Luna y promesas.

1478 Words
—Hola— contestó —Lo conseguí. —¡Oh, por dios!— gritó —¿Y, cómo está?— le pregunto mientras prendo un cigarro —Realmente me sorprendió su estado, está en perfectas condiciones, tiene detalles por el tiempo, pero sin duda está en buen estado— me dice, pongo el teléfono en altavoz —Podrías describirlo— le digo Comienza a describir el artículo y lo anoto en el diario, pasó como diez minutos anotando los detalles, cierro el diario y salgo a la terraza —¿Cuánto costó?— le pregunto —Doscientos. —No es mucho, pensé que costaría mucho más. —Igual yo, pero logramos un buen trato —Espera dejo, voy por una copa. Agarró una botella de bourbon, una copa, mi caja de cigarros y el cenicero. —Ahora sí, ¿en dónde estás ahora?—le pregunto mientras bebo —Inglaterra, ¿por qué quieres venir? —¡Dios Emanuel!— le digo riéndome —¿Entonces mi otro artículo tienes una pista?. —Quisiera, pero aún no tengo nada, porque me das tareas tan difícil cariño. —Oye pago bien, te doy todo para los gastos, incluso viajas en primera clase —En ocasiones lamento haber sido tu Dom, si no te hubiera conocido tal vez tendría novia. Me río a carcajadas y agarró aire para calmarme la risa. —Tú me perseguiste hasta presumiste que eras bueno buscando artículos antiguos, así que no te quejes, no tienes novia, pero si sé que tienes a alguien en cada lugar donde vas. —Acaso me espías o que. —Porque tienes miedo de algo— me sirvo otra copa mientras hablo —Sé que eres peligrosa, nunca me has dicho cómo es que tienes tanto dinero— me dice, me quedo pensando dándole una calada al cigarrillo —Sé sincera, eres un narcotraficante, por eso tienes mucho dinero y armas en tu casa. Miro de reojo y noto que Matu está entrando. —Puede ser, incluso te rescaté cuando te metiste en problemas— él se ríe —Mierda cariño, nunca olvidaré eso, además fue por tu culpa si no te hubiera hecho caso no me hubiera metido en ese problema. Recuerdas cuando entraste al sótano y me viste amarrado— se ríe —Aún recuerdo que te reíste como loca, ¿quién se ríe cuando están a punto de matar a su dom? Solo la loca sumisa de Lilith. —Ese día pude cumplir mi fantasía de verte sumiso y amarrado como no me iba a reír. Me recargo en la silla y subo los pies al banco frente a mí mientras fumo. —Si aún me persigue ese recuerdo, aunque no te ves nada, sexi con sangre, pero si te ves sexi con un arma en las manos y peleando. —Lo sé, pero oye cambiando de tema cuando llega mi artículo. —3 días, pero cuando me mandaras el siguiente diario— me dice me levanto y voy al cuarto de seguridad —Mm, ¿tienes algún cajón en tu cuarto?— le pregunto mientras busco el diario —Si cariño— agarró el diario y lo meto a mi cajón —Hice que lo pudieran ahí, ¿no lo has encontrado?. —No dejó checó— agarro el otro diario y lo pongo en su lugar —Si ya lo encontré— regreso al balcón y me siento —Recuerda enviar el diario junto con mi artículo, sobre el que no encuentras pistas, ¿realmente no tienes nada?— le digo —No, todas las que he tenido han sido falsas o no llegan a nada, realmente es difícil de encontrar, ¿con tus contactos no tienes tú nada?. —No nada, ¿ya lo estás leyendo?— le preguntó —Si ya, ¿es verdad lo que dice? —Claro, todo lo escrito es real. Le doy la última calada a mi cigarro y lo apagó en el cenicero, Matu no deja de seguirme con la mirada. —Ve a la última página— le digo —Ok, ¡pero qué mierda debes estar bromeando, si el primero que me diste aún no lo encuentro este va a ser más difícil!