Ryan tuvo que alejar a Ángela de sus brazos, ambos corrieron abrumados por los gritos catastróficos que escuchaban, subieron a la habitación de Emma, ahí estaba Effie abriendo un cajón del tocador, mientras Emma estaba sentada al borde de la cama con el gesto débil y triste
—¿Qué sucede? —preguntó al mirar la angustia de Emma
—¡Robaron todas sus joyas! ¡Eran casi medio millón de libras!
Ryan observó la caja de cristal vacía, Emma estaba llorando y eso lo asustó
—¡Emma…! Calma, por favor…
—Tú, miserable, pequeña malcriada, ¡Eres la única que conocías el paradero de esas joyas! ¡Tú las robaste! —apuntó Effie con rabia
Los ojos verdes de Ángela se abrieron impactada
—¡¿Qué dices?! ¡Es una infamia!
Emma abrió los ojos enormes, se levantó con debilidad, un dolor se clavaba en su alma,
