Mateo se acercaba a su madre peligrosamente rodeando el auto y con un bulto enorme que delataba su grado de excitación. Se abalanzó sobre su madre besándola. Selene no sabía cómo detenerlo. Puso sus manos en el pecho de su hijo para mirarlo a los ojos. Vio la lujuria reflejada en sus pupilas y lejos de asustarla, eso la encendió aún mas Lo besaba con desesperación. Se apretaba contra él para sentirlo. La dureza del m*****o de su hijo la excitaba mucho y no podía contenerse. — Vamos a mi cuarto — dijo Selene — Vamos, obedeció él — No vamos a coger — le aclaró ella — No, no, dijo como un autómata — Pero vamos a pasarla bien — sonrió pícaramente ella Llegaron a la habitación y Mateo se abalanzó sobre ella. — No, esperá — le dijo su madre — Qu