Capítulo 12: Entre el cerebro y el corazón.

1563 Words
Raymond llegó al apartamento solo para encontrar a un desubicado Gavin mirando por la ventana. Estaba seguro de que necesitaba tiempo para pensar. Así que se mantuvo alejado. Aunque Gavin no merecía su consideración. Raymond también necesitaba su espacio. Así que decidió ir a su despacho y concentrarse en el trabajo. No funciono. Tampoco podía desconectar su cerebro. ¿Por qué Gavin tenía la capacidad de perturbarlo tanto? ¿Por qué se habían retorcido las cosas tanto? Ellos habían estado tan bien. Todo había sido conveniente para Ray en las últimas semanas. ¿Por qué Gavin tuvo que traicionarlo de esa manera? Como no obtuvo respuestas a todas sus preguntas. No le quedó más remedio que ir a buscar a Gavin. No el extraño encontrarlo en el mismo lugar. Con la mirada perdida y sin escuchar siquiera que Raymond había entrado. —¿Gavin? ¿Te encuentras bien? Al decir su nombre. Él solo tomó una profunda respiración. —Creo que estoy tratando de olvidar algo a propósito. Informó. Su voz fue apenas un murmullo, que tuvo dificultades para escuchar, se tensó. —Recordarás Gavin. Solo tienes que tener paciencia. —Es que… Hay muchas cosas que… La voz de Gavin sonaba desesperada. —Podemos pedir opinión de otro especialista si lo deseas, mañana haré unas llamadas… —Quiero irme. Escuchar eso lo puso alerta. >>—No me siento seguro aquí y no sé por qué. —¿Qué estás diciendo? ¿Me quieres dejar? Gavin se giró hacia él, su mirada era triste. Raymond se dio cuenta de que había dejado de respirar con tan solo imaginar que Gavin pudiera irse. Tal vez era lo mejor para ambos. Raymond debería de aprovechar la oportunidad para lavarse las manos… pero… —No eres tú. Dijo Gavin con una mueca. Señaló con una mano alrededor de la habitación. >>—Es este lugar, me da escalofríos, siento que no debo estar aquí y no comprendo la razón. —Mañana nos iremos a los Hampton y entonces… —No. Lo interrumpió. >>—Quiero ir a casa de mis padres, quiero ir a Wyoming. Ray apretó los puños al escucharlo. Estas eran las pocas cosas que lo hacían dudar de que Gavin en realidad hubiera perdido la memoria. ¿Quería escapar porque sabía lo que había hecho? Si se marchaba perdería toda probabilidad de conseguir su venganza. —¿Eso es lo que quieres? Trato de disimular su furia. Gavin sonrió. —Será bueno para ambos ¿No crees? —¿Ambos? Preguntó confundido. Gavin sonrió ampliamente. Se acercó hacia él con esperanza reflejada en su rostro. —Por supuesto que estoy pidiendo que vengas conmigo, de todas formas, tienes planes de salir de la ciudad. ¿Por qué no visitar a mi familia? Los conocerás y te conocerán. Quiero que vengas conmigo, cuando estás a mi lado nada me asusta. Por un segundo, Raymond se quedó confundido, sin saber qué contestar. —Yo… —Claro que entenderé que no puedas hacerlo, sé que tienes una empresa que dirigir. Automáticamente, ante sus ojos fue testigo de cómo la alegría en él se apagaba. Antes de que él pudiera retroceder más, Raymond lo abrazo por la cintura. —Organizaré todo, podremos viajar más tardar mañana por la noche. La sonrisa que Gavin le dirijo fue amplia y sin reservas. Era como en los viejos tiempos. Después de llegar de un día largo de trabajo, la sonrisa de Gavin siempre lo animaba y lo hacía olvidarse de sus problemas. Por esa razón había pedido que dejara su trabajo y lo había conservado como amante. Gavin era la persona perfecta para él. dijo su vocecita interna. —¡Gracias! Susurró Gavin antes de besarlo... —¡Esto es increíble! Susurró Gavin emocionado. Si no fuera por los auriculares, Ray no habría alcanzado a escucharlo. Sonrió involuntariamente. Era difícil estar molesto, cuando lo veía tan contento y emocionado. Había querido negarse venir a Wyoming. Debió solo enviarlo aquí y esperar que no volviera nunca. Estaba jugando al gato y al rato. Pero aquí estaba. Se había dejado convencer por la vulnerabilidad que vio en los ojos de Gavin… Solo serían dos días, solo aceptaría eso. >>—Es ahí ¿cierto? Miró hacia donde él había señalado. Había decidido usar un helicóptero desde el aeropuerto hasta aquí. Se negaba a venir en un auto cuatro horas de camino desde el aeropuerto hasta El rancho G ya había soportado suficiente calor al bajar del Jet privado. —Es ahí, tu hermano fue muy específico en sus instrucciones, es un rancho en medio de la nada. Era sarcasmo. Pero Gavin no lo pillo. En cambio, Gavin clavo su mirada en él. Su sonrisa