Boda. P2.

2055 Words
Pasamos parte de la noche bailando con ella, con todos, hasta que me canso y me voy a sentar, estar embarazada cansa más de lo que pensé. —¿Qué pasa amor te sientes mal?— me mira preocupada —No amor solo estoy cansada. —¿Segura? No te miras bien. —Si amor solo me siento cansada, mira tus papás te están hablando —No te muevas ahorita regreso. —Anda ve. Se va muy a fuerzas y siento que no puedo respirar bien, ok esto no es cansancio algo me pasa, junto cada gramo de fuerza que tengo y me levanto para irme al Penthouse. —¡Lilith!— me grita Morningstar —¿Qué pasa?. —No te ves bien, ¿Te duele algo?. —Estoy muy cansada, puedes ayudarme a llevarme al Penthouse. —Sí vamos. Me agarra del brazo y caminamos al elevador, le pica al botón y subimos. —¿Cuánto tiempo te queda?. —Seis meses. —¡Mentira puedo sentirlo!— habla fuerte —Es menos. —Máximo tres meses. —Habla con ella Lilith tiene que saberlo. —Aún no puedo, solo unos meses más. —Debes de hacerlo. —¡¡Sácame de aquí!!— le gritó cuando el dolor se intensifica. Me carga y me lleva a la cama rápidamente. —Matu donde estás te necesito. Me giro en la cama tratando de soportar el dolor, siento que me estoy rompiendo. —Iré por el médico. —¡No! ¿Dónde está Matu? ¡La necesito ahora!— le gritó Me quitó la ropa y me quedo en ropa interior, me duele la piel, siento que me quemo por dentro. —¿Dónde está Matu?— le digo llorando —La necesito. —Ya viene, ¡Por favor déjame llevarte con un médico!. —¡No!— le gritó Veo que viene corriendo junto con Atenea, Eva, Adán y sus padres. —¿Qué le pasa?— le pregunta a Morningstar —¡Ita!— grita Eva Las veo más cerca y comienzo a verlas borrosas, siento como cada parte de mí va a mi vientre, escucho dos diferentes latidos de corazón fuertemente, puedo sentir cada hueso formándose, cada ligamento, tendón crecer y estirarse, siento como mi vientre comienza a crecer, busco la mano de Matu y la agarro la volteo a ver y le sonrió débilmente. —Están creciendo— le susurro Veo como mueve sus labios, pero no logro escucharla, el dolor disminuye con su presencia, pero mi cansancio aumenta al grado que me quedo dormida, siendo algo cálido a mi lado y solo me acomodo. —¡Lilith!. Escucho que gritan mi nombre y me giro, una visión, oh dios conozco esa voz. —Lucia. —Al fin te vuelvo a ver— me dice sonriendo —Te extrañé tanto. Corro a abrazarla, se ve igual de hermosa, se mira joven y sonriendo, se siente real, no un sueño, no una visión, puedo sentirla, tocarla. —No tenemos tiempo, recuerdas que cuando estaba embarazada de Adán y las guardianas dijeron que necesitaba fuerza, pero nunca supimos que era. —Sí lo recuerdo. —Entonces sabes que hacer— me toca el hombro mostrándome que hacer —Ahora se que hacer. —Espero verte pronto— me dice y desaparece. Ojalá asi fuera. Asi que es asi lo que tengo que hacer, tengo que aprovechar y pasar todo este tiempo que me queda con ella, ser feliz lo más que pueda. Me muevo queriéndome voltear, pero me siento más pesada, tocó mi vientre y lo siento más grande, abro los ojos lentamente y veo a Matu acostada a mi lado. —Vaya luna de miel— le digo sonriendo Ella voltea a verme en cuanto me escucha y se levanta, mueve a Atenea y a Eva. —¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?— me pregunta —Tengo mucha hambre. Se acerca Eva y me abraza, con su rostro llego de preocupación. —Me asustaste mucho Ita. —Lo siento mi niña estos bebés quisieron crecer de repente. —¿En serio es todo lo que dirás?— me dice Atenea molesta Me le quedó mirando, se ve asustada tiene miedo. —Amor— me dice Matu —¿Si?— le contestó sin dejar de ver a Atenea —Amor ¡Mírame!. —¿Qué pasa?. —Mírame amor. Me agarra y me voltea la cara para qué la miré, en sus ojos puedo ver que estoy brillando. —¿Por qué estoy brillando?— le preguntó —Ita llevas una semana dormida y…— voltea a ver a Matu —Has manifestado muchas cualidades.— termina Matu —Ajá— le contestó —Inundaste la habitación, le tiraste un rayo a Morningstar. —¡Hay dioses! ¿Hay más?— pregunto con temor —No— me dice Matu —Pasteles de chocolate— me dice Atenea —¿Pasteles de chocolate?. —¡Llenaste la maldita casa de pasteles de chocolate, había pastel por todos lados!. Me suelto riendo por la cara de Atenea, no parece estar de buen humor. —No es gracioso Lilith ¿Qué fue lo que pasó? Sin contar el hecho que durante en esa semana tu panza creció y se vivió enorme.