Azalea entró y tomó asiento en una banca de los últimos lugares, a pesar de sentir todas las miradas sobre ella, no dijo nada, tenía una mirada satisfecha, una sonrisa encubierta. Santiago la miró desde lejos, pero no podía ver su rostro a plenitud. «Es tan parecida a Sofía, pero… no, ¡qué tonterías digo! Ella no es mi Sofía», pensó Tomó asiento, y la ceremonia continuó. —Repetiré la pregunta, señorita Rossana Beckman, ¿acepta como esposo legítimo a Elon Hart? Rossana bajó la mirada, recordó a su padre apuntando con una pistola a su madre, tuvo miedo, lágrimas corrieron por su rostro. —Sí, acepto —sentenció Elon la miró, pudo ver sus lágrimas, eso le hizo sentir mal, ¿Qué hacía casándose con una mujer que no lo amaba? Miró a Brinn detrás, estaba sonriente, con las manos unidas, se