fue amplia. —Muchas gracias por hacer esto. Le apretó la mano. Como era de esperar al instante, la polla de Ray cobro vida. Imágenes vivas de lo que Gavin le había hecho la noche anterior como muestra de su agradecimiento lo encendieron. Una cosa es que quisiera vengarse y otra muy distinta que se negara los placeres que tan voluntariamente él le prodigaba. De todos los amantes que había tenido antes, Gavin era el más apasionado. Se acoplaba perfectamente a él y a sus necesidades. Gavin se sonrojó ante su atenta mirada, seguro adivinando lo que estaba pensando, Raymond sonrió. —Más tarde puedes mostrarme cuán agradecido estas. Su sonrojo se hizo más profundo. El piloto los interrumpió avisando que comenzarían a descender. Cuando por fin aterrizaron en uno de los campos, Gavin prácticamente corrió fuera, para saludar a sus hermanos. Raymond resopló. Dos días, solamente cuarenta y ocho horas y regresarían al frío y fresco, Nueva York>> reflexionó para sí mismo. Se tomó su tiempo en ultimar detalles con el piloto. Al final ya no tuvo más pretextos para seguirse retrasando, quiso ayudar a Derek con las maletas, pero él insistió en que tenía todo controlado. Así que con la sonrisa más falsa y convincente que pudo convocar, se acercó al grupo de hombres que rodeaba a su amante. > Este lugar estaba tan apartado de la mano de Dios, que el pueblo más cercano estaba a veinte minutos. Solo contaba con una posada, una tienda de ropa que en realidad era un almacén de todo lo que puedas conseguir. Un verdadero desastre era este lugar. Camino hacia los hombres que lo esperaban, seguro de sí mismo. No dejaría que nadie lo intimidaría. Él era Raymond Griffin, le enseñaría a la familia G que no tenían lo que se necesitaba para tratar con un hombre como él. Todos los hombres clavaron la mirada en Raymond. —Mira nada más. Dijo un hombre en tono divertido. >>—Es como ver en vivo uno de esos desfiles de modas. Los cuatro hombres rieron, incluido Gavin. —Chicos, este es Raymond, mi prometido. Los tres hermanos lo miraron atentamente, lo miraban como si en realidad fuera un bicho que aplastar. Pues se llevarían una gran sorpresa porque él era el macho alfa aquí. No era de los que se dejaban intimidar. >>—Ray, ellos son mis hermanos, Gilbert, Glen y Graham. Todos eran muy parecidos físicamente. Debajo de sus sombreros de vaqueros podía distinguir sus rubios cabellos, ellos tres sin duda eran más altos que Gavin, y más musculosos. No es que Gavin no tuviera buen cuerpo, al contrario, tenía músculos definidos. Pero de manera más delicada y fina, la diferencia entre sus hermanos seguramente era por el hecho de que Gavin no hacía ejercicio y sus hermanos se dedican a hacer trabajos pesados en el rancho. —Un placer. Trato de fingir una cortesía que no sentía, y el desagrado era mutuo porque era obvio que los hermanos no lo toleraban y Gavin estaba sumamente emocionado para darse cuenta de la tensión que existía entre ellos. —Que sepas que las vacas dejaran de dar leche una semana. Dijo uno de ellos, en un movimiento, aparto a Gavin de su lado y lo abrazo por los hombros. >>—¿Era necesario todo ese despliegue de poder? Señaló el helicóptero que estaba despegando. —Es más rápido viajar así, Gavin todavía está convaleciente, el viaje tenía que ser lo más cómodo posible. No tenía que justificarse por nada. Él no deseaba haber hecho este viaje, y ya que estaba obligado, bien merecía haber viajado cómodo. —Amigo. Interrumpió Glen. >>— “Los hombres G” somos más fuertes de lo que parecemos. Glen palmeó con su enorme mano el hombro de Gavin. Ese gesto lo molesto. —Yo tampoco entiendo por qué traes la escayola, niño… La ciudad te ha ablandado. Dijo Graham, revolviéndole el cabello a Gavin como si fuera un niño pequeño. —Tu hermano sufrió un accidente, ni siquiera debimos de haber viajado, necesita recuperarse. Ray intentó alcanzar a Gavin para separarlo de los hermanos. Pero le fue imposible porque otro de ellos alcanzó a Gavin por el brazo para apartarlo antes de que Ray pudiera sujetarlo. —Para eso está aquí. Intervino el hermano mayor. >>—Él se recuperará aquí, es nuestro hermanito, quien mejor que su familia para hacerse cargo de él. Ni siquiera le permitieron decir una réplica. Los hermanos arrastraron a Gavin lejos de él, > solo tenía que aguantar. Si pensaban esos vaqueros que podrían en contra él se llevarían una gran sorpresa.
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