— la señala y me la miro —No se lo que pasó— miento —¿Puedo hablar un momento a solas con mi esposa?. —Si Ita. Se levantan y se van, me acerco a ella, tomo su mano y la miro. —Lamento haber arruinado nuestra boda y la luna de miel. —Amor no arruinaste nada. —Lo hice. —No lo hiciste amor de hecho fue lo mejor, pude ayudarte a calmar el dolor aparte sentí como mis hijos crecían cuando tocaba tu mano, también sentí como se movían incluso escuche sus corazoncitos latían al mismo ritmo que el tuyo y el mío. —¿En serio?. —Si, de alguna manera sabía que podía ayudarte a calmar el dolor que sentías y me conecte contigo, creo que use mis cualidades. Se acerca y me abraza, huelo su aroma, se siente como en casa, ella es mi hogar. —Gracias por estar conmigo— le digo a Matu —Soy tu esposa tengo que estarlo y no es por nada, pero te ves muy sexy embarazada —Hay amor. —Solo digo mírate no puedo con tanta perfección. —Te amo— le digo Me da un beso, me acuesta y me comienza a besar el cuello bajando a mis pechos, cuando los beso y los tocó no pude evitar gemir, estaban muy sensibles. —Amor— gemí Apreté las manos en la sabana, joder todo estaba muy sensible, con solo ese toque sentía que podía correrme, la necesitaba. —Cógeme por favor— le supliqué —¿Segura?. —Duro por favor, cógeme duro. Nos quitamos la ropa y sentí sus dedos dentro de mí, me giró de lado después de tocarme y sentí como me penetraba, podía escuchar su respiración en mi oído, sus pechos en mi espalda mientras me penetraba más duro. —¡Más!— gemí —¡Amor!. Su mano acariciaba mi clítoris, pase mi mano izquierda y toque sus pompis, las apretaba más fuerte, quería sentirla más. Mierda su respiración, sus gemidos me excitaban como nunca, quería que sintiera mi placer así que solté luces para que la tocaran y en ese instante me perdí llegando al orgasmo más placentero que jamás había sentido, sentí como mi cuerpo se fundió con el de ella de una forma tan erótica. Nos quedamos quietos unos minutos hasta que me giro y la veo, justo cando iba a pedirle otra ronda tocan la puerta. —Lilith. —¿Qué paso mor?. Volteo a ver a Matu y ella me sonríe, toco sus pechos y se ríe. —Puedes controlar tus cualidades. —¿A qué te refieres?— le digo mientras toco los pezones de Matu —Solo hazlo no todos queremos sentir placer. —¿Qué?. Me siento de golpe como mi vientre me lo permite y miró a Matu, ella se levanta y se pone una bata, me pasa una bata y me la pongo mientras ella abre la puerta. —¿Qué quieres decir con eso?— le pregunta Matu —Las luces de Lilith. —¡Hay no te tocaron!— le dice Matu —¡Si!, Atenea casi me obliga a tener sexo con ella. —Lo siento no era mi intención, creo que el embarazo— le digo —Pero a que se sintió bien. —¡Lilith!— gritan los dos —Solo ten cuidado sí, trata de contenerte, si sale de esta casa, habría problemas. —Sí lo siento mucho. Se va y miró a Matu, ella me ve y nos soltamos riendo. —Hay Amor. —El embarazo me está haciendo más fuerte y no me controlo del todo. —Vamos a bañarnos, mi mamá y Eva fueron hace unos días a comprarte ropa nueva. —¿En serio? ¿Roja?. —Si no, roja no, aunque solo fue lo básico pensé que podíamos ir a la ciudad cuando despertarás para comprar más ropa y el nuevo médico tiene que verte. —Sí está bien amor, puedo con esa ropa, menos con la blanca, si hay blanca no la quiero. —Nada de blanco.— me asegura Nos fuimos a bañar y realmente fue de gran ayuda que fuéramos juntas, quien diría que no me podría agachar para lavarme las piernas, realmente creció, es enorme aunque se siente bien tener vida creciendo en mi vientre. Me le quedo mirando mientras se cambia, ¿Cómo puede ser tan hermosa? Es tan perfecta, sus largas piernas son tan sensuales, su sonrisa dios sus labios son tan perfectos, te voy a extrañar tanto cuando me vaya de tu lado. —Amor— le digo sonriendo —¿Qué pasó?. — Mi Matu. —¿Si?. —Mi Lana. —Amor ¿Qué pasa?— me dice riéndose —Si algún día muero… —No lo harás— me interrumpe —Si algún día muero puedes prometerme que seguirás adelante con tu vida y no harás lo mismo que yo. —¿Por qué me dices eso? Ya son varias veces que me dices cosas así ¿Qué está pasando?— se acerca y se sienta en la cama —Es solo que… No, olvídalo— no puedo decirle aún no —Dime. —No es nada, las hormonas me traen vuelta loca. —No te creo dime. Me le quedo mirando y tocó su mejilla, ella toca mi mano y puedo ver temor en sus ojos el mismo que tenía Atenea. —En dos meses tengo que ir a un lugar, pero cuando regrese te contaré todo. —No entiendo, ¿Cómo que te irás?. —Debo encontrar a unas personas, es una especie de misión y tengo que hacerlo en dos meses. —Entonces iré contigo, estás embarazada no puedes hacerlo. —No puedes, no será peligroso ya lo miré solo tengo que ir por ellas y regresar. —¡No te dejaré ir sola!. —Tienes que hacerlo porque tú tienes que hacer algo muy importante, estás en mi visión. —No me importa no iré a donde tú me digas, solo iré a donde tú vayas. —Parte de ser guardiana debes aceptar que el universo te da misiones y solo puedes seguirlas y tu misión llegará pronto. —No me gusta esto no se siente bien, desde que regresaste de la isla con ese diario… Le doy un beso para que deje de hablar de pensar, pero sobre todo para que no vea la verdad de lo que le digo. —Tenemos hambre— le digo entre besos —Lilith, amor esto no me gusta. —Lo se, pero se tiene que hacer. Me paro y le doy la mano, ella se levanta y caminamos a la cocina. —Odio las escaleras- le digo a Matu malhumorada — ¡Ay amor!. —Es verdad nunca pensé que las odiaría me dan ganas de que sean eléctricas no entiendo por qué debo de subir los pies para bajar y lo mismo para subir.
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