—No importa, Volkan. Lo que siento nunca importó para ti. A él no le gustó.... que ella no negarse que lo amaba, encendiendo el fuego de los celos dentro de él. Colocando su palma detrás de su cuello, la atrajo hacia él. Haciendo que su aliento golpeara sus labios. —No lo niegas, ¿eh? ¿Entonces sí lo amas? Su silencio aumentó su frustración. Cuánto quería follarla ahora mismo, hasta que le dijera la verdad. Hasta que suplicara por su cuerpo como antes. Hasta que llorara y gimiera debajo de él. Sus manos se movieron hacia abajo para posarse en su estómago y de repente se sintió asqueado consigo mismo. Ella lo había hecho con su enemigo... tenía a su hijo dentro de ella... ¿cómo puede siquiera tocarla ahora? Ya no le pertenecía... la empujó hacia los brazos de sus enemigos. Casi empu