Una secretaria intimida al CEO

Capítulo 6 Una llamada oportuna

Punto de vista - James

—Toma.

Miro a mi abogado después de firmar el contrato de la propiedad que acabo de comprar.

—Gracias señor. Entregaré una copia a la inmobiliaria.

Esto es todo. Mi sueño toma forma. Me desconecto y recuerdo el espacio que pronto se convertirá en mi restaurante.

Al contrario de lo que se cree, mi pasión por la cocina es total. Durante la universidad, le pregunté en secreto a mi madre si podía apuntarme a unas clases de cocina. A ella no le importó en absoluto y le pareció extraño que ocultara mi pasión. Sin embargo, respetó mi decisión, así que hasta hoy mi familia no sabe de mi amor por la cocina. Así que, para continuar con esta farsa, yo tomo las decisiones y Stan, el director general del restaurante, se encarga de todas las transacciones necesarias.

—Stan, haz que todos los arquitectos dejen su diseño en la semana.

—Tomo nota, señor. También me gustaría confirmar, señor, si procederemos a la prueba de sabor mañana.

—Sí, procederemos.

Discutimos otras preocupaciones y terminamos nuestra reunión después de una hora. Stan se despide y yo me quedo solo con mi pila de trabajo. «Genial».

Empiezo a abordar las numerosas tareas que tengo que terminar. Me concentro tanto que me sorprendo cuando mi secretaria me llama de repente por el teléfono.

—Buenas tardes, señor, disculpe las molestias, pero la señora Evans está aquí para verle.

Suspiro profundamente. «Problemas».

—¡Hágala pasar!

Pocos segundos después, Amy Evans, directora general de Red Universe Technologies, entra en mi despacho.

Me levanto de la silla y le tiendo la mano para estrecharla. Ella la ignora. En su lugar, opta por acercarse a mi lado del escritorio, dándome un abrazo y un beso en la mejilla.

—Es maravilloso volver a verte, James. Te he echado de menos.

Obligo a sonreír educadamente y voy al grano. —¿A qué debo esta visita, señora Evans?

—Vaya, James, no hace falta que te pongas tan tenso. —dice mientras me empuja para que me siente en la silla—. Y eso es Amy para ti, te lo he dicho docenas de veces. —Procede a sentarse en mi escritorio, asegurándose de que su falda suba más por sus muslos.

Suspiro internamente. «¿Por qué me acosté con esta mujer?»

—He venido a entregar esto. —Toma un sobre que, supongo, es su propuesta para uno de nuestros proyectos.

Se lo quito y lo pongo sobre mi mesa. —Podrías haber hecho que te lo entregaran.

—Es cierto, pero cómo iba a perder la oportunidad de ver a mi querido James.

Desde nuestros días de universidad, Amy siempre me ha seducido. Así que cedí, me acosté con ella, pero dejé muy claro que era una noche sin compromiso. «¿Por qué no?» Ella se está ofreciendo y además puede alejarla una vez que haya tenido su parte.

Pero estaba muy equivocado. Acostarme con ella fue como si abriera una compuerta. Desde entonces, ha sido aún más implacable en sus acciones hasta el punto de pelearse con otras mujeres con las que me he acostado.

—Amy, sabes que tengo una novia. —Amy es también otra razón por la que acepté el acuerdo de Krista. Como dicen, golpear a dos pájaros de un tiro.

—Ah sí, Krista, cómo podría olvidarlo. —dice con un toque de veneno en su voz—. Bueno, no importa. Ya sabes quién puede sacudir tu mundo de verdad, amor. —Ella dice, dándome un guiño con los dedos acariciando lentamente mi mandíbula.

¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!

«Gracias a Dios por quien me está llamando en este momento».

—Debo tomar esta llamada Amy. Ya sabes cómo salir.

—Sí, sí. Me adelanto. Tengo una reunión en... —hace una pausa mientras mira su reloj—. Una hora. Nos vemos amor. —Me roba un rápido beso en los labios y sale de mi despacho.

Vuelvo a suspirar, sintiéndome muy agotada por nuestro encuentro.

¡Ring! ¡Ring!

Sin mirar a la persona que llama, contesto la llamada. —Edwards.

—James. —Escucho la voz frenética de mi mejor amigo desde la otra línea.

—Lucas, ¿qué pasa? —Lucas es el hijo de la tía Rose y mi mejor amigo desde la infancia.

—Mamá, está...—Siento que un escalofrío me recorre el cuerpo.

—Lucas, respira. ¿Qué ha pasado?

—Mamá, ella está... estamos en el hospital.

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Están bien?

—Mamá... ha tenido un accidente de coche.