro su cara y notó sus mejillas rojas y sus pupilas dilatadas, se mira jodidamente hermosa. —No me importa, la ropa se lava— se vuelve a voltear —Es la primera vez que tengo un squirt. Me mira y vuelve a voltear a un lado totalmente avergonzado ¿Cómo puede verse tan hermosa siendo tímida? No puedo con ella. —¡Lilith en serio necesito hablar contigo!— me dice Morningstar, me levanto y le doy un beso a Matu —Ahorita regreso— le digo —No salgas así— me dice, le guiño el ojo —¿Qué tal así?. Me doy una vuelta y aparezco con otra ropa, le bajó su vestido y le entregó su ropa interior. —¿Qué pasa Morningstar?— le digo mientras abro la puerta —Nada, es solo que ¡Acaban de provocar un maldito eclipse!. Me suelto riendo y Matu se levanta rápidamente. —¿¡Qué!?— dice sorprendida y sale corriendo al patio Salgo con calma, segura que no fuimos nosotras. —¿Cómo sabes que fuimos nosotros?— le pregunto a Morningstar —¡Fácil, se escuchaba todo y al mismo tiempo ocurría!. Me vuelvo a reír y salgo al patio donde está Matu, me causa gracia, no somos capaces de hacer eso, bueno no inconsciente. —¡Hay no!— digo cuando siento el aire y la energía —Te dije que fueron ustedes— me dice —Soy luz, pero no tengo tanto poder o espera si tengo tanto poder— me suelto riendo —¡Puedes ser sería Lilith!— me dice enojado —Solo fue coincidencia así es la naturaleza— me da un empujón —No, sé lo que te digo, sucedido cuando ustedes estaban cogiendo. En eso se acerca Matu y me abraza. —Bueno en realidad era yo dando placer a ella aunque… Matu me tapa la boca y le sonríe a Morningstar, me jala lejos de él y solo escucho a Morningstar reírse. —Amor cómo puedes decirle esas cosas— me dice apenada —Es Morningstar. —Y eso que— me dice mirándome fijamente atenta a lo que le diré. Y en ese instante me di cuenta de que la amaba tanto que no quería pasar un día sin ella, que no quería dejar que pensará mal de la relación que tengo con Morningstar. Me di cuenta, que no quiero compartirla con nadie, quiero que sea mía, legal, mental y espiritualmente asi como yo quiero ser la de ella. Sentí como mi amor por ella aumento a una escala que no creía que sería posible llegar, ni siquiera que se podía amar más al amor de tu vida. —Te amo— le digo de la nada puedo ver la confusión en su rostro no esperaba que dijera eso —Ya sé que me amas, yo también te amo, pero porque no me dices nada sobre lo que te dije. La abrazo fuerte y la beso, mi cuerpo irradia luz y nos envuelve, cierro los ojos dejándome llevar. Cuando dejamos de besarnos ya no estamos en la casa, todo era blanco y solo había una cama, después se formaron paredes y en ellas colgaban fotos de nosotras en nuestros momentos más felices en las dos vidas de Matu y en mi larga vida. —¿Dónde estamos?— me pregunta —En el lugar seguro. —Nuestro lugar seguro. Ninguna había visto este lugar, pero sabíamos que era seguro y era nuestro, las fotos, los recuerdos todo lo indicaba y eso no se podía negar. Matu me agarra de la mano y me lleva ala cama, nos comenzamos a besar y poco a poco nos acostamos, la ropa fue cayendo lentamente. Nuestras manos tocaban la piel una de la otra explorando cada centímetro como si fuera la primera vez que nos tocábamos todo incluso los besos se sentían diferentes. Sus manos tocando mis pechos, sus labios en mi cuello besándolo, mis manos tocando su cuerpo, mis piernas rodeando su cadera, el movimiento de su pelvis en la mía, nuestro calor los latidos de nuestros corazones latiendo al mismo tiempo como si fuera uno solo. Los orgasmos que nos inundaban, todo era tan diferente que nuestros cuerpos se fundieron uno en el otro consumiéndose por el deseo y el amor que manifestamos una a otra. Ese amor tan puro y tan único formó una luz tan cegadora en medio de las dos cuando estalló se fue directo a mí y justo en ese momento un sentimiento de felicidad llegó a nuestros corazones. Ambas lloramos al sentir esa dicha, aún sin saber el porqué provocaba que nos sintiéramos asi, en ese momento era tan grande mi felicidad que no quería que se alejara forme el anillo de compromiso que le di por primera vez y se lo puse en su dedo. —Cásate conmigo— mis labios pronunciaron esas palabras, tan suplicantes y tan llena de amor —Solo si tú te casas conmigo— me contesta poniendo un anillo en mi mano —¡Si! ¡Si, joder si!— le contesté entre lágrimas. No sé cuánto tiempo nos quedamos viéndonos y abrazándonos, lo único que sabía era que la amaba más que nada en el universo. Nos levantamos y nos pusimos unos vestidos que se encontraban en la habitación y salimos por la puerta que se formó, cuando la cruzamos aparecimos en la sala de nuestra casa.
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