— me suelto riendo —Solo faltan dos diarios y te dejo de molestar, pero aún necesito los que tienes que no encuentras. —¡Nunca debí aceptar este negocio contigo en serio!. —Sigue Emanuel tendrás una buena recompensa si encuentras todo, sin contar lo que ya ganas— bostezo —Me iré a dormir buenas noches, no se te olvide enviar el diario anterior con mi artículo. —Si, si buenas noches. Cuelgo y me quedo mirando las estrellas, no puedo creer que haya encontrado el artículo justo cuando ella apareció. —Amor. —Mandé. —¿Quién es él?— me levanto y me acuesto en mi cama —Un amigo de años, es un buen buscador que me trae cosas que necesito. —¿Por qué puede leer y ver tus diarios?— la miro —Porque esos los escribí para él— ella se acuesta y me mira —Oh ya entiendo— me dice yo le sonrió Miró al techo, ella hace lo mismo, levanto mi mano y la muevo a un lado haciendo que el techo se vuelva transparente y podamos ver las estrellas junto con la luna. —Sabías que Artemisa es conocida como la diosa lunar, se dice que puedes usar el poder de la luna a tu favor. Estira la mano para tocar la luz de la luna, yo la veo y no puedo evitar sonreír —Tus ojos se volvieron de un azul más oscuro y brillante, son hermosos. —No creo que me vea tan hermosa como cuándo los tuyos se ven así. Mueve su brazo y la luz de la luna sigue su mano, ella me voltea a ver impresionada. —¿Por qué?. —Después de todo la luna te reconoció— le digo sonriendo —¿Crees que entienda lo que le diga?— vuelvo a mirar a la luna —Todo tiene vida Lana, si sabes escuchar podrás saber lo que dice. Pongo mi mano en la luz y la muevo jugando con ella. —Le caigo bien, ¡gracias tú también eres hermosa!— le digo a la luna —¿Te hablo?— me mira sorprendida —Si, incluso me elogio, está emocionada porque al fin Llegaste— le digo a Matu —Gracias, estoy contenta que nos encontramos— le dice Matu a la luna La puerta se abre, cortando un poco el momento. —¡Lilith la luna!. Volteamos a verlos, me hago para un lado y nos acostamos los cinco en mi cama. —¡Wow se ve muy bella!, ¿por qué nunca la había visto tan hermosa abuelita?— me dice Eva —Tal vez porque al fin se encontró con Artemisa, mi niña— se recarga en mi hombro —Me hace extrañar a papá y a mi mamá— suspira —Lo sé yo también extraño a mis hijos y a mis padres. Nos perdemos todos en nuestros pensamientos, los extraño, mis niños, no hay día en que mama no piense en ustedes. —Lucía amaba mirar la luna, pasamos muchas noches en el patio mirándola hasta dormirnos— dice Morningstar —Si mamá, me contaba las leyendas sobre la luna mientras me dormía— le contesta Adán a su padre —Samuel nunca dijo nada de la luna, pero disfrutamos su luz mientras teníamos cenas románticas— nos dice Atenea triste —Realmente quiero verlo otra vez, porque tuvo que morir, no me pude despedir de él ni de Lucia, maldita sea si tan solo hubiera estado con ellos— se limpia las lágrimas. —¡Lilith, haz que regrese por favor, mis días son miserables sin él!. —Ojalá pudiera Nea, si tuviera el poder, traería a mis hijos, a mis padres, traería a todos, pero no puedo. —¡Puedes hacerlo, yo sé que puedes eres Lilith y eres poderosa!— me suplica —Lo intentaré, Nea lo resolveré, lo prometo. Era la primera vez que Atenea me pedía algo, así, sobre todo ella había llorado después de años por él, después que murió se encerró y lloro por un mes, el alcohol y el sexo fue con lo que se consoló después de años sin estar con alguien. Creo que cuando amamos a una persona lo hacemos para toda la vida y nosotros somos el vivo ejemplo de eso, a pesar de los siglos seguimos amando a nuestra persona como si fuera el primer día. Todos nos quedamos dormidos profundamente bajo la luna, no nos importó si estábamos apretados o incómodos, fue un momento especial en la familia y quedó grabado en nuestras mentes.
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